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Estupor en Bélgica

ENRIQUE SERBETO, CORRESPONSALBRUSELAS. «Estremecedor», «impresionante», «increíble». A los seis concejales belgas que han visitado el País Vasco para compartir unos días con sus colegas de partidos no

«Estremecedor», «impresionante», «increíble». A los seis concejales belgas que han visitado el País Vasco para compartir unos días con sus colegas de partidos no nacionalistas se les acaban las expresiones de estupor. La experiencia diseñada por la radio pública de la comunidad de habla francesa de Bélgica ha dado lugar a un resultado que ha cambiado la percepción que todos ellos tenían de la situación en el País Vasco, donde han descubierto «una realidad cotidiana que es difícil de comprender en un país democrático».

Algunos de estos seis concejales, pertenecientes a ayuntamientos distintos y a los principales partidos, desde los socialistas o los humanistas (ex democristiano) a los liberales del Movimiento Reformador y los ecologistas, se han sentido obligados a contar su experiencia no solamente en las ondas de la RTBF sino que el lunes irán al Parlamento Europeo para contar lo que hay detrás de los atentados de ETA, «de los que sólo nos enteramos cuando hay víctimas, mientras que la población vasca no nacionalista vive permanentemente bajo una sorprendente opresión por parte de los independentistas».

Christine Defraigne, miembro del consejo comunal de Lieja, estuvo en San Sebastián y en Hernani con concejales socialistas y populares, con periodistas y con profesores de universidad, y ha regresado marcada por «esta impresionante cortina de plomo, esta omertá que amenaza a la libertad fundamental de los individuos que está sucediendo en Europa y me pregunto qué estamos haciendo nosotros para impedir que se aplasten las libertades y qué hace el Consejo de Europa. Y he visto que se aplastan las libertades y que lo banalizamos, que lo vemos bajo la indiferencia total y que acabaremos por aceptar lo inaceptable».

Su colega ecologista del ayuntamiento de Bruselas, Marie Nagy, estuvo en Álava «tres días con un concejal que tiene que vivir con dos escoltas permanentemente y no me imagino cómo se le explica a un niño de siete años que papá o mamá debe ir con un guardaespaldas. Sinceramente es una realidad difícil de comprender en un país democrático».

El ejercicio ha permitido que se deshagan las falsas comparaciones entre los terroristas y sus objetivos con la imagen mitológica que ETA había construido en muchos países, incluyendo Bélgica, que durante decenios fue un lugar de acogida para miembros de la banda. Ahora los concejales han vuelto después de escuchar «el testimonio impresionante de las víctimas, que deben afrontar el hecho de estar cotidianamente cara a cara con los asesinos, que están socialmente aislados y que aunque sus organizaciones reciben ayuda, las del entorno de los terroristas reciben diez veces más». Un ambiente en el que hasta los policías «deben ir encapuchados».

La emisión radiofónica fue difundida el pasado día 12 en el programa «Face a l´Info» de la primera cadena de radio pública belga francófona (puede ser escuchado en www.rtbf.be) y como es natural ha causado cierto revuelo. Bélgica tiene también un conflicto nacionalista entre las dos comunidades que forman el país, y no es de extrañar que no haya habido participación de políticos flamencos en esta experiencia, puesto que entre muchos sectores de la sociedad flamenca no se ocultan las simpatías por otros movimientos separatistas en Europa. Sin embargo, para extrañeza de los concejales francófonos «el grado de autonomía que goza el País Vasco haría soñar a nuestros nacionalistas flamencos».

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