España salió a la cancha media hora después de que Alemania hubiera caído en ese mismo escenario contra Italia en un duelo que se decidió en la prórroga. Aún coleaban los ecos del éxtasis de la «Nazzionale», con Belinelli y Gallinari de nuevo como héroes, cuando la selección tomó contacto con el balón. De cuerpo presente, pero con la mente, inevitablemente, en el partido que el jueves (17.45 horas, Cuatro) disputará en ese mismo escenario ante la anfitriona. Un duelo a vida o muerte del que saldrá el último clasificado del grupo para octavos de final. [Estadísticas del Islandia-España]
No era un día para sacar conclusiones. La debilidad del rival no invitaba a hacerlo. Si acaso, era uno para restañar las heridas y hacer balance de daños. Elevar la confianza pensando en el futuro y chequear los problemas sobre la cancha. Una jornada ideal para olvidar el pasado reciente y poner en marcha las mejoras anunciadas por Scariolo.
La primera de ellas -si acaso la más importante- era la defensa. Hasta ayer, España era junto a Turquía el equipo que más puntos permitía de todo el Eurobasket. Un lastre demasiado pesado para conjugar con las medallas. «Este grupo tiene menos talento que el de otros años y la importancia de estar concentrados y con disciplina es aún mayor. Nuestra defensa tiene que estar al nivel más alto». Las palabras de Pau Gasol por la mañana eran toda una declaración de intenciones, que no tuvo continuidad durante el partido.
Islandia se le subió a las barbas a la selección durante una primera mitad en la que España sesteó por momentos y en la que exhibió los mismos errores que le han llevado a esta situación límite en el Eurobasket. Sin un referente interior, los nórdicos eran todo corazón y tiro exterior. Lo sabía la selección y aún así concedió infinidad de tiros fáciles que dieron alas al rival (34-30, min. 19). Sólo Mirotic -14 puntos en el primer cuarto tras su affaire con la bandera- y Pau Gasol (12 al descanso) mantenían las luces encendidas del equipo.
El tiro exterior, otra de las lacras nacionales en este Europeo, supuso la chispa del cambio. Pau Ribas, que es el único medianamente acertado en esta faceta, obró el cambio con dos triples consecutivos a los que se unió otro de Sergio Rodríguez. Parcial de 11-2 con el que España se fue mandando en el marcador al descanso (36-41).
Era el inicio del fin para Islandia, que bajó los brazos definitivamente tras el descanso. Ayudó el cambio de actitud de España, presionando la salida del balón y situándose en una defensa en zona con cuatro hombres por fuera tratando de evitar la sangría exterior. Buen experimento de cara al futuro, que hubiera venido bien poner en marcha ante Italia.
Con el choque resuelto, Scariolo dio descanso a Pau Gasol y dispuso el escenario para que la segunda unidad diera la cara. Felipe Reyes, que no es dudoso, cumplió como viene haciendo durante el torneo. Seguro, aunque un pelín fuera de forma. Sin fuelle. Los años no pasan en balde. Junto a él, brillaron casi por primera vez en el campeonato sus compañeros en el Real Madrid. Llull y Sergio Rodríguez, desaparecidos en combate, volvieron mostrar su sonrisa. Imprescindibles. Echaron de menos a Rudy, aún convaleciente de la espalda, que apenas jugó. En ese ramillete de secundarios, Ribas y San Emeterio se confirmaron como alternativa sólida para suplir al balear.

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