
Las escenas más impactantes de «El lobo de Wall Street», una película subida de tono
Hacemos un repaso de las imágenes que se quedan en la retina del espectador que ya ha visto la última de Scorsese [ESTE ARTÍCULO CONTIENE SPOILERS]
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12345678«Papá no va a volver a tocar a mamá por mucho tiempo»

Las discusiones de pareja con Naomi Lapaglia (Margot Robbie) o, como Jordan Belfort ( Leonardo DiCaprio) las llama, «mi ritual matutino», son, como toda la película, un exceso. En una de ellas se produce esta escena, con la hija de ambos de por medio, una webcam y la ausencia de ropa interior en el caso de ella. Mejor verla en el cine que contarla.
Las orgías en la oficina de Stratton Oakmont....

El ambiente loco y desenfrenado que tiene lugar en la sede de Stratton Oakmont, la empresa creada por Jordan Belfort, es otro de los logros de El lobo de Wall Street. Scorsese consigue que el espectador se introduce en sus juergas llenas de prostitutas y droga como uno más.
La masturbación de Jonah Hill

Ante una explosiva Margot Robbie, el personaje que interpreta Jonah Hill se emociona, se dirige a la planta baja por las escaleras y protagoniza una de las escenas más comentadas de la película: su masturbación en medio de la fiesta, que acaba con su mujer-prima moliéndole a palos en el suelo. Sublime muestra de los efectos del desenfreno y de las drogas.
«Vais a tener que disculpar a mi amigo», dice DiCaprio
Paralizado por la droga

El colocón que Leonardo DiCaprio se agarra a mitad de la película es de los que hacen época. El estado de su coche deportivo y la patética lucha de lisiados que mantiene junto a Jonah Hill lo atestiguan.
Naufragio y explosión del helicóptero

La huída desesperada de Belfort acaba en un disparatado naufragio -yate y helicóptero incluidos. La escena del rescaje mientras suena la versión italiana de la canción «Gloria» mete de lleno al espectador, después del sufrimiento, en el desenfreno del protagonista de la película y de sus acompañantes.
La renuncia y la vuelta a las andadas
Belfort piensa en dejarlo, pero observa a su alrededor lo que ha construido y, poco a poco, su discurso de despedida se convierte en otro de vuelta a la actividad, que acaba entre la euforia de sus empleados y aullidos de todo tipo.
La canción de Matthew McConaughey

Una parte del código deontológico de Jordan Belfort llega de la mano de su primer jefe en el mundo de las finanzas, Matthew McConaughey. Su explicación de qué es lo que tiene que hacer para hacerse rico y, sobre todo, la canción que le hace entonar mientras golpea su pecho es otro de los momentos cumbres de El lobo de Wall Street.
El «corte al cero» a una de las brokers

Uno de los primeros discursos multitudinarios de DiCaprio acaba con una de sus empleadas perdiendo su estupenda melena rubia a cambio de una recompensa profesional. La descacharrante escena culmina con la entrada de una orquesta y majorettes en paños menores.





