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Artur Mas, presidente de la Generalitat - EFE
Reforma de la Constitución

El plan Ibarretxe y el desafío de Mas, dos embestidas abocadas al fracaso

Catalanes y vascos han intentado cambiar la Constitución a través de consultas soberanistas, pero se han estrellado frente a la mayoría parlamentaria

Paloma Cervilla
Actualizado:

Catalanes y vascos han intentado cambiar la Constitución a través de consultas soberanistas, pero se han estrellado frente a la mayoría parlamentaria

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  1. Consulta ilegal

    Artur Mas, presidente de la Generalitat - EFE

    La Constitución española ha resistido en sus dieciséis años de vigencia dos embestidas, ambas procedentes de los nacionalismos. Catalanes y vascos han intentado reformar la Carta Magna por la vía de la reivindicación autonómica, pero ambas han fracasado en el Congreso de los Diputados. Se han estrellado ante la soberanía popular representada en el Parlamento.

    El primer acoso a la estructura del Estado que emana de la Constitución tuvo como protagonista al entonces lendakari Juan José Ibarretxe , que se presentó ante las Cortes Generales con su plan soberanista. Su objetivo era convocar una consulta sobre el futuro del País Vasco, que fue declarada inconstitucional.

    En febrero de 2005, el Congreso rechazó el plan soberanista por 313 votos en contra y solo 29 a favor. Tras ocho horas de debate, la estrategia de Ibarretxe naufragó.

    La segunda embestida la ha lanzado el presidente de la Generalitat, Artur Mas, que, a diferencia del que fuera lendakari, no se presentó en el Congreso a defender la consulta en Cataluña . Los diputados rechazaron por mayoría el pasado mes de abril la proposición de ley del Parlamento catalán para que delegara en la Generalitat la competencia para convocar un referéndum consultivo. 299 votos en contra frente a 47 a favor.

    Artur Mas, a diferencia de Ibarretxe, ha seguido adelante con su intención de convocar un referéndum el próximo 9 de noviembre. Si cumple su amenaza, el Gobierno de Mariano Rajoy ya le ha advertido de que le obligará a cumplir la ley y le impedirá llevar a cabo este referéndum que amenaza la unidad de España.

  2. El plan Ibarretxe

    Ibarretxe, en el Congreso en 2005 - Ignacio gil

    El Estatuto Político de la Comunidad de Euskadi, llamado en su momento «Plan Ibarretxe» en honor al lendakari que lo impulsó, inició su andadura en 2003 con su aprobación por el Ejecutivo vasco, continuó en 2004 cuando recibió el visto bueno del Parlamento de Vitoria y naufragó en 2005. Después de que fuera rechazado por el Congreso de los Diputados. Votaron en contra PSOE, PP, CC, IU y Chunta Aragonesista (313 votos) y a favor PNV, CiU, ERC, BNG, EA y NB (29), mientras que hubo dos abstenciones de IC-V.

    El texto contenía un planteamiento basado en la «libre asociación» entre el País Vasco y España que contemplaba la soberanía compartida y el derecho de autodeterminación.

    El encargado de defenderlo en Madrid fue el entonces presidente del Gobierno vasco, Juan José Ibarretxe, que ante el rechazo de la mayoría formada por los partidos constitucionalistas aseguró que iba a seguir adelante con su proyecto. Reclamó que la andadura emprendida no tenía «vuelta atrás y terminará -dijo- en un momento determinado con una consulta democrática a la sociedad vasca».

    Ibarretxe esbozó incluso un calendario, que jamás se llevaría a cabo. Incluso su partido, el PNV, le dejó a solas con una hoja de ruta que supondrá el fin político del lendakari.

  3. El Plan CiU-ERC

    Debate sobre la consulta catalana en el Congreso - Ángel de Antonio

    Por Àlex Gubern

    En puridad, el plan de ruptura diseñado por CiU y ERC no pretende una reforma constitucional , simplemente aspira a escribir una nueva Constitución estrictamente catalana: a diferencia del catalanismo histórico, que anhelaba a ser motor del reformismo y la modernización de España, el independentismo imperante no concibe ya un nuevo modelo de Estado porque lo que pretende es separarse del mismo.

    No obstante, entre el independentismo maximalista que representarían CDC y ERC, y la defensa sin fisuras de la actual Constitución que propugnan PP y Ciudadanos, el resto de formaciones sí abogan al menos oficialmente por un cambio constitucional. El PSC, por ejemplo, presume de haber arrastrado al PSOE hacia las tesis federales , si bien entre los socialistas catalanes hay quienes insisten en un «asimetrismo» marca Maragall, quienes son independentistas directamente o quienes abominan del soberanismo vigente y se integran en iniciativas como Sociedad Civil Catalana .

    De igual manera, en una UDC que oficialmente defiende una Constitución «confederal», hay también quien está por la ruptura. Ambos partidos, eso sí, abogan por una reforma constitucional como fase posterior a la celebración de una consulta que, aseguran, debe ser legal.