Los rostros del descontento popular
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Los rostros del descontento popular

Al margen de las especulaciones sobre el carácter no extrapolable de las elecciones europeas al ámbito de cada Estado, los resultados han sido una señal de alarma muy clara

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Al margen de las especulaciones sobre el carácter no extrapolable de las elecciones europeas al ámbito de cada Estado, los resultados han sido una señal de alarma muy clara

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  1. España: Pablo Iglesias

    afp

    Con apenas tres meses de vida y una presencia cuasipermanente en las tertulias políticas de La Sexta o Cuatro, Pablo Iglesias y su partido radical de izquierdas Podemos ha prorrumpido en la escena política española con el 7,97% de los votos (1.245.000 de papeletas) y cinco escaños, minando así el esperado avance de IU (obtuvo 6) y sirviendo de refugio al desencantando votante socialista, sobre todo en Madrid. «Una auditoría ciudadana para decidir el impago de la deuda ilegítima», «una renta básica para todos los ciudadanos por el mero hecho de serlo» y su admiración por los populismos de corte bolivariano son algunas de sus propuestas programáticas que han calado en el electorado. «Se les está acabando el chollo», gusta decir a Iglesias sobre PP y PSOE. Un lenguaje que conecta con los «indignados», el Gamonal y el 15-M.

    (Por Esteban Villarejo/Madrid)

  2. Reino Unido: La incógnita sobre el futuro de Nigel Farage

    Nigel Farage
    Nigel Farage - reuters

    Por primera vez desde 1906, ni «tories» ni laboristas fueron primera fuerza. Y la pregunta ahora es, ¿cuántos ciudadanos «indignados» se mantendrán fieles al populista Nigel Farage en las elecciones generales de mayo de 2015? ¿Pasarán de ser una fuerza por ahora extraparlamentaria a alterar para siempre la política británica con su cóctel de soberanismo, antieuropeísmo y discurso anti-inmigrantes? En las generales de 2010 obtuvieron el 3,16% de los votos. El domingo pasado, les apoyó el 27%. Este jueves, unas elecciones parciales para sustituir al diputado por Newark, ocupado hasta ahora por los conservadores, darán la primera indicación de si el irresistible ascenso de los populistas ha sido un estornudo por el frío de la austeridad o constituye, por el contrario, un corrimiento electoral duradero.

    (Por Borja Bergareche/Londres)

  3. Francia: La estrema derecha contagia a los suburbios

    Marine Le Pen
    Marine Le Pen - reuters

    El Frente Nacional (FN, extrema derecha) de Jean-Marie y Marine Le Pen, se convirtió en el partido más votado de Francia en las elecciones europeas del 25 de mayo, provocando un seismo político nacional: a la izquierda, el PS quedó relegado a un humillante tercer puesto; a la derecha, la UMP ha entrado en crisis grave. En Francia, nadie llama al FN partido «euro escéptico». Solo se utiliza un calificativo: extrema derecha. Los líderes históricos de la derecha, Chirac, Sarkozy, Juppé, Fillon, siguen considerando al FN amenazante para la democracia. Marine Le Pen ha conseguido convertirlo en el partido más votado entre los obreros y los sindicalistas. Los suburbios, los antiguos «cinturones rojos», que votaban masivamente al PCF o la extrema izquierda, son hoy uno de los principales feudos electorales de la extrema derecha lepenista.

    (Por Juan Pedro Quiñonero/París)

  4. Italia: Caos en el movimiento del cómico Beppe Grillo

    Beppe Grillo
    Beppe Grillo - afp

    La derrota electoral sufrida por el Movimiento 5 Estrellas del cómico Beppe Grillo ha supuesto un terremoto entre sus parlamentarios. Confiaban superar los votos obtenidos en las elecciones generales de febrero 2013 (25,56 %), incluso efectuar el «sorpasso» del Partido Democrático. Al final han obtenido el 21 % , casi la mitad del PD, perdiendo dos millones y medio de votos. Durante la campaña electoral Grillo lanzó acusaciones violentas, sin ofrecer ninguna solución viable para la crisis. En una reunión de parlamentarios, se ha criticado a Grillo por sus excesos. Les ha inquietado además su estrategia de pretender aliarse con el británico Farage , el lider xenófobo del Ukip, para formar grupo en el Parlamento europeo. Hoy el M5E está en el caos, en una lucha de todos contra todos.

    (Por Ángel Gómez Fuentes/Roma)

  5. Alemania: El rechazo de Merkel a dialogar con los eurófobos

    Bernd Lucke, líder de Alternativa para Alemania (AfD)
    Bernd Lucke, líder de Alternativa para Alemania (AfD) - afp

    Alternativa para Alemania (AfD) ha llegado al panorama político alemán para quedarse. Tras quedarse fuera del Bundestag por muy poco en las pasadas elecciones federales, la formación euroescéptica fue la sensación de los pasados comicios europeos tras conseguir el 7% de los votos. En su programa, destacan propuestas como la salida de la Eurozona de los países con problemas presupuestarios (Italia, Grecia o España), la recuperación de competencias transferidas a Bruselas y una política migratoria más restrictiva. Tras los buenos resultados, el líder de la AfD, Bernd Lucke, ha ofrecido diálogo a los principales partidos alemanes. Merkel ha dicho que descarta cualquier cooperación con la AfD, pero también se ha mostrado preocupada por el ascenso del euroescepticismo político en un país.

    (Por Andreu Jerez/Berlín)

  6. Holanda: Wilders, un compañero para Marine Le Pen

    El líder del partido xenófobo holandés PVV, Geert Wilders
    El líder del partido xenófobo holandés PVV, Geert Wilders - efe

    Con los mismos cuatro escaños que en 2009, aunque con un 20% menos de votos, Geert Wilders, líder del Partido por la Libertad, demagogo anti-inmigración y eurófobo, lucha por aprovechar la plataforma europea para tratar de mantenerse en primera línea de un movimiento político continental que se intuye decisivo. Estudia llevar a los tribunales la norma que hace incompatible el mandato como diputado nacional con el de miembro del Parlamento Europeo. Señal también de que no tiene figuras de envergadura para sustituirle en Holanda y no quiere ni dejar desguarnecida su retaguardia, ni dejar sola a la francesa Marine Le Pen al frente de un posible grupo parlamentario en Estrasburgo, que, de lograrse, le proporcionaría una visibilidad mayor que la que ha conocido hasta ahora.

    (Por Enrique Serbeto/Bruselas)

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