Las estaciones de Metro más singulares de Madrid

«Ópera»: un museo con restos arqueológicos

La estación fue abierta al público el 27 de diciembre de 1925 para las líneas 2 y Ramal con el nombre de «Isabel II», por la plaza en la que se situaba. Desde entonces y con el trascurrir de la historia, ha alternado en varias ocasiones con el nombre de Ópera con el que se quedó definitivamente.

Ópera cuenta con un museo de 234 metros cuadrados donde se pueden contemplar vestigios arqueológicos de los siglos XVI y XVII, como la Fuente de los Caños del Peral, que surtía agua a través del «Acueducto de Amaniel» al Palacio Real y otros elementos hidráulicos descubiertos durante las obras de remodelación, como la «Alcantarilla del Arenal». Los viajeros pueden ver los restos expuestos en la estación y acceder a una sala dotada de una zona de audiovisuales para conocer la historia de los vestigios encontrados.

«Sol»: la primera estación... ya tiene publicidad

Es la estación más céntrica del Metro de Madrid y la primera que se construyó. Fue el 17 de octubre de 1919 cuando Alfonso XIII inauguró el tramo entre Sol y Cuatro Caminos. Está en la emblemática Puerta del Sol. Por su estratégica posición, es una de las estaciones que más tráfico de viajeros registra. En ella se puede hacer trasbordo entre las líneas 1, 2 y 3 de Metro.

El nombre de la Puerta del Sol proviene de un sol que adornaba la entrada de uno de los accesos de la cerca que rodeaba Madrid en el siglo XV. El astro estaba colocado en esa entrada por estar orientada hacia levante. La cerca rodeaba los arrabales medievales que habían crecido extramuros, en torno a la muralla cristiana del siglo XII.

La Puerta del Sol ha sido el escenario de numerosos acontecimientos históricos como la proclamación de la Segunda República Española en 1931 o el asesinato del presidente del Consejo de Ministros, José Canalejas, en 1912. Durante la Guerra Civil la estación sirvió de refugio durante los bombardeos. En la actualidad, lleva a uno de los lugares más concurridos de Madrid, donde se encuentra el kilómetro cero de las carreteras españolas y el reloj de la Real Casa de Correos con el que todos los españoles toman las tradicionales doce uvas al son de sus campanadas cada 31 de diciembre, para dar la bienvenida al nuevo año, una costumbre que se empezó a televisar en 1962. A partir del 1 de junio de 2013, por un acuerdo comercial con la operadora de telefonía Vodafone, pasa a llamarse «Vodafone Sol», cambio de nombre, que se prolongará hasta 2016.

«Arganzuela-Planetario»: una parada muy astronómica

Al sur de la ciudad de Madrid hay una estación de Metro muy astronómica. Se incorporó como nueva parada de la línea 6 de metro en enero de 2007. La decoración es muy planetaria, pequeñas bolas emulando a los planetas del sistema solar cuelgan de su techo y nada más entrar y bajar hacia los andenes vemos un enorme planeta en la pared. La estación de metro de Legazpi está relativamente cerca de la de Arganzuela Planetario y de la de Mendez Alvaro, a esta altura el metro pasa bajo el parque Tierno Galván y está a menos de 100 metros del planetario de Madrid, de ahí su nombre.

La estación se creó debido a la expansión del barrio de los metales de la Arganzuela. Antiguamente el barrio era una zona desértica rodeada de naves industriales, hoy en día es un bonito barrio residencial. La ornamentación de la estación tiene el lema «Planeta Arganzuela» y fue concebida y ejecutada por Carlos Alonso y Luis Sardá.

«Carpetana»: donde aparecieron restos de nuestros antepasados

La cordillera Carpetana (antigua denominación del Sistema Central) da nombre a la calle Vía Carpetana, donde se ubica la estación. En otro tiempo se llamó Avenida de las Ánimas. La estación de Carpetana se encuentra entre los distritos de Latina y Carabanchel y tiene salida a la calle Vía Carpetana.

Carpetana, que se abrió al público el 1 de junio de 1983, es una estación de la línea 6 donde, en el año 2008, durante las excavaciones realizadas para la construcción de 6 ascensores y cuartos técnicos en la estación, aparecieron restos fósiles del Mioceno Medio, pertenecientes a gran variedad de géneros como Anchitherium, Amphicyon o Cheirogaster. En enero de 2008, tras finalizar las obras de remodelación de la estación, se colocaron también algunas réplicas de algunos de los fósiles convirtiendo a la estación en un museo integrado en diversos espacios, de modo que los usuarios del suburbano pueden encontrar a su paso paneles explicativos y vitrinas con réplicas de la flora y fauna que habitaban la zona.

