
Fulbright: Una cantera de grandes figuras
En 70 años, el Programa Fulbright ha becado a 300.000 personas, entre ellas, 44 premios Nobel
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1234567Premio a las becas más excelentes

Borja-Villel, Joan Massagué, Javier Solana y el recién graduado Fernando Peinado, entre los becados - Abc El mundo era una escombrera y la cooperación internacional una necesidad a mediados de la década de 1940, justo acabada la Segunda Guerra Mundial. Un senador de Arkansas, James William Fulbright, propuso al Congreso de EE.UU. vender el exceso de propiedades militares del país para financiar «la promoción de la cooperación entre países a través del intercambio de estudiantes en las áreas de educación, cultura y ciencia». El Programa Fulbright, aprobado por el presidente Harry S. Truman en 1946, se convirtió en el mayor esfuerzo educativo de carácter internacional de EE.UU. y en el programa de intercambio académico más prestigioso del mundo.
Ayer, esta iniciativa fue galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional. El jurado valoró en el fallo «su voluntad de mejorar la educación global de los jóvenes, facilitándoles el acceso a instituciones académicas de excelencia, y la capacidad de comprometer a la sociedad civil de cada una de las naciones en las que está implantado». En sus casi 70 años de vida, el Programa Fulbright ha becado a más de 300.000 estudiantes y profesores de 150 países, entre los que se encuentran 44 premios
Nobel, 5 premios Príncipe de Asturias y 86 premios Pulitzer. 5.000 becarios españoles Cada año, el programa selecciona alrededor de 8.000 participantes para participar en intercambios académicos, en los que ciudadanos estadounidenses viajan al extranjero y en los que participantes extranjeros acuden a centros universitarios de excelencia en EE.UU.
Una de sus fortalezas son las comisiones bilaterales establecidas entre EE.UU. y otros países participantes. En España, Fulbright comenzó su actividad en 1958 y, desde entonces, 5.000 becarios españoles y 2.000 estadounidenses se han beneficiado del programa.
Uno de ellos fue el Príncipe de Asturias que en 1993 aceptó una beca honorífica Fulbright durante sus estudios de Relaciones Internacionales en la Universidad de Georgetown. Los Príncipes enviaron ayer un telegrama al presidente del Consejo de becas, Tom Healy, en el que destacaban el «fomento al entendimiento entre ciudadanos y países» de la iniciativa. Por su parte, Healy expresó su «gran satisfacción» en nombre de todas las personas vinculadas al Programa Fulbright.
Joan Massagué, Ph.D. Director Sloan Kettering Institute y Cofundador IRB Barcelona
Joan Massagué - ángel navarrete La beca Fulbright le permitió viajar a Estados Unidos en 1979 para incorporarse a un equipo investigador de primera línea en bioquímica en la Universidad de Brown. Fue el primer paso hacia una carrera «insospechada» en investigación en EE,UU, y de contribución al desarrollo científico en España basado en dicha experiencia. «Me parece un gran acierto este galardón otorgado a la Fundación Fulbright porque sus programas han ayudado a mejorar la educación de miles de personas» asegura.
Manuel Borja Villel. Director del Centro de Arte Reina Sofía
Manuel Borja Villel - josé ramón ladra Para el hoy director del Centro de Arte Reina Sofía (CARS) fue «fundamental» la beca Fulbright que disfrutó a comienzos de los años 80 y gracias a la cual pudo estudiar en la Universidad de Yale –que entonces cobraba 25.000 dólares de matrícula y 600 más cada mes– y luego realizar un doctorado en Historia del Arte en la City University de Nueva York. Al final, se acabó quedando durante nueve años en EE.UU.
La huella de los conocimientos y experiencias que atesoró en aquellos años «se pueden ver hoy en la colección del Reina que tienen que ver con mis estudios y mi trabajo allí». Borja-Villel destaca sobre todo la gran generación de profesores y de alumnos con los que pudo formarse en aquellos años. «Me alegro del premio», aseguraba rotundo al conocer la noticia.
Javier Solana. Presidente de Esadegeo.
Javier Solana - efe El que fuera ministro, secretario general de la OTAN y representante de Política Exterior de laUnión Europea, estudió Física en Virginia gracias a las becas Fulbright. El programa «ayudó muchísimo a que una generación de españoles pudiera estudiar en los Estados Unidos en unos tiempos en los que era muy difícil poder ir», declaró a TVE
J. M. González-Páramo. Consejero BBVA.
J. M. González-Páramo - ernesto agudo El hasta hace poco consejero del BCE, ahora del BBVA, se siente «privilegiado de haber disfrutado de los beneficios del programa Fulbright, que considera «determinante» en su carrera. Gracias a las becas Fulbright, pudo realizar su doctorado en la Universidad de Columbia y, «sobre todo, consolidar una forma de entender la profesión económica». «Allí pude recibir clases de premios Nobel y conocer personas con las que muchos años después he vuelto a trabajar», afirma González-Páramo a ABC. «Hay un antes y un después de la beca Fulbright–señala–. Por eso me siento muy satisfecho con el premio Príncipe de Asturias con el que se le ha dado público reconocimiento».
Félix González. Ingeniero del BID.

A este ingeniero de Telecomunicaciones por la Politécnica de Madrid y la París-Tech, el máster en Negocio e Innovación que pudo cursar en Stanford le cambió la vida. La beca Fulbright «es una oportunidad en dos sentidos: estudiar en EE.UU. y entrar en una red de gente realmente brillante, premios Nobel, empresarios, políticos...», afirma. Además, destaca cómo el programa promueve la aplicación de lo aprendido en el país de origen. En su caso, creó la ONG Juntosalimos para ayudar a gente con problemas y retos.
Fernando Peinado. Periodista.

Este sevillano de 32 años se acaba de graduar en un máster de relaciones internacionales en la Universidad de Columbia. Además de recibir la mejor educación, la beca le ha permitido «conocer de cerca la cultura de EE.UU., viajar por el país, comer en el día de acción de gracias con una familia estadounidense...». Ahora es capaz de escribir en inglés en el Miami Herald o la agencia Associated Press, donde trabaja. «Estoy aprendiendo mucho y espero que me sirva para ser un mejor profesional a mi regreso a España».

