La versión goleadora visitante de Rubén Castro

Nunca ha bajado de los diez en sus cinco temporadas verdiblancas en la Primera división. Pero el canario se quedó a un par de pasos de hacer historia. Dos son los goles que le separan del máximo anotador del Betis en la máxima categoría, Hipólito Rincón, que hace años fijó en 78 una marca que, de momento, sigue imbatida.

No pudo ser en Gijón, donde el grupo encabezado por Dani Ceballos se propuso proporcionarle balones a lo largo de la segunda parte al delantero para ver si era posible alcanzar la proeza de anotar cuatro goles. Habrá que esperar. Al menos así lo entiende el propio Rubén Castro. Acostumbrado desde hace mucho a lanzar mensajes escuetos cuando se le preguntaba sobre sus opciones de continuar vinculado a los sucesivos proyectos del Betis, el delantero dejó caer tras el partido del sábado que «yo quiero seguir, estoy muy a gusto y ojalá sea así». El pasado mes de octubre, después de unas complejas negociaciones, Rubén Castro llegó a un acuerdo con el club para ampliar su contrato hasta 2019 siempre y cuando cumpla con una serie de condicionantes a lo largo de la temporada 17-18.

Pocos esconden que el futuro del futbolista puede quedar seriamente condicionado por un asunto que corre paralelo a su carrera desde hace cuatro años. Así, el Juzgado de lo Penal número 14 de Sevilla juzgará este jueves a Rubén Castro por los malos tratos cometidos supuestamente sobre su expareja sentimental, hechos por los que la Fiscalía le pide cuatro años de cárcel y la acusación particular ocho años y nueve meses de prisión.

En noviembre de 2016, la juez de Violencia sobre la Mujer número 3 abrió juicio oral contra el delantero canario y tuvo por formulada la acusación contra el futbolista por parte de la Fiscalía por un delito de malos tratos habituales, un delito de amenazas leves y seis delitos de maltrato en el ámbito familiar.