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Destinos / LA CAPITAL DEL CONDADO DE HAMPSHIRE ESCONDE EN SUS ENTRAÑAS LA HISTORIA MÁS ALUCINANTE DE INGLATERRA

Winchester y la Mesa Redonda

Winchester es una ciudad del sur de Inglaterra que pertenece al condado de Hampshire. ¿Por qué fuimos allí? Hace algunos meses estaba viviendo y trabajando en tierras inglesas y una amiga de la facultad hacía lo mismo y vivía en Winchester, así que tuvimos la excusa perfecta para ir de excursión. Como cada fin de semana, nos dispusimos a coger el tren e ir de visita turística pero tuvimos que aplazarlo por problemas con el horario. Es mejor viajar en ferrocarril los sábados porque los domingos hay menos trenes y menos flexibilidad horaria.

Día 08/10/2012 - 09.59h

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Antes de llegar a Winchester, lo único que me sonaba de la ciudad era la catedral y nada más. No obstante, se trata de una de las mejores ciudades que he visitado con respecto a la calidad de vida. Creo que es un lugar con la medida perfecta, no es enorme ni pequeña, y en la que tienes todo lo que necesitas para vivir. No sé si fue porque era sábado pero estaba llena de gente que iban de aquí para allá y había mucha juventud por las calles. Me gustaron mucho los edificios antiguos en los que encontramos pastelerías y restaurantes.

Un ejemplo es la que se encuentra junto a una especie de monumento en honor a un rey (Alfredo el Grande). Allí merendamos y estaba todo riquísimo. Este monarca tiene su historia: gobernó Wessex desde 871 hasta su muerte y destacó por frenar los avances de las hordas vinkingas. Fue un hombre muy culto y es venerado como santo en las iglesias católica, ortodoxa y anglicana. El 26 de octubre se celebra su fiesta litúrgica y como no podía ser de otra manera, es largamente festejada en Winchester.

Cuando llegamos, dimos un paseo por la principal calle comercial y vimos algunos museos (esta ciudad respira cultura) y fuimos hacia la catedral. Quizás el mejor exponente museístico local sea el Westgate, ubicado en un imponente edificio de sobria piedra gris, justo donde se alzaba una de las dos puertas que daban acceso a la población y que aún son reconocibles. Es posible conocer;cómo era la vida en el Medievo;a través de multitud de objetos, una colección de medidas y pesas antiguas e incluso una decoración creada para obsequiar el matrimonio de María I con Felipe de España en 1554. Lo más curioso quizás son las firmas en las paredes de algunos de los prisioneros que padecieron entre estos muros y la excelente vista de la ciudad desde el techo, directamente a través de la calle High Street.

El parque donde está la catedral es una maravilla, muy cuidado, y hay algo curioso que no todo el mundo sabe: hay una tumba de un hombre que murió (según lo que reza el epitafio de la lápida) por beber una cerveza pequeña cuando hacía calor. Es algo gracioso y está justo al lado del templo. Con respecto a la catedral, hay que pagar para entrar a verla pero un truco es ir en horario de misa (mass) y decir que vais a escucharla. El edificio es un gran ejemplo de gótico vertical inglés y la de mayor nave de todas las catedrales góticas en Europa. Fundada en 642, en realidad comenzó a construirse en 1079. De aquella época data la cripta, la zona visitable que menos alteración ha sufrido con el paso del tiempo.

EL PARADIGMA DE LA EDUCACIÓN BRITÁNICA

La catedral es muy bonita pero el paisaje que la rodea creo que ayuda mucho a crear esta impresión de belleza y el día soleado que disfrutamos también echó una mano. El estilo de la ciudad es el propio de una urbe histórica, orgullosa de su legado. En cada rincón se puede encontrar algo interesante: una parte de lo que parece fue una muralla, la casa de una famosa novelista británica... El 'College' también es precioso por fuera y por dentro. Merece la pena pagar puesto que es una maravilla. Tengamos en cuenta que esta escuela privada y masculina, que lleva funcionando de forma ininterrumpida más de 600 años, es el mejor ejemplo de la elitista educación británica tal y como todos la tenemos conceptuada.

Cerca del 'college' hay unas ruinas de un castillo que me encantaron aunque la verdad es que queda poco de lo que fue en su día. Después de visitar estas ruinas, dimos un paseo por la zona del río donde vimos muchos patos. El paseo fue genial porque el agua transmite mucha tranquilidad y porque está todo muy bien cuidado. No obstante, sin duda lo mejor fue subir a una de las colinas de Winchester desde donde pudimos ver toda la ciudad. La caminata resultó algo agotadora pero mereció la pena. No os perdáis la panorámica y respirad profundo: exactamente a eso huele Inglaterra.

LA LEYENDA ARTÚRICA PARA TOMAR ASIENTO

Cuando bajamos, tuvimos que comer algo porque habíamos gastado mucha energía en la subida. Justo después fuimos a ver una copia de la mesa redonda del Rey Arturo (la mítica mesa de Camelot donde la leyenda asegura que el mago Merlín tenía reservado un asiento. Eso sí, no está claro que sea la original, pero ha sido examinada y se ha concluido que está formada por árboles cortados sobre 1275, época del reinado de Eduardo I) y también vimos el jardín junto al edificio donde se hallaba la mesa. Me encantó una parte del pequeño jardincito donde había un pasadizo lleno de flores y hojas. Winchester es una ciudad para perderse unos días, siempre con guía, porque corres el riesgo de perderte auténticas maravillas.

Por todo esto y más recomendaría Winchester tanto para una visita de un fin de semana como para vivir una larga temporada. Es mucho más que un fusil, por mucho que compartan nombre.

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