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Mazda Skyactive, o cómo mejorar lo presente

Muchos constructores, en mayor o menor medida, apuestan por nuevas formulas de propulsión. Por su parte, Mazda ha optado por mejorar sus actuales mecánicas y tecnologías adaptándolas un paquete de tecnologías llamado Skyactive.

santiago ibañez
madrid Actualizado: Guardar
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En una apuesta interesante, al menos a corto y medio plazo, la japonesa Mazda prefiere afinar la tecnología que llevan sus coches que andar «fantaseando» con nuevas propuestas (léase híbridos, híbridos enchufables, de autonomía extendida o cualquier otra propuesta de propulsión) que a día de hoy tienen pocos visos de realidad. Por eso ha creado un conjunto de tecnologías que, agrupadas bajo el epígrafe Skyactive, afectan a motores, transmisiones, chasis y carrocerías, y que entre otros reducen de manera muy considerable los consumos y las emisiones de los modelos que las reciben. Según Mazda, este planteamiento les permitirá encarar más adelante la inclusión de nuevas tecnologías con mayor garantía de éxito a partir de una base «convencional» más afinada.

De hecho, ya han llegado a un acuerdo con Toyota para utilizar la tecnología híbrida del Prius III en sus primeros híbridos hacia 2013.

Muchas de las propuestas Skyactive aterrizan en el nuevo todocamino compacto de la marca CX-5, con el que entra en la «guerra» de este competido y emergente segmento, y además con fuerza. Según la marca, este modelo va a revolucionar el mercado entre los modelos de su tipologíaa base de consumos y emisiones sobresalientes.

En detalle, las nociones Skyactive se traducen, por ejemplo, en un motor de gasolina destinado a este modelo que, además de reducir peso 10 kg, fija una relación de compresión a 14.1. Una cifra muy alta en un propulsor de esta naturaleza que optimiza el consumo gracias, de paso, a unos escapes de construcción 4-2-1, pistones de nuevo cuño y nuevos inyectores multipuerto que mejoran la entrada de la gasolina. También reduce fricciones internas un 30% y adopta una sincronización secuencial continua de las válvulas deadmisión y escape. Como balance, gasto y emisiones un 15% menores, gananado par a bajas y medias vueltas otro 15%. Y

En el caso del motor turbodiésel, también se ha reducido la compresión a unos bajísimos 14,0:1 gracias al control variable de las válvulas de escape que permite alcanzar la temperatura idónea de trabajo mucho antes, y a un nuevo turbo de dos etapas. Con ello reduce el gasto y las emisiones frente a los valores del veterano 2.2 CRTD un 20%.

En cuanto a transmisiones, son nuevas. La automática, además de más pequeña de lo normal, según Mazda, combina las ventajas de las cajas continuas variables (CVT), las de doble embrague y las automáticas convencionales mediante convertidor de par, y resulta ideal para las versiones de tracción 4x4, mientras que la nueva caja manual también más ligera. Con seis relaciones, es más indicada para los CX-5 de tracción delantera o 4x2.

Por último, la actuación sobre el chasis ha permitido que la versión más ligera del nuevo CX-5 pese sólo 1.345 kg, una cifra realmente baja para el tamaño y tipo de coche. Y se ha conseguido a base de utilizar un 61% más de aceros de alta resistencia. Con ellos se consigue una carrocería un 8% más ligera que aumenta la rigidez un 30, lo que redunda en mejor maniobrabilidad y en un comportamiento más agradable.

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