Seat Toledo, nombre clásico para un innovador

El nuevo Toledo de Seat recoge una larga tradición en la marca, pues el pionero nació en 1991, y en las 3 generaciones precedentes se ha mantenido en venta hasta 2009, con 917.667 unidades situadas en todo el mundo. Entonces era el buque insignia de la marca española, titularidad que ahora ostenta el Exeo. Sigue siendo una berlina compacta de 3 cuerpos, ahora con 4,48 metros de longitud y 2,60 entre ejes. Con esas dimensiones, aporta como argumento más destacado una gran habitabilidad para 5 pasajeros, con espacio notable para los que viajan en la parte trasera y un súper maletero de 550 litros, que se puede ampliar a 1.490 y que admite objetos de hasta 1,9 metros de largo.

Y es que pese a su carrocería de 3 cuerpos dispone de un portón trasero (hasta con limpialavaluneta, según versiones) que lo hace más funcional.

Al comienzo del verano conocimos de forma estática la línea del coche que ahora hemos podido conducir, como no podía ser de otro modo en una ruta hacia la ciudad imperial, Toledo. De su silueta gusta el concepto de líneas sencillas, sin esos recursos artificiales para llamar la atención que tanto se practican. Puede gustar o no, pero cuenta con los ingredientes estéticos de la marca, que ya son una garantía.

Interior minimalista

En el habitáculo se respira un ambiente casiminimalista. Y no es que falte nada, es que nada sobresale especialmente; resulta amplio y luminoso. El tablero ante el conductor es funcional, con instrumentos sencillos que facilitan su lectura y controles de audio y climatización sobre la consola central. Seat no ha pretendido un coche de lujo, pero todo en él resulta muy correcto, como los tonos escogidos y la percepción de calidad, buena y correcta.

La equipación mecánica también busca la funcionalidad por encima de todo. En gasolina la oferta comienza en un motor 1.2 de 75 CV. Con la misma capacidad se puede elegir entre 85 y 105 CV, todos con caja manual de 5 o 6 velocidades, según el caso. El más potente es un 1.4 TSI de 122 CV con caja automática de doble embrague DSG y 7 marchas. En diésel la oferta queda, de momento, limitada a un 1.6 TDI de 105 CV, en versiones normal o Ecomotive. Más adelante existirá una nueva posibilidad 1.6 TDI de 90 CV con DSG.

Durante la prueba conduje una versión gasolina de 105 CV que mueve el coche con soltura en un recorrido muy poco exigente, pero no creo que su comportamiento varíe mucho sobre un terreno más accidentado. El aplomo que se siente es bueno y las suspensiones hacen bien su trabajo, aunque sus reacciones resultan algo bruscas, lo que me ha permitido descubrir la mala o malísima ejecución de la autopista de peaje AP1, con levantamientos del firme imperdonables en cualquier vía y menos cuando es de pago. La dirección, con servoasistencia electrohidráulica, muestra un funcionamiento impecable.

El nuevo Toledo, por cierto salvo matices clónico del Skoda Rapid, es un coche coherente para un periodo de crisis, como testifica su buena relación entre precio, calidad y prestaciones, especialmente en las versiones más básicas, que con todo ofrecen un buen equipamiento. Es posible obtener más refinamiento en las versiones Reference y sobre todo Style, con elementos más sofisticados como faros antiniebla con función cornering, que encienden automáticamente y hasta 40 km/h los antinieblas de cada flanco cuando se activa el intermitente o al girar el volante. Y para exigentes, un amplio catálogo de equipos opcionales como asistente de arranque en pendientes, sensor de presión de neumáticos, sensor de parking trasero, Bluetooth, cristales oscuros traseros, navegador, gancho de remolque escamoteable, llantas de aleación de 17 pulgadas o equipo de audio Sound System 2.1, que proporciona una gran calidad de sonido.

De igual modo, hay 3 colores básicos y 7 metálicos. Asimismo, en el nivel Style se puede optar a un interior beige en vez de gris.