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Destinos / HACEMOS NOCHE EN EL INTERIOR DEL NORTE DE TAILANDIA EN BUSCA DE SUS ELEFANTES

La animada selva de Chiang Mai

La mayoría de los españoles relacionamos Tailandia, antigua Siam, con la indómita Bangkok y las paradisíacas playas de Ko Phi Phi y Pukhet, pero hay muchas más cosas que hacer y que ver en uno de los destinos turísticos más célebres del sudeste asiático. Tailandia, literalmente 'tierra de los hombres libres', es un paraíso de cultura y naturaleza, una invitación permanente a romper las barreras de los prejucios, tan comunes y extendidos en el mal llamado 'primer mundo'.

Día 08/10/2012 - 09.59h

Los tailandeses, budistas en su gran mayoría, siempre tienen una sonrisa dibujada en la cara y reciben con los brazos abiertos a cualquier forastero. No es extraño, pues, que muchos amantes de la aventura hablen de un antes y un después en sus viajes cuando al fin conocen estas tierras tan generosas con el cuerpo y el alma.

Y si de aventuras hablamos, pocos sitios tan recomendables en Tailandia como Chiang Mai, la capital más importante del norte del país. A unos 700 kilómetros de Bangkok (se puede viajar en tren y en avión), esta prodigiosa ciudad está situada a los pies de una importante región montañosa, lo que la convierte en el destino preferencial de los turistas que desean hacer trekking durante su estancia en el país.

Es por eso que proliferan las agencias de viaje que ofrecen este tipo de aventura por toda la ciudad. Una vez elegida la que más nos convenza (aunque en realidad sus ofertas difieren bien poco en cuanto a precio y destino), toca elegir el tipo de viaje que colme nuestras expectativas. Porque hay paquetes muy diferentes según el tiempo que uno quiera invertir y la dificultad que esté dispuesto a soportar. Los de un día son los más básicos y hacen, de paso, que la deseable inmersión cultural entre las tribus de la zona sea imposible.

También los hay que te permiten pasar una sola noche en lo alto de la montaña en la casa de algún miembro de los Akha, Hmong, Karen y Lisu, tribus mayoritarias en esta zona de Tailandia. En tal caso, el desafío habrá merecido la pena, aunque sólo sea por el placer de ver amanecer rodeado de montañas mientras la niebla pierde la batalla ante el pujante sol del trópico.

Sin embargo, nosotros proponemos ir un paso más allá. Porque la zona es rica en cascadas y el paseo matinal puede ser una auténtica delicia mientras uno departe con el guía local y los compañeros de viaje. Tras el remojón, es hora de despedirse de la montaña, aunque aún hay tiempo de pasar una segunda noche a la orilla del caudaloso río Mae Win.

Con suerte, puede que le despierte el barrito de un elefante mientras su dueño lo lava en las bravas aguas del Mae Win. Un paseo en balsa y otro a lomos de ese excepcional animal que es el elefante asiático completarán un cuaderno de bitácora difícil de olvidar. Ahora sí, será hora de volver a Chiang Mai y, quién sabe, partir hacia alguna de las hermosas playas tailandesas a reponer fuerzas.

Eso sí, si aún tiene tiempo, no deje de visitar la zona amurallada de la ciudad, algo así como el 'casco antiguo' de Chiang Mai, donde hay templos de una belleza considerable. No podemos olvidar que posee más de 300 templos budistas. Visitar uno al día tomaría casi un año para completar la nómina. Para cerrar el círculo, apunten el Wat Phrathat Doi Suthep, que data de 1383. La leyenda señala que sus constructores colocaron en la parte trasera de un elefante una reliquia de Buda y se decidió levantar la edificación donde el paquidermo decidiesa sentarse. Otro templo interesante es el Wat Chiang Man, el de más antigüedad con sus dos famosas estatuas de Budas, de mármol y cristalino. El más poular entre los vecinos quizás sea el Wat Phra Singh, instalado en pleno centro de la ciudad.

Y por la noche, a cenar y tomar una copa en algunos de los magníficos restaurantes que pueblan la ribera del río Ping. Si además coincide con una noche de luna llena de noviembre, el acierto habrá sido pleno, puesto que es el momento en que se celebra el Loi Kratong, aunque los lugareños lo llaman Yi Peng. La gente coloca cajas con velas en los canales del centro de la ciudad y vuelan globos de aire caliente al estilo de la etina Lanna. De esta forma se rinde culto a la diosa del agua y es un ritual para sacar de la vida el mal de ojo y los augurios poco recomendables.

Dato: Bangkok es un destino fabuloso si uno desea hacer compras, pero la artesanía de Chiang Mai tiene fama internacional. Si aún le cabe algo en la maleta, hágale un hueco a algún recuerdo.

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