mafia rusa
Litvinenko trabajaba para los servicios secretos españoles antes de su asesinato
El ex agente del KGB envenenado en 2006 con una sustancia radioactiva suministraba información al CNI sobre la mafia rusa, según el abogado de la viuda, y recibía dinero a cambio

Alekander Litvinenko , el ex agente del KGB envenenado en noviembre de 2006 en Londres con polonio-210, una sustancia altamente radiactiva, colaboraba con los servicios de inteligencia españoles en los días anteriores a su muerte, según se ha conocido este jueves en la sesión preliminar de la investigación oficial que el Reino Unido iniciará en mayo de 2013. El abogado de la viuda del disidente ruso ha explicado que Litvinenko vigilaba a las mafias rusas que operan en España para facilitar información al CNI.
El contacto de Litvinenko en el CNI era «Uri»
Tanto el espionaje español como el MI6 británica efectuaron pagos a una cuenta conjunta con su esposa Marina. El juez que preside la investigación ha descartado la participación de ambos servicios de inteligencia en su muerte.
Según los detalles que han emergido hoy, el MI6 animó a Litvinenko a colaborar con las autoridades españolas en su investigación sobre la mafia rusa y sus conexiones con las altas esferas del poder en Rusia. Al parecer, su contacto en los servicios de espionaje españoles era «Uri», y en el momento de su muerte tenía previsto reunirse con un fiscal antimafia español, según recoge « The Daily Telegraph ».
Tres semanas de lenta agonía
Ben Emmerson, un conocido abogado penalista británico que representa a la mujer del ex coronel de inteligencia asesinado, ha explicado que Litvinenko trabajó durante años para el MI6, la agencia de inteligencia exterior británica. En la vista preliminar, presidida por un juez que deberá determinar el alcance de la futura comisión de investigación, se han presentado documentos oficiales del gobierno británico que demostrarían «prima facie» la participación del Estado ruso en el asesinato del disidente, que tenía 43 años al morir.
El veneno fue consumiendo a Alexander Litvinenko durante tres semanas, hasta que falleció prácticamente ante las cámaras de todo el mundo. Su agonía terminó el 23 de noviembre de 2006, veinte días después de reunirse con dos antiguos colegas de los servicios secretos rusos en el hotel Millenium de Londres , donde se tomó una taza de té que podría haber sido el vehículo del envenenamiento, según una de las hipótesis que se barajan.
Seis años después, la investigación sobre el caso sigue abierta, y es todavía fuente de fuertes encontronazos diplomáticos entre Londres y Moscú. Andrei Lugovoi –un ex guardaespaldas del KGB– y Dmitri Kovtun, los dos hombres con los que se reunió en el Millenium, son los principales sospechosos para la Fiscalía británica, pero Rusia se niega a extraditarles. Ambos han negado siempre su implicación en un crimen del que se consideran víctimas, puesto que sufrieron leves niveles de contaminación.
Emmerson introdujo ayer un sorprendente elemento en el caso al asegurar que Litvinenko y Lugovoi trabajaban juntos, y que ambos planeaban viajar juntos a España . El 1 de mayo de 2013 arrancará la comisión oficial sobre el caso, después de un lento y accidentado camino judicial.
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