«Chamartín»: la más colosal de toda la red

La estación de Chamartín, sin duda, es una de las más representativas de cuantas integran el Plan de Ampliación de la Red de Metro. Se ha construido sobre la antigua estación de Línea 10, que estaba situada junto a la estación de Renfe de Cercanías y largo recorrido y mantiene el intercambio con la misma.

Pero la ampliación de espacios interiores que se ha materializado, le confiere una dimensión realmente única. El volumen de la estación se organiza en cuatro niveles. El primero para el vestíbulo y conexión con Renfe, el segundo para la Línea 10 existente y la línea futura de prolongación de La Castellana, el tercero como nivel intermedio de conexión y el cuarto nivel, a 30 metros de profundidad, por el que discurre la prolongación de la línea 1 y donde se ha construido el andén de la que será la futura línea 11.

Todo un alarde de espacio interior envuelve a los usos mencionados. Espacio en el que se multiplican los vacíos entre los distintos niveles, ofreciendo al espectador una visión rica y compleja desde cualquier punto de vista.

La máxima expresión de esa riqueza espacial que los usuarios pueden disfrutar, se alcanza en el gran vacío que se produce en toda la altura de la estación, desde los andenes de líneas 1 y 11 hasta el techo del vestíbulo.

La ornamentación potencia la colosal escala de este gran paño curvo de más de 1.000 metros cuadrados de superficie, para realzar al máximo el gran espacio vacío del que forma parte. Lo dota de luz, de dinamismo, de movimiento;, para provocar sensaciones de ligereza y de evasión en los sorprendidos viajeros.

Lleva el título de «Iguazú» y sus autores son Vicente Patón y Alberto Tellería. La descripción que ellos mismos hacen de su idea, ilustra de la mejor manera posible la comprensión de sus intenciones: La intención principal de la propuesta fue desde un principio la de utilizar la superficie disponible, de 21 metros de altura y 50 de desarrollo horizontal en curva, para ligar todo el espacio y todos los posibles puntos de vista con un efecto unitario que particularizase la estación y sirviese de imagen de referencia y orientación en este mundo subterráneo de gran escala.

Complemento a la impresionante riqueza espacial de los volúmenes generados, elemento referenciador de ámbitos y disecciones, el mural provoca en los usuarios sensaciones de grandiosidad y ascensionalidad.

Es el gran foco de atención de una estación que alcanza una dimensión desconocida hasta el momento en las estaciones de la red madrileña, y se convierte en la referencia más destacada del Metro de Madrid.

«Goya»: ochenta grabados del genial pintor

Goya es una estación de las líneas 2 y 4 del Metro de Madrid situada bajo en el distrito de Salamanca, bajo la confluencia de la Alcalá y la calle Goya, de la que toma su nombre. Dicha calle toma su nombre del pintor español de los siglos XVIII–XIX Francisco de Goya, al igual que la estación en cuyo andén de la línea 4 tiene copias de grabados de Goya.

Es la primera estación de la cuarta ampliación del Metro de Madrid. El intenso color amarillo de los andenes contrasta con una cenefa blanca que contiene ochenta estampas del genial artista aragonés. Son grabados de las series Los Caprichos y Tauromaquia.

«Aeropuerto»: del centro a Barajas en 12 minutos

La estación se abrió al público el día 14 de junio de 1999. Supone un gran avance para la movilidad de Madrid y sus comunicaciones ya que por primera vez se puede llegar desde el centro de la ciudad, sin la necesidad de utilizar un vehículo privado o un autobús hasta el Aeropuerto de Barajas. La línea 8 del metro llega desde la estación de Nuevos Ministerios, en el centro de Madrid, hasta el aeropuerto y se tarda aproximadamente unos 12 minutos.

De la estación se puede destacar a nivel ornamental el gran mural realizado sobre los andenes que representa una vista aérea nocturna de la ciudad que dispone de un potente generador de luz que se transmite a fibras ópticas para iluminar un total de 5.400 puntos que simulan el alumbrado público de la ciudad de Madrid. La estación cuenta con un Centro Interactivo de atención al Cliente.

