Razones para una victoria madridista
Han pasado doce años desde la última final de Champions y de la última conquista europea blanca. La motivación es máxima
Actualizado: GuardarHan pasado doce años desde la última final de Champions y de la última conquista europea blanca. La motivación es máxima
12345Lo decimal
Esta Copa de Europa sería el ingreso en el sistema decimal. La determinación clara de que frente el mundo moderno binario de la computación, el Madrid se eterniza sobre una base decimal. La décima es solo la garantía de eternidad del fútbol.
Si en Italia cada diez ligas dan una estrella en la camiseta, el Madrid debería ser distinguido con un símbolo de su decimalidad. Ese símbolo, nuevo, recogería simbolizadas Europa, el Fútbol y lo Decimal. ¡Simbolizar eso haría pensar mucho a Europa!
Lo decimal además es muy madridista. La aritmética madrididista es posicional, de modo que ese uno que se le añade es como un salto adelante, una diferenciación, un distingo secular. ¡Bernabéu estaría contento con ese uno delante de todo, uno al que solo tiene acceso el Madrid! Posición, club, vanguardia. El Madrid estaría inaugurando realmente el siglo XXI balompédico.
Florentinismo Vs. Sanzismo

abc El Florentinismo, que es un volver a las fuentes de Don Santiago, vive (y no lo dice) preocupado porque el Sanzismo (¡landismo de la gestión deportiva!) tiene dos copas de Europa, séptima y octava, frente a la majestuosa volea de Zidane. Esto es un hecho irrefutable, absurdo, que hace que todo el edificio lógico del florentinismo presente grietas (grietas a Florentino, ojo, ¡a Florentino!). Que ganara su segunda pondría orden dentro de la historia blanca (o de otro modo: ¿Karembeu sí y Cristiano no?)
El cholismo, nueva moral

efe Desde la profunda admiración hacia el Atleti y hacia el Cholo, empieza a advertirse que el Cholismo no es un nuevo Mourinhismo, sino que, justo cuando estaba en ese momento de éxito, en el momento de la victoria, pudiendo optar por la contestación, el capricho, la salida de pata de banco, ese enfurruñamiento melancólico de Mou, Simeone, para sorpresa de todos nosotros, empieza a hablar de... ¡humildad! Es la “humildat” de Xavi. La matraca dels valors. No ha servido de nada haber derrocado el guardiolismo, porque ahora, cuando Cholo, que parecía uno de los nuestros, resulta vencedor, ¿por qué opta? Por sentarse a hablar de compromiso, identidad, pasión, humildad, entusiasmo... ¡Parece un Director Espiritual en los retiros de Los Ángeles de San Rafael!
El Madrid, paradójicamente, es el único equipo sin monsergas morales.
La Copa de una generación
La Genereación Mejor Preparada de la Historia, la GMP, o su reverso popular y choni, la Generación Nini, no tiene Copa de Europa. La Novena fue en tiempos de opulencia. Había dinero, trabajo, en los coches de fabricación alemana sonaba fuertemente la música de Los Chichos. España era una Fiesta y llegaron la Séptima, la Octava, la Novena. Aznar, el atlantismo, el ser algo en Europa, la convergencia real, el chalet en la playa. Todo eso tuvo su Champions. Pero no hay Copa de Europa para esta nueva España de la menesterosidad, del no tener un duro. Este momento español necesita su Champions para fijarse bien en la historia, para inscribirse bien en los libros, para que no olvidemos nada. La Décima es hito, mojón, obelisco de estos años tan adversos.
San Íker y el pasmo de Mutriku

Afp El poder angélico del Madrid está en Íker Casillas. El Cholo sólo ha perdido una final en su vida, la de los JJOO de Atlanta. El resto, victorias. Frente a eso, que asusta un poco, el Madrid opone su conexión médium, Cuarto Milenio, espiritista de Casillas con el Olimpo blanco. Tan cerca de Fátima...¡Casillas! Los guantes de San Íker son la España Mágica, la supervivencia del folclore supersticioso. Las fiestas, las rogativas, las procesiones. Todo eso, sin expresar, converge en la fe en Casillas. Junto a él, las estrellas. Magia y BBC. Pero... ¿no habría un tercer elemento secreto, callado, que recogiera lo mejor/peor del florentinismo y el centrocampismo desvaído, light, semisecreto, estéticamente aseado, pero anémico, desapasionado? ¿No hay alguien que en sí mismo simboliza el ancelottismo y el anticholismo, que es némesis del cholismo en su ser-todo-lo-contrario? Sí, díganlo conmigo, atrévanse... Illarramendi. El pasmo de Mutriku.


