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Elecciones europeas 2014

¿Por qué se castiga al bipartidismo?

Pasados 37 años desde las primeras elecciones el desgaste sufrido por los dos grandes partidos es evidente. Aunque existirán tantos motivos como votantes desencantados, estos son algunos de las razones que han llevado al desplome de PP y PSOE

JUAN FERNÁNDEZ-MIRANDA
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Pasados 37 años desde las primeras elecciones el desgaste sufrido por los dos grandes partidos es evidente. Aunque existirán tantos motivos como votantes desencantados, estos son algunos de las razones que han llevado al desplome de PP y PSOE

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  1. Corrupción: permisividad y silencio

    La portada de ABC que desveló el escándalo de los ERE irregulares en Andalucía - ABC

    Entre los ciudadanos se extiende el argumento de que los políticos corruptos no reciben el castigo que merecen, sobre todo desde el punto de vista de su responsabilidad política. Además, en la sociedad cae muy mal la sensación –más o menos realista– de que en las campañas electorales el PP y el PSOE hacen una especie de pacto de silencio para no desgastarse mutuamente por los escándalos de corrupción.

    Los ejemplos son claros y recientes: en esta campaña, Rajoy no ha hecho ninguna referencia al escándalo de los ERE –pese a que ha pisado varias provincias andaluzas– y Elena Valenciano sólo se refirió una vez a las «cuentas en Suiza» en el debate a dos en TVE.

  2. La «casta» política

    El hemiciclo del Congreso de los Diputados, sede de la soberanía popular - abc

    Entre muchos ciudadanos ha cundido la idea de que en los dos grandes partidos tradicionales cada vez hay más políticos de carrera, personas que se vinculan a unas siglas desde su juventud y que van saltando de cargo en cargo sin haber trabajado en el mundo real.

    Hay ejemplos para aburrir: desde José Blanco (de concejal a ministro) o Elena Valenciano (de telefonista a vicesecretaria general del PSOE ) o Jorge Fernández Díaz (de gobernador civil en 1980 a ministro del Interior).

    Partidos emergentes, como UPyD o Ciudadanos, explotan el mensaje de que sus candidatos son personas que se han ganado la vida con su profesión y ahora quieren dedica unos años a la cosa pública.

    De todos modos, como toda generalización esconde una injusticia: en el PP y el PSOE también hay políticos con excelentes carreras profesionales. Sin ir más lejos, Rajoy es registrador, Gallardón es fiscal y Soraya Sáenz de Santamaría es abogada del Estado. Igualmente, hay ejemplos de buenos políticos sin ningún tipo de formación y de malos políticos con excelentes y brillantísimas carreras profesionales.

  3. «Montesquieu ha muerto»

    Alfonso Guerra, exvicepresidente del Gobierno con el PSOE - abc

    Cuando están en la oposición, el PP y el PSOE siempre anuncian que fortalecerán la separación de poderes, en concreto en lo relativo a la elección de los vocales del Consejo General del Poder Judicial.

    Sin embargo, siempre han hecho todo lo contrario: desde el célebre «Montesquieu ha muerto» pronunciado supuestamente por Alfonso Guerra cuando el PSOE de Felipe González hizo la primera reforma del Poder Judicial hasta la última reforma impulsada por el actual ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón (que ha hecho exactamente lo contrario de lo prometido en el programa electoral).

    El Poder Judicial, por tanto, está cada vez más sometido al Ejecutivo y al Legislativo, pues el nombramiento de sus vocales se decide mayoritariamente en el Congreso, el Senado y el Gobierno.

  4. Limitación de mandatos

    José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero - abc

    José María Aznar fue pionero en el compromiso de abandonar al cumplir dos legislaturas en el poder (1996-2994). A continuación, Rodríguez Zapatero también dio ese paso (2004-2011). Sin embargo, esta norma no escrita no ha tenido acogida alguna en las comunidades autónomas y los ayuntamientos, donde los presidentes y alcaldes que superan los 20 años en el poder se cuentan por decenas. En el PP y en el PSOE, pero también hay casos con IU, PNV o CiU.

