Neumáticos de etiqueta
Capacidad de frenada, sonoroidad y eficiencia, recogidas en el nuevo código de etiquetado.
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Neumáticos de etiqueta

El próximo 1 de noviembre, los neumáticos nuevos a la venta tendrán que exhibir una pegatina que anuncia algunas de sus características. Sepa en qué consiste esta nueva reglamentación.

e.c.
madrid Actualizado: Guardar
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¿Neumáticos con etiqueta? Pues sí, lo mismo que los electrodomésticos y hasta los coches, que tienen que mostrar cuando son nuevos su nivel de emisiones de CO2. El caso es que ahora llega el turno de las cubiertas, que desde el próximo 1 de noviembre tendrán que lucir un adhesivo en los comercios y puntos de venta que indique algunas de sus características.

¿Qué refleja la nueva etiqueta?

Tres parámetros: su eficiencia energética, su estándar de seguridad, entendiendo como tal su adherencia en suelo mojado, y el confort acústico que consiguen, valorando el ruido exterior de rodadura que liberan.

¿Cómo valora la eficiencia energética?

Conforme a un coeficiente de resistencia a la rodadura o CRR, en una escala de la G a la A.

La relación no es lineal, pero por cada letra que se añade en orden alfabético el neumático genera un consumo aproximadamente 0,5 l/100 km superior de media, lo que a la inversa viene a suponer un ahorro de un 7,5%.

¿Cómo mide la seguridad?

De nuevo, en una escala de la A a la G, siendo la primera la mejor valoración y la última la peor. Por cada letra que se añade en orden alfabético la distancia de frenado de la cubierta aumenta un 30 por ciento.

¿Y la sonoridad?

En este caso mostrando los decibelios que genera. Deben estar entre 71 y 74, dentro de los límites actualmente establecidos, o bien entre 68 y 71 conforme a la futura normativa en la materia.

¿Es obligatoria?

Sí, desde el 1 de noviembre, aunque ya desde este mes de julio los fabricantes que lo deseen pueden incorporarla.

¿Para qué tipo de neumáticos?

Los destinados a turismos, vehículos comerciales, 4x4, camiones, autocares y autobuses. De momento no afecta a las gomas para bicicletas, motos, tractores, maquinaria de obra pública, neumáticos de carreras o con clavos u offroad, de coches clásicos e incluso recauchutados.

¿Y cómo se establece su catalogación?

Conforme a la normativa descrita estipulada, a la que deben ajustarse los datos declarados por los fabricantes o, en su caso, los importadores, una vez homologado el neumático en el laboratorio europeo autorizado. Las características se establecen por gama, dimensión y tipología de producto.

¿Cuenta con el consenso de los fabricantes?

Sí y no: todos están de acuerdo en usarla, pero muchos apuntan a que hay parámetros no reflejados, como la capacidad de frenada en seco o las prestaciones en curva. De hecho, las estadísticas reflejan que muchos accidentes con daños para el pasaje se producen en virajes, eso sí, sobre firme de baja adherencia, habitualmente mojado. También es cierto que 1 de cada 2 siniestros acontecen en circulación urbana y sobre firme seco.

Y además…

La presión insuficiente en los neumáticos es perjudicial para el consumo y la seguridad. El primero penaliza de forma notoria: cada bar de menos sube el gasto un 6%, contribuyendo de paso a emitir mayor índice de contaminación. Sobe la seguridad, cada bar de menos supone 5 metros extra en la distancia de frenada. También aumenta el riesgo de sufrir aquaplaning sobre suelo muy mojado.

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