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El portátil, como «un libro más»

Dos familias explican a ABC cómo ha cambiado para bien que sus hijos cuenten con miniportátiles para realizar sus tareas en la escuela y desde sus casas, sin que ello suponga una distracción para su educación

FÉLIX IGLESIAS

Colegio durante 24 horas todos los días del año. Lo que de entrada parece la pesadilla de cualquier escolar, para los pequeños cuyas familias han optado por los miniportátiles ofrecidos por la Consejería de Educación está siendo de entrada una gozada. La razón hay que ... buscarla en las posibilidades que estas herramientas informáticas ofrecen a los estudiantes a la hora de estudiar y aprender desde la creatividad y la interactividad con sus compañeros, incluso desde casa, además de poder consultar dudas y plantear propuestas a los profesores vía telemática. Así lo entienden Marcos Rodríguez Ovejero y Adrián Casas Sanz, de once años de edad y alumnos, respectivamente, de los colegios Miguel de Cervantes de Valladolid y del Pío del Río Hortega de la localidad vallisoletana de Arrabal de Portillo, que disfrutan del miniportátil, convertido en parte en un semijuguete, eso sí, instructivo y educativo para ellos.

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