Mecánicas, árbitros de fútbol, bomberas... mujeres aún en minoría en su profesión
Elisa consiguió aprobar las oposiciones de bombero con 27 años - elisa

Mecánicas, árbitros de fútbol, bomberas... mujeres aún en minoría en su profesión

Algunos ejemplos de empleos «en proceso de feminización» que demuestran los retos a los que deben enfrentarse las mujeres hoy en día

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Algunos ejemplos de empleos «en proceso de feminización» que demuestran los retos a los que deben enfrentarse las mujeres hoy en día

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  1. Elisa, bombero en un parque de Ciudad Real

    Elisa consiguió aprobar las oposiciones de bombero con 27 años
    Elisa consiguió aprobar las oposiciones de bombero con 27 años - elisa

    A sus 44 años y con un hijo de 14 años, Elisa trabaja posiblemente en una de las profesiones más exigentes desde el punto de vista físico para la mujer y más masculinizada. Es bombera en el parque de Villanueva de los Infantes (Ciudad Real). En la provincia solo hay otra mujer desempeñando el mismo oficio. En España, apenas 200 féminas se dedican a esta profesión de una plantilla de unas 21.000 personas. Y ella fue una de las pioneras. «Es un trabajo en el que la aptitud física es muy importante —reconoce—. Ésta no es una profesión donde haya mujeres como ocurre en la Guardia Civil, Policía Nacional y Local donde la representación femenina está más normalizada».

    No sólo es necesario una condición física excepcional, como reconoce Elisa. «Hay que tener otras cualidades: tener ganas de aprender, ser valiente, con mucha predisposición a estar siempre activo durante toda la vida. Porque tu vida depende de ello, la de tus compañeros y la del resto de ciudadanos. Eso es lo más importante, no el hecho de ser hombre o mujer. Y no te puedes relajar, siempre tienes que estar en forma porque puede que un día te toque subir un monte, ayudar a tu compañero, tirar de la manguera o coger herramientas pesadas».

    Ser bombera fue una oportunidad que a Elisa se le cruzó por el camino. «Nunca me he visto en un trabajo de despacho. Siempre he hecho mucho deporte. Mi idea era ser profesora de Educación Física, pero se cruzó la oposición de bombero. Lo consideraba un trabajo precioso, lo tenía mitificado. Así que cuando surgió perseguí este sueño», recuerda. Con un año de concentración, preparación y dedicación exclusiva consiguió superar las pruebas con 27 años. «Lo que más me costó fue subir la cuerda de 6 metros en un tiempo», sonríe.

    Convivencia con hombres

    Poco a poco Elisa se ha trabajado su espacio en los parques de bombero. «Al principio se mira con desconfianza a todo el mundo porque eres nuevo y este trabajo requiere confiar en los compañeros, pero con el tiempo me he hecho mi sitio y soy uno más. Todo va bien». Elisa no ha querido significarse en la convivencia siempre con hombres. Dormitorios, vestuarios, baños... son compartidos por todos, pero ella siempre se ha adaptado a las circunstancias. Hoy día cuenta con un espacio para mujeres en el parque de bomberos de Villanueva de los Infantes. «No me quejo. Y no he tenido reparo en dormir en una colchoneta en el gimnasio con mi saco, cuando no había estancias habilitadas para mujeres en otros parques».

    Elisa siente su profesión con gran vocación de servicio. «Lo más bonito es cuando te sientes útil y sabes que has ayudado a otra persona. Y eso lo sientes en muchas circunstancias no solo a la hora de apagar un fuego, también cuando liberas de los hierros a una persona en un accidente de tráfico y puede ser atendido por los servicios médicos y sobrevivir».

    «Las mujeres aportamos otro punto de vista, somos más sensibles»

    «No me siento menos que nadie. No he sentido rivalidades por mis capacidades físicas, tampoco que se haya pensado que no iba a poder, porque no se ha producido esa circunstancia. En el trabajo unas veces tira más uno y otras otro», afirma consciente de que las mujeres aportan otro punto de vista a una profesión tradicionalmente reservada a los hombres, lo que enriquece el trabajo en equipo. «Somos más sensibles, menos competitivas a la hora de trabajar en equipo y hasta tenemos nuestros privilegios físicos —sonríe—, por ejemplo, al ser más menudas que ellos consumimos menos oxígeno y tenemos mayor autonomía con los equipos de respiración. Somos distintas», informa María José Pérez Barco (Madrid).

  2. Mayte, árbitro profesional desde 1995

    Mayte Porro trabajando de árbitro en un partido de fútbol
    Mayte Porro trabajando de árbitro en un partido de fútbol - abc

    Mayte Porro, 38 años, ejerce dos de las profesiones socialmente más contestadas en España: política y árbitro de fútbol. Y además es procuradora de los tribunales y mediadora familiar. Concejala del PP en Miranda de Ebro (Burgos) y árbitro internacional desde 1995, conoce bien qué es batirse sola y de corto con la tribu de los hombres desde que un día leyó un cartel en los pasillos de la facultad de Derecho de La Rioja y decidió apuntarse. "Me gustaban las normas, decidir qué está bien y qué está mal. Y no me lo pensé. Mi familia creyó que me cansaría pronto... Pero no, dice esta mujer de dulce y simpática naturaleza pese a la mala fama de quien sopla silbato.

