Hay especias que entran en tu cocina sin hacer mucho ruido, y luego están las que llegan como estrellas del rock. El anís estrellado es de estas últimas. No solo por su sabor potente y exótico, sino porque tiene una pinta que ya llama la atención nada más verla.
Sí, esa cosita en forma de estrella marrón que a veces flota en infusiones o aparece misteriosamente en alguna receta asiática. Esa misma. Pero, ¿sabemos realmente qué es el anís estrellado? ¿Y todo lo que se puede hacer con él?
Pues si no tienes ni idea o solo lo usas “porque lo pone la receta”, quédate, que aquí te cuento qué es el anís estrellado, para qué sirve, qué propiedades tiene y cómo se usa en la cocina sin morir en el intento (ni cargarte el plato por exceso de aroma, que también pasa).
Para empezar, el anís estrellado no es una estrella de mar ni tiene nada que ver con la Navidad (aunque aparezca mucho en esas fechas). Es el fruto seco de un árbol tropical originario del sur de China y Vietnam, llamado Illicium verum.
El fruto tiene forma de estrella de ocho puntas, de color marrón oscuro, con una semilla brillante en cada punta. Cada estrellita parece sacada de un decorado de película de kung-fu, pero no, se come (bueno, se cocina, más bien).
No hay que confundirlo con el anís verde (el que se usa en los anises de beber o en dulces tradicionales), porque aunque los dos comparten ese aroma intenso parecido al regaliz, no son lo mismo ni se obtienen de la misma planta. El anís estrellado es más potente, más exótico y más decorativo, para qué engañarnos.

Aunque te parezca que solo sirve para decorar la copa de navidad o para dar aroma a un té raro, el anís estrellado tiene muchas propiedades que lo convierten en una joya de la despensa:
- Digestivo potente: ayuda a combatir gases, hinchazón y digestiones lentas. Vamos, ideal después de una comida de esas que te dejan reventado.
- Antibacteriano natural: contiene compuestos que ayudan a combatir bacterias. Por eso se ha usado tradicionalmente en infusiones para resfriados y gripes.
- Antioxidante: como muchas especias, tiene propiedades antioxidantes que ayudan a combatir el envejecimiento celular. No es el elixir de la eterna juventud, pero suma.
- Antiviral: contiene ácido shikímico, un componente que se utiliza incluso para fabricar medicamentos antivirales. Toma ya.
Eso sí, cuidado con confundirlo con el anís estrellado japonés, que no es comestible y puede ser tóxico. En Europa y en España solo se comercializa el bueno, el chino, así que no hay de qué preocuparse si lo compras en tiendas fiables.
Vale, todo esto suena muy bien, pero… ¿cómo se usa esto en la cocina sin que parezca que nos hemos pasado con el licor de anís?

El anís estrellado se puede usar entero o molido, pero ojo, que tiene un sabor muy fuerte. Con una estrella suele bastar para una receta entera. Aquí van unas cuantas ideas y trucos para usarlo sin miedo (y sin pasarse):
- Infusiones digestivas: con una estrella basta para aromatizar una taza de agua caliente. Si le añades jengibre o canela, tienes una infusión para después de comer que te deja nuevo.
- Guisos y estofados: especialmente en cocina asiática, como en el pho vietnamita o platos chinos de cerdo y ternera. Se añade al caldo para dar profundidad.
- Postres y dulces: aromatiza cremas, natillas, arroz con leche, compotas o bizcochos. Eso sí, con discreción. Nadie quiere que su flan sepa a farmacia.
- Licores caseros: se puede macerar en alcohol junto con otras especias para hacer anís casero o dar aroma a un licor digestivo.
- Conservas y encurtidos: en pequeñas cantidades puede dar un toque muy especial a ciertos encurtidos o salsas agridulces.
En resumen: no lo uses como si fuera pimienta, que no es una especia “de fondo”, sino una “de protagonismo”. Se lleva toda la atención.
En las cocinas asiáticas, el anís estrellado es una especia clave. Forma parte de la famosa mezcla china de cinco especias (junto con clavo, canela, hinojo y pimienta de Sichuan) y se usa en sopas, salsas y estofados con carne de cerdo o pato. Le da un sabor profundo, especiado, un poco dulce y muy característico.
En la India, se usa en mezclas como el garam masala, aunque con menos frecuencia. También se puede encontrar en platos del sudeste asiático, donde acompaña a veces al coco, al jengibre o al curry.
Pero también en Europa ha tenido sus momentos de gloria. En algunos países se usa para aromatizar galletas navideñas, pan dulce o ciertos embutidos.

¿Y cómo lo guardamos para que no pierda su encanto?
- Guárdalo en un bote bien cerrado, lejos de la luz y el calor.
- Si es entero, aguanta más de un año sin problemas. Si lo mueles, mejor usarlo en unos pocos meses para que no pierda potencia.
- Nunca lo dejes suelto en la despensa, que se pone rancio con facilidad.

Y aquí van unos consejos rápidos para que el anís estrellado se convierta en un aliado y no en un desastre:
- Menos es más: siempre empieza con una estrella entera, y ya verás si hace falta más.
- No te lo comas entero: si lo usas en guisos o infusiones, retíralo antes de servir.
- Prueba antes de añadir más: si haces una receta nueva, ve probando el sabor poco a poco. El anís estrellado puede dominar todos los demás sabores si te pasas.
- Combina bien con canela, jengibre, clavo y pimienta. Pero no metas todo a lo loco. Piensa bien qué perfil de sabor quieres conseguir.
El anís estrellado es como ese ingrediente que no parece gran cosa pero que, en el momento justo, transforma un plato. Tiene ese punto exótico, aromático y con personalidad propia que no pasa desapercibido. Sirve tanto para hacer un estofado de esos que huelen a especias desde la escalera como para convertir una simple compota de manzana en un postre de diez.
Además, no solo aporta sabor: también ayuda a digerir, a mejorar el aliento, a aliviar molestias de garganta… y encima decora bien si lo colocas con gracia.
Así que, si todavía no tienes anís estrellado en tu cocina, ya estás tardando en hacerle un hueco en tu estante de especias. Y si ya lo tienes, atrévete a usarlo más allá de la infusión de después de Navidad.
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Muy buen artículo, gracias por compartir la información.