Así es la vida de los medallistas olímpicos españoles un año después de Londres
La llama olímpica brilló en Londres hace un año - efe
Juegos olímpicos

Así es la vida de los medallistas olímpicos españoles un año después de Londres

Tras tocar el cielo con las manos, varios de los triunfadores en Londres 2012 preparan los Juegos de Río ajenos a esa fama que les envolvió durante varios meses

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Tras tocar el cielo con las manos, varios de los triunfadores en Londres 2012 preparan los Juegos de Río ajenos a esa fama que les envolvió durante varios meses

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  1. Londres 2012: una llama que se apaga

    La llama olímpica brilló en Londres hace un año
    La llama olímpica brilló en Londres hace un año - efe

    Hace poco más de un año, vivían un sueño hecho realidad. Las medallas conseguidas en Londres les habían situado en el Olimpo nacional. Una especie de héroes del siglo XXI a los que la gloria olímpica les puso de golpe en el primer plano de la actualidad del país. Recibimientos multitudinarios, homenajes populares, palmadas en la espalda… Un fervor popular que se ha ido apagando poco a poco al mismo ritmo que sus deportes, minoritarios, pierden también el interés del gran público. Vuelven a ser Maialen, Maider, Joel o Marina. Héroes anónimos que siguen persiguiendo el sueño olímpico que esta vez espera en Río de Janeiro en 2016.

  2. Joel González, oro en taekwondo: «El adiós de Madrid 2020 frenará el deporte español»

    Joel González, en la Universidad donde compagina estudios y entrenamientos
    Joel González, en la Universidad donde compagina estudios y entrenamientos - Inés Baucells

    Hace apenas unas semanas que ha regresado de México, donde ha disputado el Mundial sin demasiada fortuna. A pesar del oro que consiguió en los Juegos Olímpicos, poco o nada se ha podido leer o escuchar en los medios sobre su aventura en Puebla, donde fue eliminado en cuartos de final. «Uno se da cuenta de que para los medios sólo importan los Juegos y es un poco triste, pero es lo que hay», reconoce a ABC sin perder esa sonrisa de la que ha hecho gala desde que se encumbró en Londres.

    Su vida ha cambiado poco en estos meses. El subidón de los primeros días ha ido dejando paso a una vida más sosegada, centrada de nuevo en los entrenamientos y la universidad. Son horas de esfuerzo que sólo se ven recompensadas si el resultado es positivo en los Juegos. «Las ayudas cada vez son menos y los patrocinadores no se animan. Todo se lo lleva el fútbol», afirma.

    Son los problemas colaterales que ha traído la crisis. Recortes que complican la preparación y que, en muchos casos, llegan a derribar el sueño de muchos de ellos. «Yo cuento con la beca por el oro de Londres, pero hay otros compañeros que no tienen esa suerte y están pensando en tirar la toalla», asume.

    El mazazo de Madrid 2020 complica aún más las cosas. Era el empujón que todos esperaban y que tampoco llegará. «El adiós de Madrid 2020 va a frenar mucho la evolución del deporte español», apunta con esa sonrisa perenne que se resiste a abandonar.

  3. Maider Unda, bronce en lucha olímpica: «Sé que esta es mi realidad»

    Maider Unda, en la granja donde trabaja haciendo quesos, como antes de Londres
    Maider Unda, en la granja donde trabaja haciendo quesos, como antes de Londres - jose Montes

    «Me da vergüenza estar en el súper y que la gente me reconozca, aunque es algo que cada vez pasa menos. En tu interior, sigues pensando que eres anónimo. Sé que mi realidad es esta. Trabajar y compartir el día a día con mi familia». Las palabras de Maider Unda, bronce olímpico en lucha, denotan su carácter práctico. Reconoce que tardó poco en volver a la rutina de siempre. Esa que se resume en el trabajo en la granja de Olaeta y sus entrenamientos sobre el tapiz.