  5. Democracia interna

    Rajoy y Aznar, en el campus de FAES - abc

    A los líderes políticos les encanta hablar de democracia, pero en sus propias formaciones hay una estructura absolutamente jerarquizada que penaliza al disidente. En el PP manda Rajoy y en el PSOE manda Rubalcaba, del mismo modo que mandaron Aznar y González.

    Los sucesores se nombran «a dedazo limpio» en la gran mayoría de los casos. Los últimos dos ejemplos son clarísimos: Juan Manuel Moreno en el PP de Andalucía y Susana Díaz en el PSOE andaluz y en la Junta. También fueron sonados la designación de Rajoy como sucesor de Aznar y los movimientos del aparato del PSOE para «cargarse» Josep Borrell como candidato a la Presidencia del Gobierno, pese a que había ganado limpiamente las primarias.

  6. La regeneración democrática, papel mojado

    Una papeleta entrando en la urna - abc

    Las promesas de regeneración democrática son habituales en los programas electorales, especialmente en los de los partidos que están en la oposición.

    En sus tiempos de líder de la oposición, Rodríguez Zapatero organizó un acto en el Congreso bajo el título «Una democracia para los ciudadanos», un plan de regeneración democrática articulado en torno a ocho ejes: legalidad internacional, acercamiento de los representantes a los representados, recuperación del papel protagonista del Parlamento, formación de una opinión pública libre y educada, control de los poderes públicos por parte de los ciudadanos, democracia paritaria, democracia europea y organizaciones sociales.

    De cara a las elecciones generales de 1996, José María Aznar también hizo bandera y discurso electoral de la renovación democrática.

  7. «El chocolate del loro»

    La primera subasta de coches de la Junta de Castilla-La Mancha se celebró en 2011 - ABC

    La crisis económica ha destapado una hipersensibilidad ciudadana hacia los privilegios de los que gozan los políticos y la falta de control sobre muchos gastos, que en algunos casos son menores. Lo que antes de la crisis algunos llamaban «el chocolate del loro», porque son peuqeños gastos, pasó a convertirse en «un millón de loros comiendo chocolate». En tiempos de recortes que afectan diretamente a los bolsillos de los ciudadanos, hay gastos que parecen obscenos: coches oficiales , despachos lujosos, subvenciones absurdas, viajes en primera...

  8. Reformas constitucionales

    Ejemplar de la Constituxción Española, aprobada el 6 de diciembre de 1978 - abc

    El PP y el PSOE son incapaces de reformar aspectos de la Constitución que están absolutamente obsoletos. La igualdad del hombre y la mujer en la sucesión a la Corona o el papel del Senado son dos ejemplos de asuntos que todos prometen y nadie lleva a la práctica.

    El ciudadano no lo entiente, sobre todo cuando en agosto de 2011 Zapatero y Rajoy pactaron una reforma constitucional en tiempo récord: la reforma del artículo 135 de la Constitución para establecer la obligación del equilibrio presupuestario. Aquel acuerdo, que era una imposición de la Unión Europea, es la demostración que cuando quieren, el PP y el PSOE son capaces de llegar a acuerdos importantes.

  9. La educación, arma política

    Cartel del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte - abc

    Decir que la educación es uno de los pilares del futuro es una obviedad en la que está de acuerdo todo el mundo. Sin embargo, en España el PP y el PSOE son incapaces de sentarse a consensuar una ley educativa. Más bien al contrario: se esfuerzan en hacer las leyes a su manera.

    La prueba es que cada vez que hay un nuevo Gobierno una de las primeras leyes importantes que aprueba es la correspondiente ley educativa: de la LOGSE de Rubalcaba, a la LOCE de Aznar, la LOE de Zapatero y, ahora, la Ley de Calidad de Rajoy. Leyes que nacen siempre con fecha de caducidad, pues la oposición avisa siempre que en cuanto vuelva al poder será lo primero que derogarán.

  10. Las listas abiertas

    Las listas del Senado sí son abiertas - ABC

    En las elecciones generales, el ciudadano vota la lista que elabora un partido político, por el orden que decide cada partido. En los sistemas con listas abiertas, como el británico, el ciudadano elige al candidato de cada partido que él decida. Con este modelo, el diputado que ha sido elegido se lo debe a quién le ha votado (el ciudadano), no a quien le ha incluido en unas lista cerrada (el líder del partido ). Se consigue mucho mayor cercanía entre político y ciudadano.