Fernando Alonso, una joven promesa hecha realidad
Fernando Alonso Díaz, galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes 2005, se ha convertido a sus 24 años en un piloto capaz de romper todos los records en el deporte rey del motor y rescatarlo del anonimato en España para elevarlo a nivel de fenómeno social.
Nacido en Oviedo el 29 de julio de 1981, Alonso ha sido capaz de hacerse así mismo de la mano de un talento innato que le llevó a ser el primer piloto español en ganar un Gran Premio y el más joven en la historia en subir a lo más alto en una carrera de Fórmula 1, el 24 de agosto de 2003, con apenas 22 años y 25 días.
Ejemplo de precocidad desde siempre, el ovetense parece nacido para romper todos los records que se le ponen por delante, al menos eso se ha dedicado a hacer desde que a la pronta edad de los tres años ya probaba sobre un kart rudimentario construido por su padre, José Luis. Rápido comenzaron a llegar los triunfos para él. Con seis años ganó su primera carrera, con siete ya era campeón infantil de Asturias. Ocho victorias en ocho carreras y una vida meteórica que siempre fue a velocidad de Fórmula 1, algo a lo que estaba predestinado.
Un importador de karts, Genis Marcó, se cruzó en el camino de Alonso cuando su carrera necesitaba dar un golpe de timón, ya que el dinero era vital para hacer frente a los gastos y seguir creciendo. El piloto asturiano hizo las maletas rumbo a Italia para competir en el selectivo Mundial de karts. Esto no fue un obstáculo para él. Allí ya empezó a plantar cara a otro finlandés que ya apuntaba grandes cosas, Kimi Raikkonen. En su primer año mundialista logró el tercer puesto y una temporada más tarde, con 15 años, era campeón del mundo.
Alonso avanzaba a pasos agigantados y quemaba las etapas de aprendizaje a una velocidad de vértigo. Hacia falta un nuevo giro en su vida y este se produjo cuando apareció el ex piloto valenciano de Fórmula 1 Adrián Campos. Este fue el punto de inflexión que hizo posible que hoy sea uno de los grandes de la Fórmula 1. Campos buscaba un sustituto para Marc Gené en la Fórmula Nissan, que tras su título en 1998 buscaba entrar en la Fórmula 1, y rápidamente vio el talento de Alonso. El asturiano no tardó en aprender lo que era un monoplaza y el resultado fueron nueve 'poles', seis victorias y ocho vueltas rápidas. No tenía el carnet, pero con 17 años era capaz de ser más veloz que nadie en la pista.
La escalada hacia la gloria estaba claro que ya era imparable. Alonso subió un escalón más con su paso a la Fórmula 3000, la antesala de la Fórmula 1, donde posiblemente experimentó su mejor curso de aprendizaje. Y es que los principios no fueron nada fáciles para un joven acostumbrado a encadenar un triunfo tras otro. Costó que la escudería Astromega confiara plenamente en ese chico de Asturias nacido para esto, pero cuando lo hicieron todo cambió. Así en Hungaroring llegó su primer podio en la categoría y en Spa-Francorchamps (Bélgica) su primer triunfo, con 'pole' incluida. Cuando Alonso bajó en Spa del podio todo eran felicitaciones y los grandes de la Fórmula 1 comenzaban a rifarse a ese futuro campeón del mundo. Pero fue Renault, con un proyecto que soñaba con volver a estar a lo más alto y con el italiano Flavio Briatore a la cabeza, quien se adelantó.
La marca gala firmó al español por cinco años y diseñó para él un camino hacia lo más alto. Primero fue cedido a Minardi en la temporada 2001. Allí hizo su debut, el 4 de marzo de 2001 en el Gran Premio de Australia, donde acabó duodécimo. Fue un año difícil para el asturiano que veía como contaba con un coche con el que aspirar a ganar no era más que una utopía.
En 2002, Renault ya le trajo a su 'casa' como piloto probador y reserva y mediada la temporada anunciaba que uno de los dos monoplazas oficiales, el que dejaba vacante el británico Jenson Button, iba a ser suyo para 2003.
Con un monoplaza puntero en sus manos, Alonso no tardó en demostrar sus cualidades. En marzo de 2003 firmaba en Malasia su primera 'pole', siendo el piloto más joven en conseguirlo, y en la carrera era tercero, convirtiéndose en el segundo español en pisar el podio tras Alfonso Cabeza de Vaca en 1956.
Un nuevo podio en Brasil, donde no pudo estar en el cajón, ya que sufrió un aparatoso accidente que acabó con él en el hospital, y su segundo puesto en Montmeló en el Gran Premio de España confirmaron que Alonso ya era una realidad. Pero su gran momento ese año estaba todavía por llegar. El 24 de agosto de 2003, en Hungaroring, se convertía en el piloto más joven en ganar un Gran Premio de Fórmula 1. Ya estaba instalado en la elite y no hizo más que rubricarlo en 2004, donde luchó con los grandes de tú a tú para ser cuarto en el Mundial de pilotos, con 59 puntos.
Sin embargo ha sido en este 2005, cumpliendo los pronósticos de Briatore que le señaló siempre como el campeón del mundo para este año, cuando Alonso ha dado un golpe de efecto en la Fórmula 1. Con una ventaja de 27 puntos sobre Kimi Raikkonen a falta de cuatro carreras para el final de la temporada, Alonso puede coronarse matemáticamente este fin de semana en el Gran Premio de Bélgica, por lo que este Premio Príncipe de Asturias del Deporte 2005 no sería más que el inicio de una semana de festejos para él.
Felicitación de los Reyes y de los Príncipes
Los Reyes y los Príncipes han enviado sendos telegramas de felicitación al piloto de Fórmula Uno Fernando Alonso por la concesión hoy del Premio Príncipe de Asturias de los Deportes 2005.
Don Felipe y Doña Letizia han destacado la gran trayectoria profesional del galardonado y han asegurado que se trata de un modelo para la juventud actual.
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