Sin embargo, un retraso de un día en la ruta de este barco iba a obligarme a cambiar de planes, 24 horas era demasiado tiempo para esperar el barco, que tuvo que quedarse en puerto, resguardado de un temporal, a que se tranquilizaran las aguas en el famoso, por trágico, Golfo de Penas, siempre abierto al Pacifico.
Era un momento para tener cintura, cualidad clave en los viajeros que no movemos sin un programa cerrado. Con el dinero de la devolución íntegra del boleto del barco me compré un billete de avión con el mismo destino. Para ello tenía que coger un autobús que me dejaba en el mismo aeropuerto de Punta Arenas. Fue un viaje nada aburrido (otro más por gentileza de la exuberancia de la naturaleza en Chile), debido a los bonitos paisajes blancos y helados, siempre presente la sensación de peligro...
Rodar por estas deslizantes carreteras no lo soporta cualquier corazón. No menos aburrido fue el impresionante paisaje desde el avión, un día completamente despejado y un vuelo relativamente bajo me permitían disfrutar de la belleza de cientos de glaciares, absolutamente inaccesibles por tierra y agua.
Una vez aterrizado en Puerto Montt, decido alojarme en Puerto Varas, Hotel los Colonos, donde contrato a una agencia para realizar 'El cruce de Lagos', una impresionante travesía por los lagos de los Andes con destino a Bariloche. Lagos y más lagos, masas de agua, volcanes... entre los que destaca el Osorno, cuya típica forma cónica volcánica roza la perfección. Parece absolutamente sacado de la obra de un pintor naturalista de la mejor escuela.
SNOWBOARD EN EL PARAÍSO AUSTRAL
Se trataba de llegar a Bariloche atravesando inmensos lagos azules en medio de verdes montañas, nevadas en sus cumbres. Es precisamente en estas alturas blancas donde atravesamos la frontera hacia Argentina, impresionados por la belleza de miles de abetos con sus ramas repletas de nieve. Todo acaba, y de nuevo en Argentina, me decidí a subir a la estación de Bariloche y bajar las pistas del Cerro Catedral, surfeando en mi tabla de snowboard, impresionado por su belleza desde lo mas alto de una geografía que parece querer robarle espacio al cielo.
Este cerro se ubica dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi y su conocidísimo centro de esquí se remonta a 1936. En este microuniverso de perfil alpino en pleno Cono Sur hay qur visitar sí o sí el lago Nahuel Huapi y la península de Llao Llao. El nombre del parque se origina del término yaguareté, que es la manera como se denomina al jaguar en legua mapuche. El 'Camino de los Siete Lagos' permite conocer auténticas playas de agua cristalina como no se puede ser más en el Lago Correntoso. Todos los planes salen bien allá donde acaba la América más austral...




















