«Con tal devastación cuesta pensar que puedan levantarse»
Miembros de BUSF asisten a una persona el viernes en el Hospital General de Puerto Príncipe
Actualizado Domingo , 24-01-10 a las 21 : 20
«Después de la devastación producida por el terremoto cuesta trabajo pensar que puedan levantarse». Estas son la pablaras de Antonio Rodríguez Nogales, uno de los integrantes del contingente de Bomberos Unidos Sin Fronteras (BUSF) que ayer regresó de Puerto Príncipe, después de ocho días de trabajo «muy duros», en los que apenas han tenido tiempo de descansar.
La última cifra oficial de muertos dada por el Gobierno haitiano supera los 111.000, lo que da una idea del nivel de destrucción del seísmo. «Las condiciones de trabajo eran muy complicadas –comenta Nogales, que fue contando en un blog las operaciones que realizaba su equipo–, sobre todo por la gran cantidad de estructuras colapsadas y las continuas réplicas de la primera sacudida». La más fuerte se produjo el miércoles 20, de 6,1 grados en la escala de Richter.
El bombero onubense –que a estas horas trata de recuperarse del cansancio físico y psicológico producido tras ocho días entre los escombros en busca de supervivientes– realizó junto a sus compañeros, nada más llegar, una primera maniobra de rescate de 20 horas ininterrumpidas en la que no paraba «casi nada»: «Trabajábamos en parejas y sesiones de tres minutos, descansábamos nueve. Al principio no paras, pero cuando llevas ya varias horas sin parar, aprovechábamos hasta esos nueve minutos para echar una cabezadita y poder continuar».
«Lo cierto –añade Nogales– es que no hemos echado en falta el descanso, sólo queríamos seguir trabajando».
«Los primeros días fueron muy duros, pero llenos de una satisfacción por haber salvado a dos personas, que, de no haber estado nosotros allí, aún estarían bajo de los escombros». Esas dos personas se encontraban en el famoso Hotel Montana de Puerto Príncipe, lugar donde se han alojado algunas estrellas de Hollywood.
El segundo día, tras 18 horas de trabajo, pudieron rescatar a una familia, pero sólo el padre, Darius Seth, de 43 años, se encontraba con vida. La segunda víctima del terremoto que Nogales y sus compañeros sacaron con vida fue la propietaria del hotel, tras una jornada, «menos complicada», de 15 horas. «Quedó en el recuerdo la frase que nos dedicó, cuando, al extraerla, dijo: “Os llevaba esperando toda mi vida”», escribía en el blog.
Además de Nogales, el equipo de ocho personas que regresó ayer a Madrid estaba formado por otro onubense, dos madrileños y dos cordobeses. Los dos últimos días antes de coger el avión de vuelta, se han dedicado a montar una planta potabilizadora de agua y un hospital de campaña: «Algo muy importante que va a salvar muchas más vidas de las que hemos salvado nosotros durante las operaciones de rescate», asegura.
El hospital de campaña, de 60 metro cuadrados, se ubicó en el patio del Hospital General de Puerto Príncipe, que ha quedado absolutamente derruido tras la primera sacudida. En él, nos cuenta, «se catalogan a los muchos heridos que van llegando y se realizan las cirugías menores, mientras que las cirugías más complicadas se llevan a cabo en uno de los quirófanos que han quedado en pie».
Ochos días de trabajo «han sido suficientes», «allí ya no podíamos hacer nada más», afirma. Ahora les toca trabajar a otros de sus compañeros para que Haití vaya recuperando la normalidad poco a poco. Nogales y sus compañeros tendrán dos días de reconocimiento médico y «otra vez a trabajar», esta vez, en España.

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