Doce puentes históricos para descubrir Madrid

Puente de los once ojos, Soto del Real

El Puente de los Once Ojos es uno de los grandes viaductos levantados para unir por ferrocarril Madrid con la Sierra de Guadarrama. Sus característicos once ojos, construidos mediante arcos de medio punto, se pueden ver desde bastante lejos dada su amplitud. Tiene paralelos en otros puntos de la sierra como Bustarviejo o en el cruce del Lozoya, según el catálogo de Puentes Históricos de la Comunidad de Madrid .

Puente del Perdón, Rascafría

Situado frente al Monasterio de El Paular, es uno de los puentes más singulares de la región. De su construcción primitiva solo quedan algunos elementos de su extremos. Sus orígenes se remontan al siglo XIV cuando los caballeros de Rascafría, Alameda, Oteruelo y Pinilla comenzaron a colonizar los futuros municipios serranos.

A estas cuatro poblaciones se les otorgó el derecho a aplicar la pena de muerte. El Puente del Perdón servía de cadalso y era el último lugar donde el reo podía apelar por su vida. La construcción del puente corrió a expensas de los monjes, como paso a un molino de papel, propiedad del monasterio. Las crecidas del Lozoya y los avatares del tiempo derivaron en su traza actual, del siglo XVIII.

Está edificado en y sillería de granitopresenta tres ojos formados por sendos arcos de medio punto y dos descansaderos, dotados de bancos de piedra.

Puente del Congosto, Lozoya

Localizado junto a la M- 604, muy cerca del embalse de Pinilla, salva el río en un camino de tierra que hoy está abandonado. El sendero une Lozoya con Garganta de los Montes. También es conocido como «Puente de la Horcajada» y sus orígenes se remontan al siglo XII. Sus sillares se levantan sobre una estrecha y profunda garganta natural que disimula su tosca mampostería cimentada directamente sobre la roca.

Su arco presenta una bóveda de medio punto de seis metros de luz. En su parte central tiene grandes dovelas desiguales. A ambos lados aparecen dos aliviaderos rectangulares. Los dos de la margen derecha están totalmente cegados por materiales.

Los primeros datos que hay sobre este puente se remontan a época medieval, ya que es citado en el «Libro de la Montería de Alfonso XI», según consta en el catálogo de Puentes Históricos de la Comunidad de Madrid .

Puente Canto, Canencia

Las primeras referencias históricas del Puente Canto se encuentran recogidas en las respuestas al cuestionario del Cardenal Lorenzana que se realizó en 1787. Podría datarse como medieval, aunque no se tienen datos exactos de la fecha de construcción. Está próximo al núcleo urbano de Canencia y se sitúan en la continuación de una de las calles transversales del pueblo, la calle de la Cruz.

Tiene dos ojos con disposición asimétrica y el tablero está realizado con bolos de piedra. En el lado a favor de corriente cuenta con dos contrafuertes, uno de los cuales tiene habilitada su parte superior como mirador.

Puente del Arrabal, Buitrago de Lozoya

Es el más antiguo y conocido de Buitrago de Lozoya. En el catálogo de Puentes Históricos de la Comunidad de Madrid se explica que su datación «no es fácil de precisar», aunque «debe remontarse al menos al siglo XIV o XV». Por él pasaba la principal vía pecuaria que comunicaba norte y sur de la Meseta, produciendo pingües ingresos a los Señores de Buitrago, que ostentaron el beneficio de los derechos de pontazgo mientras duró el régimen señorial.

Este paso era, además, obligado para llegar al lavadero de lanas que en el siglo XVIII poseían los propios Duques del Infantado más allá del arrabal. Se trata de un puente de un solo ojo de medio punto, de fábrica de mampostería y sillería. En su cara sur aún pueden verse unos arcos de mampostería adosados, restos de un acueducto que llevaba el agua del pueblo.