    Ya sea por la solidaridad corporativista, Mayte afirma que siempre fue bueno el trato de sus compañeros, con los que debe compartir

    «La mayoría ve a una mujer no a un árbitro»

    caseta en los campos. "Si me cambio, cierro la puerta y esperan fuera", apunta con sonrisa figurada al otro lado del teléfono. Ahora mal, la afición es otra cosa: "La mayoría ve a una mujer, no a un árbitro. Y los fallos se magnifican", se lamenta. Reconoce estar hecha a los insultos como los sufridos por una colega de 21 años en Andalucía: "Estoy acostumbrada. Me llevan diciendo comentarios obscenos y groseros desde que empecé. El problema es que socialmente está aceptado que uno puede ir al campo de fútbol a insultar. Y si eres mujer, el tono sube", denuncia. También las madres de los chicos le han atacado por ser ella. "Una señora me dijo que le daba vergüenza que fuese mujer".

    Sólo cinco chicas pitan partidos de Tercera División tras haber superado las mismas pruebas físicas que ellos y Mayte, una de las veteranas, ha viajado por medio mundo para arbitrar en competiciones internacionales de fútbol femenino. En su faceta de política Mayte confía en repetir como edil en Miranda de Ebro y suplente al Senado por el PP de Burgos, informa Itziar Reyero (Madrid).

  3. Esperanza, una percebeira que nunca da la espalda al mar

    Esperanza captura percebes en Rinlo (Lugo) y también hace de guía turística para mostrar las playas donde marisca
    Esperanza captura percebes en Rinlo (Lugo) y también hace de guía turística para mostrar las playas donde marisca - miguel muñiz

    La pequeña localidad lucense de Rinlo es famosa por sus percebes y por quienes los capturan. Se trata de un grupo de seis mujeres que monopolizan una actividad ancestral "en la que la vida se pone en riesgo cada vez que una baja al mar". Esperanza es una de esas avezadas mujeres que, desde hace décadas, combate las olas y el frío para llevar dinero a casa. Ella forma parte de una casta acostumbrada a danzar entre las rocas para guardar en su red los mejores ejemplares de percebe. Un traje de neopreno y una cesta son su uniforme de batalla. En la mano, un "gancho" y una "bisponda". En la mente, la cautela que su profesión requiere. Porque «nunca hay que darle la espalda al mar, que es traicionero».

    En las rocas donde se gana la vida, Esperanza perdió hace años a una hermana con la que compartía profesión. "Es duro, y pensé en no volver, pero éste es nuestro medio de vida", confiesa. Eso sí, nunca ha vuelto a mariscar en una zona que mira desde la lejanía mientras recuerda el día del accidente. Su trabajo depende de un calendario que marca las jornadas en las que se pueden capturar percebes y aquellas en las que está prohibido. También dependen de las mareas y, sobre todo, del estado del mar. Porque "si hay mala mar, no se puede hacer nada". Otro de los problemas a los que mujeres como Esperanza se enfrentan son los furtivos. Una lacra que las obliga a realizar patrullas nocturnas y verse en situaciones de riesgo para defender "lo que nosotras ganamos legalmente". "Ellos esquilman las rocas y eso no se puede consentir", lamenta.

    Cuando ha recogido la cantidad de percebes que, por ley, puede capturar, Esperanza se sienta en las rocas a elegirlos. Una labor necesaria para distinguir la calidad de los ejemplares que más tarde pondrá en venta y que a menudo se lleva a cabo en situaciones difíciles. "Lo hacemos mojadas, bajo la lluvia y encima de las piedras. Aquí no hay comodidades", bromea. Más tarde, serán los compradores los que marquen el precio de un producto que solo se encuentra en las costas gallegas y cuya extracción requiere de una valentía excepcional de la que solo algunas disponen. Ahora, además, Esperanza y sus compañeras actúan como guías turísticos para todos los que quieran conocer su trabajo a pie de playa, informa Patricia Abet (Galicia).

  4. Gala León, primera capitana del equipo de la Copa Davis

    Presentación de la nueva capitana de la copa Davis, Gala León en septiembre de 2014
    Presentación de la nueva capitana de la copa Davis, Gala León en septiembre de 2014 - Jesús spinola

    La noticia alteró por completo el mundo del tenis. De repente, una mujer, Gala León, pasaba a ser la capitana del equipo de la Copa Davis de España, sorpresa mayúscula porque era la primera en dirigir a la selección nacional del tenis y porque los jugadores no habían sido consultados. Es tradición que en este deporte se hablé primero con los protagonistas para la elección final, pero la Federación esta vez apostó de forma unilateral por Gala León.

