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Aventador Concept J, sin igual

Nunca hasta la fecha Lamborghini ha contado con una barqueta similar. No está claro que llegue a producirse, pues de momento es un ensayo, pero las credenciales de este abierto deportivo de 700 CV ponen los dientes largos.

e.c.
madrid Actualizado: Guardar
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La fuerza natural que despliega el Aventador J Concept es propia del mejor de los huracanes. A saber: habitáculo biplaza completamente abierto para deleitarse a los mandos. Bien, quizá sea mejor no hacerse muchas ilusiones, pues esta pieza única es, en realidad, un escaparate tecnológico de primer nivel que combina soluciones innovadoras con nuevos materiales. Precisamente, hace uso masivo de la fibra de carbono.

Como cabe apreciar en las imágenes, el Aventador J Concept, pintado en una exclusiva tonalidad rojiza de efecto cromo, no sólo carece de techo, sino hasta de parabrisas (sustituido por un pequeño y bajo deflector), lo que obligaría a sus ocupantes a usar casco para rodar a los 300 km/h que consigue de máxima.

La J de su «apellido» proviene del anexo J en la normativa de la FIA sobre deportes a motor, apartado que define la especificación técnica de los vehículos de competición en distintas categorías.

Su base es el LP 700-4 Aventador (1.575 kg) con motor 6.5 V12 de 700 CV, con estructura monocasco de polímeros de carbono de máximas ligereza y rigidez. Suma tracción total permanente y suspensión ISR. El Aventador J (4,89 metros de longitud, 2,03 de anchura y 1,11 metros de altura) se viste de una piel llamada Carbonskin configurada por tela de fibra de carbono impregnada con resina epoxi, combinación que permite adoptar todo tipo de formas y siluetas. Incluso el habitáculo se viste de este sofisticado material (la base de los asientos es de forjado compuesto).

Doble barra antihundimiento entre los asientos, retrovisor central tipo periscopio, winglets en los flancos del frontal… Visto de perfil parece un bólido de Fórmula 1 (calza llantas delanteras de 20 pulgadas y traseras de 21 de cinco radios con bloqueo central y un pequeño deflector que ayuda a refrigerar los frenos). Por cierto, lleva puertas de apertura vertical tipo tijera, pilotos traseros «made in Lambo» en forma de Y, difusor de carbono, alerón posterior fijo de doble soporte, paragolpes de efecto aerodinámico (ganan sustentación vertical a ritmo fuerte)…

Su minimalista interior prescinde de todo lo que no se requiera en la conducción pura (no lleva climatizador, audio o navegador, por ejemplo), y exhibe un diseño que separa a conductor de acompañante mediante una esbelta consola que soporta el botón de arranque y los interruptores de alumbrado y transmisión. Su instrumentación consiste en dos pantallas TFT configurables.

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