«Alto del Arenal»: el «gran hermano» de la red de Metro

Está situada bajo la avenida de la Albufera. La estación abrió al público en abril de 1994. El campo que había en la superficie es el que proporciona el nombre a esta estación de Metro, situada en el distrito de Vallecas. La razón es que, en este mismo sitio, había una tierra de labor en un terreno de arenas movedizas.

Tiene un gran secreto guardado en su interior e inalcanzable a la vista de los viajeros, y es que desde aquí se controla todo la red de Metro. El puesto de mando se encuentra situado en esta estación desde el año 2000. Es el centro neurálgico de esta red ferroviaria que tiene un total de 300 estaciones y 300 kilómetros. La estación cuenta con un Centro Interactivo de atención al cliente

«Nuevos Ministerios»: un vestíbulo para eventos culturales

Situado bajo el paseo de la Castellana, es uno de los principales intercambiadores modales de la ciudad. Ocho líneas de cercanías Renfe y tres líneas de Metro transportan cada año millones de pasajeros a uno los centros económicos y comerciales de la ciudad: Azca. El diseño arquitectónico ha buscado minimizar los recorridos y conceder amplios espacios diáfanos al usuario. Un enorme mural con el perfil de la Castellana preside el vestíbulo principal. Su gran espacio en el vestíbulo ha hecho posibles centenares de eventos que van desde conciertos o actuaciones como la de Sara Baras, exposiciones o actividades diversas.

La historia de la llegada del Metro de Madrid a esta estación empieza en 1979 con la apertura del primer tramo de la línea 6 entre Cuatro Caminos y Pacífico y siguió creciendo hasta 2007 cuando se inauguró la estación de Aeropuerto T4.

«Príncipe Pío»: la antigua Estación del Norte

La actual estación de Príncipe Pío fue en origen la Estación del Norte, construida en 1859 como terminal en Madrid de la línea General del Norte o Imperial (Madrid-Irún) perteneciente a la antigua Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España, por lo que su origen está irremediablemente unido al de la línea ferroviaria en cuestión.

La Estación del Norte mantuvo el tráfico como tal hasta la década de 1990, en enero de 1993 salió de esta estación el último expreso hacia la costa gallega, cuando la estación es cerrada definitivamente para acometer una importante obra que la convertirá en un gran intercambiador de transportes. Las obras modificaron completamente las instalaciones abriendo un gran agujero en el centro de la estación bajo las marquesinas para acoger a las nuevas líneas de metro (6 y 10) dentro del gran proyecto de ampliación de Metro de Madrid (1995 - 1999).

«Retiro»: los primeros murales de Mingote

Sus andenes se inauguraron en 1924, cuando se puso en funcionamiento el primer tramo de la línea 2. Esta estación está situada junto al famoso parque del que toma el nombre, principal parque de Madrid en el que se pueden visitar entre otras cosas; el estanque, los paseos de Coches y de Las Estatuas, los jardines de Cecilio Rodróguez, los palacios de Cristal y de Velázquez así como el monumento al Ángel Caído, obra de Ricardo Belver.

Uno de los andenes de la estación está decorado con murales del dibujante Mingote. Una de sus primeras colaboraciones con Metro surgió con motivo de la publicación del libro «El Metro de Madrid. Gente-Colores-Gestos», en 1985. En él se recogían artículos e ilustraciones sobre la historia del suburbano firmados por figuras de primera fila del panorama español de las letras y la plástica, quienes mostraban, desde su avalado punto de vista, algo tan corriente y tan diario para Madrid como su metro. La estación cuenta con una sala de exposiciones que acoge muestras temporales pintura y fotografía.

«Tirso de Molina»: una estación de cerámica

La estación, situada en el distrito centro, se encontraba el solar del convento de Padres Mercedarios al que perteneció Tirso de Molina. Se trata del pseudónimo de Fray Gabriel Téllez, dramaturgo y poeta español que se ordenó sacerdote en 1606 y que llegaría a ser uno de los clásicos del Siglo de Oro.

La plaza de Tirso de Molina tiene 8.300 metros y en ella han vivido personajes como Valle Inclán, Álvaro de Albornoz y Casado del Alisal. Esta estación no se llamó siempre así, pues hasta 1939 se denominó Progreso. Fue construida en los años 20 y su decoración original consistía en un techo de esquinas apechinadas con remates abovedados, situado en el vestíbulo principal, con azulejería blanca y cenefas decoradas. Presentaba también un escudo de cerámica vidriada de reflejos metálicos, situado sobre la entrada al andén. La estación fue restaurada y mantiene algunos de los materiales de la época como la cerámica.