Las diez mejores cabeceras de series de televisión

Las diez mejores cabeceras de series de televisión

«Vikingos», «Juego de Tronos» o «Dexter» son algunos de los títulos de crédito que merece la pena no saltarse en ningún capítulo

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«Vikingos», «Juego de Tronos» o «Dexter» son algunos de los títulos de crédito que merece la pena no saltarse en ningún capítulo

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  1. «True detective»

    La serie de moda impresiona desde sus títulos de crédito, un paseo mágico por los paisajes de Lousiana y por el alma de sus personajes, con una cuidadísima superposición de imágenes que anticipa su lado oscuro. La cabecera dura casi tres minutos, que se hacen cortos, mientras suena la canción «Far From Any Road», de The Handsome Family. La música de la serie, también excelente, es de T Bone Burnett. En realidad, los créditos de « True Detective» le deben mucho a los siguientes de esta lista, con los que tienen más de un elemento en común: la mitad del nombre, el tipo de música, la ambientación sureña en Louisiana, la imaginería religiosa de la América profunda... Parafraseando a Woody Harrelson, son el Michael Jordan de los títulos de crédito.

  2. «True blood»

    En efecto, la cabecera de « True blood», mucho mejor que lo que viene después, es un perfecto anticipo de la de «True detective», aunque con un ritmo algo más rápido, que marca Jace Everett con su memorable «Bad things». Incluso da pena que no dure más de minuto y medio. La serie de chupasangres, lobisomes y otras especies no es tan retorcida ni espiritual como su fantástica presentación, que luego solo mantiene las expectativas creadas en su vertiente sexual. En los créditos, además, quien enseña los colmillos es la naturaleza, quizá porque los vampiros de la serie, al menos al principio, están casi domesticados y consumen sangre embotellada.

  3. «Mad men»

    En apenas 37 segundos, en los que suena «A Beautiful Mine», de RJD2, los estilizados títulos de crédito de la serie de publicistas son para algunos el mayor spoiler de la historia, con la caída de su protagonista, Don Draper ( Jon Hamm), aparente anticipo de un suicidio (si no lo mata antes el alcohol) o incluso del fatal empujón de una amante despechada. Con un inconfundible toque a lo Saul Bass, maestro que ya hacías estas cosas en los años cincuenta, los dibujos que abren « Mad men» también han sido vistos como un descenso a los infiernos, en una de las mil interpretaciones que ha suscitado la analizadísima cabecera.

  4. «Breaking Bad»

    Perfectos, concisos, con el hallazgo no tan evidente de la tabla periódica, los títulos de «Breaking Bad» tienen una versión «larga» de poco más de un minuto, pero la habitual no llega a los 20 segundos. El espectador sabe que se sienta a ver a Walter White y compañía y que no le harán perder el tiempo con florituras, pero sin llegar a la pobreza estilística del cartel de «Perdidos». La música es de Dave Porter, quien empezó sucarrera musical en el estudio de Philip Glass y trabajó como editor musical en «A dos metros bajo tierra». Ahora es un colaborador habitual de la serie «The Blacklist».

  5. «Juego de tronos»

    El mapa de Poniente se acerca y se aleja, saltando de lugar en lugar mientras unas espectaculares estructuras se elevan. Los títulos de crédito de Juego de Tronos son, como la serie, espectaculares. Una creación de Angus Wall que se inspiró en el vuelo de un cuervo que viajaba desde Invernalia hasta Desembarco del Rey.

    Para mayor dificultad, la carátula de entrada cambia cada temporada, recogiendo los lugares en los que van a suceder cosas importantes, por lo que también sirve como guía, en el primer capítulo, para saber por dónde pueden ir los tiros en la temporada.

    Todo ello acompañado de una marcha de toque medieval solemnemente compuesta por Ramin Djawadi, el responsable de bandas sonoras como Iron Man o Pacific Rim.

  6. «Los Simpson»

    Brillante. Una serie tan coral como « Los Simpson», que cuenta, probablemente, con la galería de personajes más rica y extensa de la ficción televisiva, necesitaba exactamente esa cabecera: una ágil e impecable muestra de los habitantes de Springfield, la ciudad en la que habita la celebérrima familia amarilla con Homer a la cabeza. Es Bart quien sirve de involuntario cicerone, desde el momento en que abandona su habitual castigo (escribir una y otra vez en la pizarra una frase, que varía en cada episodio, para no reincidir en sus gamberradas) hasta que llega a casa, atravesando de paso la ciudad y ofreciendo pistas de lo poco que se toma en serio el trabajo su personaje o los estériles esfuerzos de Lisa con el saxofón. La guinda: la no menos famosa escena del sofá, que también es diferente en cada episodio. Una pequeña obra de arte. La cabecera que hemos elegido para ilustrar esta selección fue elaborada por Banksy, el grafitero más famoso del mundo.

  7. «The wire»

    Cinco temporadas conforman la, para muchos, mejor serie de televisión de todos los tiempos, con otras tantas cabeceras, que experimentan ligeras variaciones en la secuencia de imágenes pero conservan un denominador común: los acordes del tema «Way down in the hole» de Tom Waits. Con una peculiaridad: el tema lo interpreta en cada temporada de « The Wire» un grupo diferente. The Blind Boys of Alabama en la primera; el propio Waits en la segunda; en la tercera, The Neville Brothers; cinco adolescentes de Baltimore, bautizados como DoMaje, cantan en la cuarta; y la última cuenta con la voz de Steve Earle, uno de los actores de la serie. Las imágenes nos preparan para trapicheos, escuchas y vigilancias, aunque «The Wire» es mucho más.

  8. «Dexter»

    La «rutina matutina» con la que abre cada episodio de « Dexter» es una pequeña obra de arte de poco más de un minuto y medio de duración. Utiliza muchos planos cortos y no desvela el rostro del protagonista, Michael C. Hall, hasta el último momento, cuando acaba de vestirse, justo antes de salir de su casa, con una inquietante sonrisa... listo para matar. La cabecera combina, juguetona, las ideas de sangre, cuchillos y cuerdas, propias de un asesino en serie, con el despertar de un tipo cualquiera de Miami, que se afeita, cocina, desayuna y prepara para ir al trabajo. Solo que Dexter Morgan no es un tipo cualquiera, ni su trabajo, un trabajo como el de los demás.

  9. «El príncipe de Bel Air»

    «Ahora escucha la historia de mi vida / de cómo el destino cambió mi movida / sin comerlo ni beberlo llegué a ser / el chuleta de un barrio llamado Bel Air». Cualquier niño español en la década de los 90 se sabía al dedillo la canción con la que arrancaba cada capítulo de « El príncipe de Bel Air», la serie que dio a conocer a Will Smith y le abrió las puertas de Hollywood. Pegadiza, más o menos fiel al original, aunque con el inconveniente de no contar con la voz de Will rapeando la historia de cómo su personaje cambiaba su barrio en Philadelphia por la lujosa mansión de sus tíos en California. La música la compuso un mito, Quincy Jones, ganador de 27 Grammys, y en su versión completa dura 2:52. Smith la incluyó en su álbum de grandes éxitos. Un clásico por el que no pasa el tiempo.

  10. «Vikingos»

    El «If I Had a Heart», de Fever Ray, suena de fondo como un sueño durante el minuto escaso que duran los créditos de Vikingos, la serie sobre la tribu de Ragnar producida por el Canal Historia. Gritos cantados que se mezclan con voces marciales e imágenes oscuras, de ahogados, de muerte y de fuego entre drakkars... sobre los que van, remando, estos seres duros y fríos, como el norte del que vienen.

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