Diez bares de copas míticos de Madrid
Llevan décadas haciendo bailar a varias generaciones. Desde El Sol hasta la Joy Eslava, pasando por Siroco
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12345678910Suéltate el pelo: Música ochentera y treintañeros
Ubicado en la zona de Cuatro Caminos, Suéltate el Pelo es un bar de copas dedicado a la música pop-rock española desde la «Movida» madrileña hasta los temas más actuales. El ambiente suele ser de treintañeros y cuarentañeros (como dicen sus dueños, la generación de la «Bola de Cristal», de «Barrio Sésamo», de los dos rombos y la carta de ajuste, las panteras rosas, «Chanquete», «Mazinguer Z», «Ulises 31», «Candi Candi» y los Clics de Playmobil...), pero el fenómeno «revival» de la música de los ochenta ha llevado allí a muchos jóvenes. La segunda copa es gratis de 20:00 a 23:00 horas.
Calle María de Guzmán, 5.
Siroco: Buena música junto a Malasaña
Este bar malasañero, pero alejado del cogollo del barrio, en la más tranquila zona de San Bernardo, es conocido por albergar las sesiones y conciertos más «cool» de la escena independiente nacional. Por allí han pasado grupos como Calima, Fira Fem, Le Punk, Las Casiotone, Los Summers, Green Valley, Pupila, Tortel, Litoral y Tripulante, y Crucero, entre otros. Moderno y clásico a la vez, Siroco ha quedado muy mejorado estética y acústicamente tras su última reforma.
Calle San Dimas, 3.
El Sol: Más de 30 años en la elite musical
Lleva animando la zona de los alrededores de la Puerta del Sol desde los tiempos de la Movida madrileña, pero este local nunca ha perdido su frescura original. Tampoco su buen gusto al elegir la música para poner a bailar a sus visitantes, y es que por su cabina de pinchadiscos pasan los más expertos melómanos, avezados captadores de tendencias pero también descubridores de viejos tesoros ocultos del funk, el soul, el rock’n’roll, el garaje y el pop de todos los tiempos. Bajar su preciosa escalera de caracol lleva directo hacia una noche de diversión en el mejor de los ambientes.
Calle Jardines, 3.
El Templo del Gato: Decoración única y buen ambiente
La singular decoración de las paredes de sus dos plantas ha llamado la atención de muchos cineastas españoles, como los directores Fernando Colomo, que rodó allí varias escenas de «La vida alegre», Manuel Summers, que la utilizó para su película sobre Hombres G titulada «Sufre mamón», o Moncho Armendáriz, que llevó allí sus cámaras para grabar varias secuencias de la exitosa «Historias del Kronen». Por su escenario han pasado grandes grupos internacionales, pero actualmente los conciertos están limitados a 3 o 4 fechas al año, una de de las cuales es el 31 de diciembre (Nochevieja).
Calle Trujillos, 7.
Joy Eslava: Un clásico de la noche madrileña
Este viejo clásico de la noche madrileña es uno de los pocos bares de copas que abre todos los días del año. Allí se puede disfrutar de un ambiente espacioso, con veladas de monólogos de humor, conciertos en directo y todo tipo de fiestas, como la Noche del Cabaret. Algunos sábados también se abren sus puertas para los menores de edad, con las sesiones sin alcohol llamadas «Joy Light», para chicos y chicas de 14 a 17 años , de 17:30 a 22:00 horas.
Calle Arenal, 11
Costello Club: Música pop para paladar exquisito
Desde 2005, este local ubicado junto a la Gran Vía se ha convertido en uno de los puntos de referencia para los amantes del pop independiente más actual. En la planta de arriba el ambiente es de bar de copas, y en la de abajo, encontramos una sala abovedada, donde se celebran conciertos prácticamente a diario. Por allí es fácil encontrarse a artistas famosos como Eva Amaral, Bimba Bosé o a Christina Rosenvinge, que pasan de vez en cuando para descubrir o apoyar a nuevos talentos.
Calle Caballero de Gracia, 10
We Rock: La discoteca más grande del rock
Largo tiempo llevaban esperando los seguidores del rock duro por una sala como esta, ubicada en el centro de Madrid (junto a la Gran Vía), espaciosa, y con cierre a las seis de la mañana. Además, We Rock cuenta con un equipo de 30.000 watios de luz y sonido, con 10 pantallas de leds de 2 metros de altura, robótica, máquinas de humo, proyector, y todo lo necesario para pasar una noche de música a todo volumen. Allí se celebran batallas de bandas, conciertos, y se pincha casi de todo: Heavy Metal, Hard Rock, A.O.R., Thrash Metal, Sinfónico, Progresivo...
Calle Costanilla de los Ángeles, 20
Pop & Roll: Sello de calidad «Hombres G»
Fundado por el batería de los Hombres G en octubre de 1990, el Pop & Roll es otro de los clásicos para los melómanos de la capital. Visitado también por miembros de El Canto del Loco y su club de fans, este bar fue creado con la idea de cambiar la imagen de que la música pop-rock solo tenía cabida en pequeños locales, en general descuidados en comparación con la música dance u otras más «pachangueras». La música que se pincha es tanto nacional como extranjera, con quizás algo más de predominio de la nacional, sobre todo perteneciente a los ochenta y noventa.
Calle Santa Hortensia, 60
Moby Dick Club: 21 primaveras recién cumplidas
Este lugar de paso imprescindible para conocer la vida musical de la capital ha cumplido 21 años. Su interior, recientemente reformado, tiene una barra de aire marinero bautizada como «La Bodega del Capitán», donde el cliente puede charlar, sentarse y relajarse mientras escucha música en directo o las hábiles selecciones de sus pinchadiscos. Sus camareros sirven una gran variedad de espirituosos, reservas y premiums de los cuatro puntos cardinales. También está abierto para eventos y celebraciones privadas.
Calle Avenida de Brasil, 5.
Cien por cien: Estrellas en las paredes
El Cien por Cien se ha ganado un lugar de excepción en la noche madrileña, después de 25 años abriendo sus puertas a todo aquel que quisiera pasar un buen rato en compañía de amigos y la mejor música nacional, desde «la Movida» hasta el indie actual. Desde 1988, por allí han pasado infinidad de artistas, y de hecho sus paredes están decoradas con fotos autografiadas por los grandes músicos del pop español de los 80 y 90. Existe la posibilidad de celebrar allí fiestas de cumpleaños, bien llevando el piscolabis o bien dejando que los encargados del local se ocupen de todo.
Calle Santísima Trinidad, 30.