
Diez momentazos del Primavera Sound de Oporto
Repasamos en flashazos lo mejor de la edición 2013 del Optimus Primavera Sound, el hermano pequeño del de Barcelona, que este año se ha consolidado como cita imprescindible en Portugal
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12345678910El «Girls & Boys» de Blur

Damon Albarn, en pleno éxtasis noventero - efe Diecinueve años después de que viera la luz en forma de disco, los acordes de este himno generacional volvían a sonar en directo. Era en el escenario principal del Optimus Primavera Sound, donde los Blur volvían a la palestra para reverdecer sus canciones. La canción que descubrimos en el «Parklife» (1994) y que supuso el desembarco de los de Damon Albarn en la liga de los grandes del Brit-Pop sonaron y el público empezó a bailar poseído por una frescura que casi no recordaban. El resto del concierto -un hit detrás de otro- sirvió para recordar que Blur tenía un puñado enorme de buenas canciones que no han perdido fuerza con los años.
Caída y ascenso de Nick Cave

Uno de los más esperados del evento era el australiano y su banda. Y no defraudó. Todo pese al percance: en medio de la actuación, Nick Cave se sube a las vallas, tropieza y cae al foso. Y desde el suelo, tirado, sigue cantando. Se pone en pie, sube otra vez a las rejas y ahí, elevado sobre el público, sostenido sobre el acero solo por la punta de sus pies y por las manos del público enfervorecido que le sujetan, ejerce de mesías predicando su rock descarnado sobre las cabezas de los allí congregados.
La sorpresa de Savages

Ritmos salvajes sobre el escenario - l. fernández La carpa del Pitchfork se había llenado a la espera de uno de los grupos que más prometían del festival: Savages, cuatro jovencísimas londinenses que destilan punk por los cuatro costados y una energía realmente contagiosa. Arriba, en el escenario, Jehnny Beth y las suyas fueron escupiendo sus canciones, con un chorro de voz al micrófono, un bajo potente, una guitarra increíble por lo versatil y una batería que se descoyuntaba de los mamporros que estaba recibiendo. Un tema tras otro, la cosa se iba animando, hasta llegar al final del concierto con un público totalmente entregado a un sonido intenso, duro pero tremendamente depurado. Y, por supuesto, se llevaron la ovación del festival.
Los Planetas y su Copa de Europa

J, entre sombras violáceas - l. fernández La melodía del teclado se abría paso entre la distorsión de las guitarras cósmicas de Los Planetas en el escenario Super Bock, ante la mirada atenta de centenares de treintañeros españoles que se había reunido en este momento íntimo con su grupo de referencia para recordar que hace 15 años nació el que todavía hoy es la cumbre del indie patrio. Un repaso completo al disco «Una semana en el motor de un autobús» que arrancó con el desgarrador «Segundo premio» y durante el que sus canciones sonaron extrañamente limpias, cosa poco habitual de la formación de J hace hoy década y media, pero que ahora es norma habitual de la casa. El fandango final sirvió para recordar por dónde van ahora los tiros del grupo y para poner toda la jugada en relación.
Aloha Breeders

Un momento del concierto de The Breeders Kim Deal volvía a la península después de su paso con los Pixies hace tres años. Pero esta vez venía con su hermana y todo era distinto: tocaban de pé a pá su álbum de mayor alcance, «Last Splash», y lo hacían con bastante mejor humor que junto a Frank Black. Cuando sonaron los acordes de «No Aloha», la complicidad entre ambas hermanas y el público que por millares ocupaba la explanada principal era perfecta: sobre el escenario, sonrisas y un brillo en los ojos que hacía intuir que estaban disfrutando de cada minuto que pasaban sobre el escenario.
Daniel Johnson no tira la toalla

Daniel Johnston, toalla al cuello - l. fernández La estampa de Johnston sobre el escenario ATP era casi dantesca: pelo cano, gesto cansado, barriga enorme y una toalla sobre el cuello (suponemos que por aquello de que actuaba en Portugal), leyendo las letras de las canciones colocadas en su atril mientras sujetaba el micrófono con sus manos temblorosas. Pese a la apariencia, la fuerza de sus canciones se sobrepuso a todo el atrezzo y acabó cuajando un gran concierto, al que no le faltó ni siquiera un bis, y que finalizó con el tradicional «True Love Will Find You In The End».
Etéreos My Bloody Valentine

El bajo de My Bloody Valentine El público esperaba con ansia las guitarras de Kevin Shields para cerrar el cartel de los grandes del Primavera Sound y cierto es que su sonido atronó la explanada del escenario principal en una actuación con un ojo puesto en su nuevo album de estudio y con el otro en su etapa anterior. Un muro de distorsiones con engarces al que montó Swans el día anterior y al que tal vez le faltó que a la voz de Shields se le escuchara alguna vez encima de toda esa ingeniería sonora.
El carrerón del cantante de Wild Nothing

Jack «Bolt» Tatum - efe A diez minutos de comenzar su actuación en el Primavera Sound, Jack Tatum, cabeza y alma de Wild Nothing, se encontraba junto a la playa de Matosinhos, muy lejos de la entrada del festival y con cara de agobio evidente. Desconocemos lo que había ido a hacer allí, pero dio una auténtica exhibición de pulmones a tenor del carrerón que se pegó para alcanzar la entrada y llegar a tiempo al escenario. El Usain Bolt del indie desgranó sus temas pop sin mella en la factura y sin más indicio para el público asistente tal vez que el de unas mejillas un poco más sonrosadas de lo normal.
Las bolsas-mantel de picnic

La manta-bolso lo mismo valía para sentarse que para taparse del frío - efe Uno de los grandes aciertos de la organización del festival fue el de regalar miles de bolsas naranjas convertibles en mantas de 1,5 metros de largo, perfectas para sentarse sobre el mullido césped del Parque de Cidade y disfrutar relajadamente de los conciertos mientras cae el sol.
Un detalle en un festival que tuvo más destellos para los asistentes: tocados florales recién manufacturados para ellas por doquier (incluso Damon Albarn acabó con uno), prismáticos para ver los escenarios desde la lejanía y precios más que razonables con respecto al mismo evento de Barcelona. Todo hizo del Optimus Primavera Sound un evento cómodo, agradable y en el que brilló el buen ambiente y la ausencia general de incidentes.
Swans, Grizzlie Bear, Dinosaur Jr. y etc, etc

Un momento de la actuación de Dead Can Dance - efe Como sería injusto dejar a muchos grupos que cuajaron buenas actuaciones en el festival el último «momentazo» es para todos ellos: desde el noise rock rejuvenecido de Dinosaur Jr. al pop cristalino y tranquilo de Grizzly Bear, pasando por Neko Case, la originalidad e intensidad de Swans, la electrónica de los españoles Svper, el virtuosismo de Dead Can Dance… y de todos aquellos que también actuaron pero que la carencia del don de la bilocación hizo que nos perdiéramos sus actuaciones.








