Del ilusionante discurso de Xavi en la previa del estreno, enérgica la comparecencia con Íker Casillas al lado en un ejemplo de liderazgo, se rescata una frase de las vale para titular. «Nuestro estilo es muy claro. Ser protagonistas, llevar el balón. Sería un error cambiarlo, hemos conseguido muchos éxitos y los futbolistas se adaptan a esta filosofía, por ahí competiremos, ganaremos o moriremos con este estilo», sentenció el centrocampista, máximo exponente de lo que es esta España. Ahora, sin embargo, las necesidades obligan a pensar en el gol y se acepta una vía más rápida y distinta a la del rondo eterno. El estilo del toque ya se negocia. [España contra Chile]
«Sabemos a lo que jugamos. Pero el fútbol no es único y se puede ganar de otras maneras. Se nos ha caracterizado por un buen toque, por la posesión, pero hay momentos en la vida en los que hay que ir a atacar. Tenemos que ser muy valientes», resumió ayer Cesc, que confía en la capacidad de los atacantes. «No digo que hay que cambiar de jugadores ni nada, pero hay que atacar más de lo habitual. Estamos capacitados para atacar y atacar. Tenemos mucha clase y nivel y no veo por qué no podemos hacer un gran partido y dar una clase de fútbol. Atacar y atacar y marcar goles porque tenemos jugadores con mucho gol», expuso en un intento de contagiar a la afición. Xabi Alonso, más prudente, compartió su idea con matices. «Hay diferentes perfiles y cualidades, hay que arriesgar un poco más. Siempre hay momento para ello y hay que ser inteligentes para no caer en las facilidades que nos pueda dar Chile. No hay que renunciar a la verticalidad para buscar goles», aportó el centrocampista.
Siempre en una derrota se aviva el debate y más después de un tortazo como el de Holanda. El cuerpo técnico no está dispuesto a volverse loco, pero sí que es evidente que se necesita un retoque ahora que el gol es una necesidad para respirar. Y mejor si son goles, en plural.
Sin perder el sello
Del Bosque es el primero que acepta que el fútbol tiene mil interpretaciones y que España, más allá de la idea inicial, posee recursos para adaptarse a las situaciones. Sin embargo, sí cree que es importante preservar el control de los partidos y que la ansiedad puede jugar una mala pasada. Basta con ver las situaciones de adversidad a las que se ha enfrentado la selección y cómo le ha costado perder el orden cuando ha buscado goles a la desesperada, demasiado reciente el último ejemplo. Se necesita acierto, claro, pero sin darle la espalda a la identidad. En la lista de 23 falta un hombre de verticalidad como Jesús Navas, lo que reduce las opciones de modificar el plan.





