Diez consejos para realizar un viaje seguro en la «operación salida»

Compartir conducción

No es recomendable empezar un viaje si no se ha descansado adecuadamente, o si no tiene previsto compartir las horas de conducción con otra persona. A la fatiga provocada por la falta de sueño, se le añade rápidamente la que se deriva de la propia actividad de conducir.

Además, otro detalle muy importante es llevar un duplicado de las llaves del coche. La pérdida es algo frecuente en las vacaciones así que si es posible anote la numeración de su llave.

Más seguro en la autovía y sin horarios

Antes de iniciar la ruta es conveniente planificar el itinerario. Se trata de consultar el camino más idóneo y la carretera que presente mayor seguridad, aunque haya una mayor inversión de tiempo en el viaje.

En todo caso, siempre que se pueda es recomendable la utilización de la autopista o la autovía. Es un error grave y frecuente ponerse una hora fija de llegada al lugar de destino final, ya que si se ve que no se cumple el horario establecido, se tiende a incrementar las conductas de riesgo, en especial la velocidad y los adelantamientos.

Viaje en comboy pero sin circular juntos

Es bastante frecuente salir de vacaciones con familiares y amigos en varios coches. En este caso se suelen disparar algunas conductas de riesgo, entre las que destaca el adelantamiento precipitado.

Es recomendable que todos vayan a un ritmo similar, pero sin pretender circular juntos en cada momento. Por ello, se aconseja acordar previamente unos puntos de encuentro y parada, con el fin de evitar el estrés de estar siempre pendiente de la «pérdida» de los otros vehículos.

Momento de gran riesgo: La salida

Estadísticamente hay mucho más riesgo de accidente en las salidas vacacionales que en el regreso. Son especialmente peligrosos los kilómetros finales, cuando ya se está muy cerca del lugar de destino. Ello se debe fundamentalmente a la acción acumulada de la fatiga.

Las horas de más peligro

A ser posible se debe evitar conducir entre las dos y las cuatro de la tarde y durante la noche. Por la noche es mayor la posibilidad de sufrir un accidente, especialmente entre las dos y las cinco de la madrugada y al amanecer. Además, los accidentes nocturnos son más graves que los diurnos.

Paradas recomendables y tiempo de conducción

Numerosas investigaciones demuestran que nunca se debe de conducir en una misma jornada más de ocho horas seguidas. Por ello, se debe realizar pausas en el trayecto de unos quince minutos aproximadamente cada dos horas o cada 150-200 kilómetros.

Además, es conveniente hacer las principales comidas a las horas habituales. Los alimentos deben de ser ligeros y fáciles de digerir, evitando sobre todo los flatulentos y salados. Realice un desayuno más abundante de lo habitual, especialmente si después de él va a iniciar el viaje.

Respecto a las bebidas, FESVIAL aconseja beber agua abundantemente, para evitar la fatiga muscular. También recomiendan zumos y refrescos no gasificados. Las bebidas estimulantes como el café también son buenas en pequeñas dosis. Asimismo se tiene que evitar tomar leche caliente por la noche, ya que ésta es un facilitador de la aparición del sueño.Y por descontado, las bebidas alcohólicas están prohibidas.

¿Qué me pongo para conducir?

Lo primero que hay que ponerse para viajar es el cinturón. Pero la ropa del conductor es un factor fundamental a la hora de conducir. Se recomienda vestir cómodo y ancho porque si son vestimentas estrechas y ajustadas impiden la libertad de movimientos. También pueden dificultar la circulación de la sangre y generan estrés en el conductor. Por otro lado, deben ser ropa que protejan contra la radiación solar y que posibiliten la transpiración.

De otro modo, un coche con sofisticados sistemas de frenos no sirve de nada si el conductor no lleva un calzado adecuado que favorezca, por ejemplo, una correcta presión sobre los pedales. Los zapatos deben de ser cómodo, bien ajustados al pie, flexibles y no resbaladizos. A ser posible deben permitir además un buen tacto con los pedales, evitándose siempre un tacón excesivo.

Si el viaje se realiza en moto es preciso fortalecer los músculos paravertebrales y lumbares con fajas especiales. Dado que las manos y los pies realizan un fuerte trabajo, los guantes y botas son imprescindibles. Además, recomiendan llevar un mono completo que proteja de los roces en caso de caída. Es importante recordar también que la fatiga afecta mucho más en la moto que en el coche, por lo que es necesario hacer paradas muy frecuentes, como máximo cada hora y media.

El atasco, el peor enemigo

Por último, señalan algunos comentarios sobre algo frecuente en los grandes desplazamientos y sobre lo que no se suele hablar mucho: los atascos y las retenciones.

Es importante saber y prever que los inevitables atascos producen estrés en los conductores, con todos sus efectos añadidos: aumentan la fatiga y el cansancio, por la tensión que se acumula; hay en ellos una importante alteración de la atención; se puede producir un entumecimiento muscular que luego disminuye la reactividad; y potencian notablemente la agresividad por estar en un espacio cerrando inmóvil tanto tiempo.

En todo caso, el mayor riesgo del atasco se produce cuando la retención ha acabado, ya que muchos conductores para recuperar el tiempo perdido, disparan la velocidad y se realizan adelantamientos incorrectos.