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Las claves de una nueva era para la educación

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«Cualidades como la ética del cuidado y la ciudadanía global consolidan las bases de nuestro presente y nuestro futuro»

En tiempos en los que se mantiene el debate sobre los cambios de modelo educativo (un nuevo currículo entrará en vigor el próximo curso académico en toda España), competencias como la ética del cuidado y la ciudadanía global consolidan las bases de nuestro presente y nuestro futuro. En este recorrido, la  diversidad e inclusión, el interés por la digitalización, el aprendizaje por competencias y las competencias el silgo XXI (resiliencia, trabajo en equipo, pensamiento crítico, capacidad de comunicación, etc,) nos incumben a todos.

Desde la base del bienestar emocional como irrenunciable plataforma de desarrollo personal, los especialistas en educación son portadores de una gran responsabilidad. como debe suceder en la concepción de contenidos pedagógicos y en su su aplicación directa en el alumnado y en el comienzo del recorrido a los nuevos modelos de evaluación, los profesionales deben comenzar por educar en  el cuidado de uno mismo y de sus seres cercanos para ampliar esta atención a nuestros semejantes y al planeta en el que vivimos.

La educación del siglo XXI debe contar con unas sólidas bases metodológicas y pedagógicas para el aprendizaje competencial, y una progresiva e imprescindible adaptación a las características de alumnos y alumnas, que permita transitar, de una manera inclusiva y dinámica, por distintos itinerarios de aprendizaje. Nadie se queda atrás en la ciudadanía del mañana, preparada profesional y personalmente para consolidar una sociedad mejor, gracias a pequeños grandes cambios, día a día

Revuela, el nuevo proyecto educativo de SM para Educación Primaria, Educación Secundaria y Bachillerato, se basa en todos estos principios para ser una iniciativa global, transversal, que potencia la cultura del cuidado, la cultura relacional y los saberes y competencias globales, para enseñar y aprender sobre la necesidad de cuidarnos y de cuidar a los demás, de cuidar a nuestro entorno.

El proyecto está en línea con el desarrollo de situaciones de aprendizaje contextualizadas que finalizan con un reto donde el alumno aprende de manera activa y competencial. Así como con un modelo de evaluación integral que permite hacer seguimiento y personalizar el aprendizaje. Todo ello, definido desde los principios del Diseño Universal para el aprendizaje (DUA). Y, como no podía ser de otra manera, en línea con la integración de los elementos digitales de manera natural en la dinámica del aula.

Un interés común

En este ‘work in progress’, en el que toda la sociedad debe estar implicada, la formación puede significar emoción e ilusión. Repleto de ideas y conceptos, como la actividad de cocreación que supone introducir nuevos sonidos (por ejemplo, los propios de la naturaleza) en las aulas), o el fomento del diálogo, la disponibilidad y el entendimiento, en un entorno en el que el profesorado dispondrá de un mayor acceso a información para poder entender mejor su trabajo y, así, transmitirlo mejor a su alumnado.

En suma, una tarea colectiva para mejorar el denominado ‘perfil de salida del alumnado’. La meta es enseñar a usar el conocimiento para guiar la acción: para planificar hábitos saludables personales y de salud pública; proteger el medioambiente; resolver conflictos de forma pacífica; usar las tecnologías de manera crítica, ética y responsable; manejar la ansiedad que genera la incertidumbre… Esta dimensión de uso del conocimiento es la que conecta los desafíos con el enfoque competencial. Superar con éxito los retos implica movilizar los conocimientos para solucionar necesidades presentes en la realidad”.

Un cambio de forma y fondo, posible, en el que sus participantes protagonizarán una nueva era para la educación. Aprendamos a aprender.

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Contenido para SM editado por Content Local. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.