    Desde entonces, una polémica sin fin. El desencanto de los jugadores era mayúsculo porque no habían dado su opinión y porque consideran que León, madrileña de 40 años, no cuenta con la experiencia necesaria como para llevar el equipo de la Copa Davis. Desconoce el circuito masculino, apenas ha tratado con los tenistas y otros, hombres en cualquier caso, estaban mejor colocados para asumir el cargo.

    Y entre murmullos, estalló la bomba con unas declaraciones de Toni Nadal, tío y entrenador de Rafa Nadal, en las que expresaba su sorpresa y reconocía que se le hacía muy extraño que una mujer liderara la selección masculina. "Dentro del vestuario se convive mucho y no es normal que haya una mujer", comentó.

    A partir de ahí, se desató una polémica sin fin centrada siempre en la lucha de sexos. Los tenistas, y el propio Toni Nadal, descartaron que su negativa ante el nombramiento de León tuviera que ver con la lucha de géneros y ella también quiso alimentar el debate. "No voy a pedir perdón por ser mujer", exclamó después de una reunión en Valencia con los jugadores.

    Sólo Moldavia, San Marino, Siria y Panamá han tenido a una mujer como capitana de la Copa Davis. Y ahora España tiene a Gala León, que se sentará por primera vez en la silla, salvo cambios de última hora, el próximo mes de julio, informa Enrique Yunta (Madrid).

  5. Sandra, una joven de 36 años a pie de obra

    Sandra Guillén en unas de la obras que tiene a cargo en Sitges (Barcelona)
    Sandra Guillén en unas de la obras que tiene a cargo en Sitges (Barcelona) - abc

    Cuando Sandra Guillén estudiaba para ser aparejadora el 80% de sus compañeros eran hombres. Hoy las aulas están más repartidas entre hombres y mujeres "aunque sigue habiendo cierta desigualdad", comenta esta mujer, que con apenas 36 años lleva más de 11 como jefa de obra.

    Sus primeros años de profesión no fueron fáciles pese a coincidir con el boom inmobiliario. "Llegaba a la obra y me encontraba con gente que podían ser mi padre. Algunos se quejaban con la típica frase: 'Qué me viene a decir esta chica cómo se tienen que hacer las cosas'", recuerda. A diferencia de sus compañeros varones, Sandra siente que ha tenido que "demostrar un poco más", sobre todo al inicio.

    Ahora tabaja en una constructora en Sitges (Barcelona) donde la mayoría son mujeres (solo hay tres hombres). "Es algo anormal. Además he tenido la suerte de contar con el apoyo de mi jefe que me dejado demostrar todo lo que sabía hacer", asegura esta mujer, que reparte su jornada entre las reformas y construcción de casas y el cuidado de su hijo de 18 meses. Desde sus años de experiencia, Sandra considera que las mujeres tienen mucho que aportar al mercado laboral. "Somos muy organizadas y sabemos captar lo que pasa a nuestro alrededor, eso te permite anticiparte a los acontecimientos", apunta.

    Entre los retos, Sandra considera que es necesario que los empresarios apuesten por las mujeres a la hora de contratar y que no las descarten a primera vista por ser mujeres, informa Laura Daniele (Madrid).

  6. Ada, la única mujer mecánica de Igualada (Barcelona)

    Ada Claramunt en su taller mecánico de Igualada (Barcelona)
    Ada Claramunt en su taller mecánico de Igualada (Barcelona) - abc

    Ada Claramunt lleva en el taller desde que era una cría. Por eso a nadie le extrañó cuando a los 18 años decidió hacerse mecánica, un oficio por el que también habían pasado su padre y su abuelo. "Mi abuelo puso el taller en 1922. Yo he aprendido a andar en bicicleta en el taller", comenta esta mujer de 40 años, casada también con un mecánico y madre de dos niñas pequeñas.

    Al principio la gente se sorprendía cuando veía que ella era la encargada y propietaria del taller. "Siempre encuentras a alguien que no quiere que le toques el coche. Pero qué le vamos a hacer. 'Si no les gusta es lo que hay'", bromea. Su espíritu emprendedor le ha permitido progresar en el negocio. Además del arreglo de coches, Ada ha montado una tienda on line de venta de ropa para ir en moto, una agencia de alquiler de coches y una pequeña empresa de paquetería en Igualada, muy cerca de Barcelona.

    El principal desafío al que se enfrenta cada día es el esfuerzo físico que requiere su oficio. "Mido 1,65 y peso 50 kilos. Te puedo desmontar una caja de cambio pero no te la sacaré del coche", afirma. El frío que a veces se pasa en el taller y lo sucio que es el trabajo en sí son otras de las desventajas con las que tiene que lidiar a diario. "Es una faena que la puede hacer todo el mundo pero te tiene que gustar mucho", afirma.

    Según un informe del IMF Business School de Barcelona, cada vez son más las profesiones "en proceso de feminización". Se calcula que en nuestro país ya existen 500 mujeres detective, 2.000 mujeres taxistas, 8.000 mujeres policía, 17.000 mujeres en la Fuerzas Armadas y 10.000 vigilantes de Seguridad, entre otros muchos sectores. Informa Laura Daniele (Madrid).

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