Puente de la Marmota, Colmenar Viejo

El Puente de la Marmota fue realizado entre 1756 y 1758 por orden de Fernando VI (1713-1759). El monarca fue artífice de diferentes obras de mejora de acceso a Monte El Pardo, como Puerta del Hierro o el Puente de San Fernando. En este caso, se construyó para dar continuidad a la valla de El Pardo, situada en la garganta del Río Manzanares, donde comienza el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares.

Puente Mocha, Valdemaqueda

No se sabe con exactitud desde cuándo está esta construcción sobre el río Cofio a su paso por Valdemaqueda. Algunos historiadores sostienen que fue construido para que la calzada romana que unía Segovia y Toledo salvase el río. Sus 55 metros de longitud cruzan el cauce en el camino que va desde Valdemaqueda a Villaescusa. Su perfil alomado presenta cuatro arcos de medio punto, que arrancan directamente del suelo, y que se complementan con dos aliviaderos adintelados en los extremos, quizás abiertos posteriormente ya que se ven elementos de distintas épocas.

Según el catálogo de Puentes Históricos de la Comunidad de Madrid sus bóvedas de medio punto están compuestas «por dovelas regulares de sillería bien tallada» que «tienen un pretendido origen romano atendiendo al característico relleno interior de hormigón –opus caementicium–».Otros elementos proceden de una reconstrucción de época Medieval.

Puente de la Alcanzora, La Navata

Popularmente se le atribuye un origen romano al puente de La Alcanzora que salva el río Guadarrama cerca del núcleo urbano de La Navata. Sin embargo, los expertos aseguran que se trata de una construcción de época medieval o moderna. Sólo tiene un ojo formado por un arco semicircular de medio punto. Su estado no es muy bueno aunque conserva la sillería del entredós de forma casi perfecta. El tablero y la parte superior del puente han desaparecido.

Puente de Hierro, Fuentidueña de Tajo

Atribuido erróneamente a Eiffel, este puente de Fuentifueña de Tajo está ubicado en la M-831. El error se justifica en que se encargó el proyecto al ingeniero José de Echevarría, que contrató la construcción del mismo a la empresa «Imbert y Cía», colaboradora con Eiffel.

Según los historiadores donde está este puente de hierro estuvo primero «un vado y una barca de maroma», y posteriormente un «puente de cuerda». El camino que traza fue paso obligado a Levante y Andalucía y aparece en el siglo XVI en los repertorios de Juan de Villuga (1546) y Alfonso de Meneses (1576).

Puente Largo, Aranjuez

Carlos III llamó a este puente «el rey de los puentes». Su construcción fue iniciada en 1757, a instancias del Rey Fernando VI, y fue concluido en 1761. Su arquitecto fue Marcos de Bierna. Desde entonces la piedra caliza de Colmenar de Oreja con la que está hecho luce a lo largo de su gran traza. En total consta de veinticinco tramos iguales, salvados mediante arcos de medio punto construidos en sillería. En sus extremos está rematado por figuras de leones. Uno de ellos porta un escudo y una cartela en cuya inscripción hace referencia al monarca que ordenó construirlo, al autor y a la fecha de finalización.

Puente de Toledo, Madrid

En el mismo punto en el que se encuentra el Puente de Toledo existió otro que, «al no disponer de una buena infraestructura», era periódicamente destruido por las riadas. La última de ellas fue en 1720, año en que se derrumbó bajo la presión de las aguas el que había sido levantado en el siglo XVII.

Así consta en el catálogo de Puentes Históricos de la Comunidad de Madrid donde se explica que fue entonces cuando se decidió construir otro más fuerte. Se terminó en 1732 y destaca por sus arcos de medio punto, labrados en sillares de granito, y por sus peculiares hornacinas, que representan a los patronos de Madrid, San Isidro y Santa María de la Cabeza. Ambas están fabricadas en piedra caliza y el responsable de su ejecución fue Juan Ron.