    «Si echo la vista atrás, realmente no sé cuándo terminó todo. Aún hoy me siguen felicitando por la medalla, pero son los de siempre. Los que me conocen de toda la vida», apunta la deportista vasca, que mantiene su espíritu optimista a pesar de que sus condiciones para preparar los próximos Juegos no son las mejores. «Nos ha tocado adelantar dinero para las competiciones y no es la primera vez», protesta. Aun así, en el Europeo de lucha ha sacado medalla y, aunque lejano, tiene ya su vista puesta en Río 2016. «No creas que queda tanto. Llega antes de lo que piensas. Para mí, lo bonito es el camino que hacemos hasta allí. Darte cuenta de lo que eres capaz de superar y de dejar atrás para llegar y luchar por la gloria olímpica», apunta.

    Mientras llega ese día, Maider seguirá disfrutando junto a sus ovejas. Alejada del mundanal ruido y viviendo el día a día con los suyos. Centrada en un sueño que ya se hizo realidad y que espera repetir.

  4. Marina Alabau, oro en vela: «Los Juegos se ven muy lejos»

    Marina Alabau, que acaba de ser madre, posa con su hija y su oro olímpico
    Marina Alabau, que acaba de ser madre, posa con su hija y su oro olímpico - nono Rico

    Cuando atiende la llamada de ABC, a Marina Alabau aún le quedan unos días para dar a luz. Como les ocurre a Maialen Chorraut y a otro buen número de mujeres deportistas, el año posterior a los Juegos es la mejor época para ser madre. Un sueño que para Alabau se hizo realidad poco después de colgar el teléfono. «Estoy de ocho meses y medio, pero yo creo que esto toca ya para cualquier momento». Sus presagios cumplidos son también el pistoletazo de salida para Río de Janeiro 2016. Tras casi un año de entrenamientos dispersos, la medallista de oro en Londres asegura que está «como loca» por volver a subirse a la tabla. «Me muero de ganas por entrar de nuevo al agua», apunta inquieta poco antes de dar a luz.

    Si todo va bien, su niña podrá estar con ella en Brasil dentro de tres años, donde Marina intentará volver a subir a un podio como lo hizo en Londres. «Los Juegos se ven un poco lejos, tanto los pasados como los que tienen que venir. Prefiero no pensar mucho en ello. Son muchos entrenamientos, muchos campeonatos…», relata.

    Confiesa que su vida, afortunadamente, es ya más tranquila. Que se ha pasado la vorágine y, aunque en la playa de Tarifa la siguen conociendo, sabe que su vida está lejos de la esfera pública. Además de la beca ADO, Alabau sí que ha conseguido ayuda privada para encarar con más garantías el sueño de Río 2016.

    Es una rara avis. Una privilegiada que ha tenido una fortuna esquiva para la gran mayoría de deportistas que tienen que conformarse con las ayudas públicas para sustentar sus ilusiones, cuya meta final está en los Juegos Olímpicos de Brasil dentro de tres años.

  5. Maialen Chourraut, bronce en piragüismo: «Pienso en Río todos los días»

    Anne mira curiosa la medalla de bronce que cuelga del cuello de su madre. La piragua, a pesar de tener apenas cuatro meses, le parece ya familiar. Como si hubiera convivido con ella desde el primer día de vida. Antes incluso. Así posan para la cámara Maialen Chourraut, bronce en aguas bravas en Londres 2012, y su hija. Esa que ocupa por ahora todo su tiempo, mientras apura sus últimos días antes de volcarse de lleno otra vez en el canal con el objetivo de Río 2016.

    «Mi vida ahora es aún más bonita si cabe. Me está costando recuperarme, pero merece la pena y ya tengo buenas sensaciones para volver a remar», afirma Chourraut, consciente de que su preparación no será la misma que utilizó para triunfar en Londres. «Antes estaba todo el día entrenando y ahora se hace todo más complicado por la niña. Aun así, no puedo evitar pensar todos los días en Río. Sé que estos tres años pasan muy rápido», asegura.

    En el camino la acompañan «los mismos de siempre, que son los que me conocían antes de la medalla». Una senda difícil por la falta de apoyos. «Se quieren resultados, pero la situación es muy complicada. Hay mucha incertidumbre para planificar los entrenamientos y las competiciones. Tengo compañeros que no saben si podrán seguir adelante», afirma, antes de retomar el reto con más ganas.

    «No me da pereza. Me encanta entrenar, remar... lo único que me preocupa es organizarme. Pero quiero que ella -por Anne- me vea en Río», señala ilusionada.

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