Mazda CX-5, a la conquista del oeste

Que la rebaja en el peso de un coche redunda positivamente en los consumos, las prestaciones y la dinámica está más que probado, y en ello se afanan las marcas, aunque pocas han llegado tan lejos como Mazda. También es verdad que su nueva estrategia Skyactive, que es como ha dado en llamar a esta estrategia, obliga a rediseñar todos sus modelos, pues incide tanto en las plataformas como en los chasis, los motores, las cajas de cambio y, probablemente, también en la aerodinámica. Sin embargo, el resultado serán productos más modernos y, por supuesto, más eficientes sin renunciar a una cierta deportividad.

El primer vehículo que responde a esta filosofía es el nuevo SUV CX-5 (4,55 metros de longitud), y por lo que hemos visto y comprobado durante su presentación internacional el resultado es muy satisfactorio.

Tanto con motor de gasolina como con el diésel de 175 CV hemos completado bastantes km para certificar el empuje de ambos y la frugalidad de los consumos

Es probable que, exteriormente, el CX-5 no levante pasiones. No es feo, pero tampoco llama la atención por nada especial. Frontal, línea lateral y trasera son limpias. Dentro, mucho qué contar. Pero tal vez, en un segmento cada vez más competido, se echa de menos un exterior de diseño más valiente, más atrevido. En el habitáculo, sin embargo, las sensaciones son mejores. En primer lugar, llama la atención el espacio disponible, la amplitud y el hueco que dejan las puertas para pasar, lo fácil que resulta sentarse... Una vez acomodados, todo queda a mano y es agradable a la vista. Los acabados están bien presentados, y no se aprecian defectos de ajuste, con buena presencia de los materiales empleado, agradables al tacto. El maletero, con 503 litros, es grande.

Junto a los trabajos acometidos sobre plataforma, chasis y cajas de cambio, ha sido fundamental el trabajo realizado con los motores presentados. En gasolina, un 2.0 Skyactive-G de inyección directa con una espectacular y elevada relación de compresión de 14:1 que en España se venderá con 160 o 165 CV, según la tracción (4x2 o 4x4). De serie se asocian a una caja de cambios manual y opcionalmente a otra automática y secuencial (con tracción total). Los consumos, como los del diésel, son muy comedidos: 6 l/100 km y 6.6 en el caso de las variantes de tracción total.

En cuanto diésel, el motor es también un Skyactive-D 2.2 con una relación de compresión igualmente récord (por lo bajo en este caso) de 14:1 y turbo de dos etapas. Extrae dos potencias: 150 y 175 CV. El primero se puede pedir con tracción 4x2 ó 4x4, con cambios manual o auto secuencial (4,6 y 5,3 l/100 km, 5,2 o 5,5 si es automático).

El más enérgico se liga exclusivamente a la tracción 4x4 y a la transmisión automática. Requiere 5,5 litros cada 100 km recorridos. Con ambas potencias, el motor Skyactive supera la nueva normativa de emisiones Euro 6.

El CX-5 se va a vender en dos acabados, a los que se podrán añadir algunos paquetes cerrados a precios muy competitivos. El primero, denominado Style, viene con ABS, EBA, EBD, TCS, DSC (control de estabilidad), asistente de arranque en pendiente, climatizador bizona, sensores de luces y lluvia, botón de arranque y ayuda a la frenada en ciudad, entre otros.

El tope de gama Luxury agrega a lo anterior asistente de cambio de carril (RVM), tapicería de cuero, asientos delanteros calefactados (el del conductor con regulación eléctrica), audio Bose, sensores de parking delantero/trasero, tarjeta inteligente de acceso/arranque y cámara de visión trasera. En cuanto a los opcionales, permiten acceder a navegador, techo solar panorámico y Pack Safety, que integra alerta por cambio no deseado de carril LDW y control de luces de largo alcance HBC.