A la hora de preparar cold brew es de vital importancia escoger una variedad de café que se adapte a nuestros gustos particulares. Esta variedad de café extraída en frío cada vez está adquiriendo mayor popularidad. ¡Te enseñamos todo lo que necesitas saber para prepararla!
El cold brew se trata de un método específico de extracción del café para el que, al contrario de lo que acostumbramos a ver, no se utiliza calor. Tan solo se emplea un tiempo estimado que puede abarcar de 12 a 24 horas como máximo y que emplea agua fría en todo momento. En realidad, es muy similar a las infusiones frías y a pesar de que se trata de una preparación increíblemente sencilla, lo cierto es que es necesario hacer uso de los ingredientes más adecuados, teniendo en cuenta también la calidad de los mismos.
Comenzamos mencionando que el agua que empleemos para elaborar este tipo de café, debe tener una calidad alta y en segundo lugar, el café de especialidad debe ajustarse lo máximo posible a nuestras preferencias.
Qué es un café de especialidad
Los cafés de especialidad son aquellos cafés cuya calidad es superior, refiriéndonos por calidad al cultivo y recolecta artesanales. Por supuesto, no presentan impurezas o defectos de ningún tipo y se recogen a mano.
Para elaborar el cold brew, normalmente se utiliza una especie llamada arábica, al 100% de pureza. Existe una escala denominada como Specialty Coffee Association (S.C.A) que gracias a un elaborado sistema de puntos diferencia los cafés de especialidad de aquellos que no lo son. Los cafés de especialidad según esta asociación deben encontrarse por encima de los 80 puntos, que son otorgados en base a la fragancia o el aroma, el postgusto, el equilibrio en la dulzura, el cuerpo y el sabor.
Algunos cafés, nos ofrecen notas frutadas y en el caso de los cafés de mayor calidad, serán las propiedades organolépticas que presentan las que nos agraden en mayor medida a la hora de degustarlo.
También resulta de vital importancia el tueste del café. El que utilicemos debe tener un tueste medio, además de que la molienda debe ser gruesa, de forma que evitemos que durante la larga extracción se vuelva amargo.
Blend de café
Este término se emplea para referirse a la mezcla de cafés, cuyos orígenes son distintos y que ofrece distintas cualidades a las que un café por sí solo ofrecería. La utilización de un blend de café da lugar a una preparación más equilibrada y más apetecible para cualquier paladar. Los diferentes matices de este tipo de café son aportados por los orígenes de cada uno de ellos, dando lugar a un café más dulce y ácido, que amargo.
Variedades de café para hacer un cold brew
A continuación te mostramos cuáles son las mejores variedades que puedes utilizar para preparar un buen cold brew.
Arábica
Como ya mencionado con anterioridad, este tipo de café es el más utilizado normalmente para esta elaboración, y es que son muchos los especialistas que lo recomiendan. El sabor es dulce y suave y presenta notas florales y frutales. Destacan los matices delicados y complejos que derivan del proceso de extracción en frío que sufre este café.
Por otro lado, la acidez es muy baja, por lo que lo convierte en una de las mejores opciones para preparar el cold brew.
La variedad arábica nos ofrece por tanto distintos cafés de especialidad, que pueden encontrarse en determinadas regiones de cultivo. Estos son los siguientes:
- Etiopía Yirgacheffe. Es muy común que se destaquen entre sus características, los sabores florales y afrutados de este café. Se estipula como variedad premium si se quiere emplear para la elaboración de cold brew. Esta región de Etiopía, Yirgacheffe, es muy conocida, ya que se le atribuyen unas de las mejores producciones de cafés arábica de todo el mundo. Presenta una dulzura natural y unas notas cítricas, que gracias a este proceso de extracción se ven increíblemente acentuadas.
- Sumatra Mandheling. Para aquellos paladares que se decantan más por notas especiadas y terrosas, esta variedad es perfecta. El cuerpo es robusto, además de que presenta un bajo nivel de acidez, por lo que para la preparación del cold brew, tendremos un sabor más complejo e intenso.
- Robusta. Para que el sabor del cold brew tenga más cuerpo y sea más fuerte, la variedad robusta es tu elección. Se trata de un café más terroso y potente, que nos indica que el contenido de cafeína es mayor. Se trata de una opción increíble si lo que estás buscando es un aporte extra de energía.
Teniendo estas tres variedades en cuenta, cabe mencionar que para hacer un buen cold brew es necesario ajustarse a unas características determinadas: el tostado debe ser medio u oscuro, la molienda gruesa y el café debe ser de especialidad. Lo más importante es la calidad del café ya que es lo que afecta en mayor medida al resultado final.
Tipos de Cold Brew
Como ya hemos mencionado con anterioridad, la preparación del Cold Brew es muy sencilla, pero existen algunas variantes de esta bebida que se pueden adaptar en mayor medida a tus gustos. A continuación te mostramos algunos tipos de Cold Brew:
- Tradicional. Se trata de la más sencilla y conocida. En este caso, el agua fría se mezcla con el café y se deja en reposo de 12 a 24 horas. Transcurrido este tiempo, filtramos el líquido que se sirve con leche o agua.
- Nitro. Esta es una de las variantes que más popularidad ha adquirido últimamente en las cafeterías y es que presenta una peculiaridad que llama mucho la atención. Para hacer la infusión se utiliza nitrógeno, lo cual le aporta una apariencia espumosa y una textura cremosa.
- Concentrado. Como el nombre lo indica, se emplea mayor cantidad de café para que el sabor esté mucho más concentrado. Posteriormente se diluye con leche o un poco más de agua, dando como resultado un café mucho más intenso ideal para los paladares más fuertes.
- Con sabor. Este tipo de cold brew incluye sabores extra como el de la canela, el sirope de caramelo o la vainilla. Una vez que tenemos preparado un cold brew tradicional, incorporamos el sabor de nuestra preferencia y ya lo tendremos listo para consumir.
Consejos para preparar el Cold Brew
Normalmente el principal error que cometemos a la hora de preparar el cold brew es aguarlo demasiado y que nos quede un café sin sabor. Para evitarlo, te mostramos unos consejos a continuación:
- Lo primero que debemos tener en cuenta es que la proporción debe ser adecuada, es decir, por cada parte de café que empleamos agregaremos ocho de agua. Como ya hemos mencionado, existe el cold brew concentrado, que requiere un aumento en la cantidad de café o bien una reducción en la cantidad de agua.
- En segundo lugar, es muy importante que como mínimo, la infusión fría se produzca durante 12 horas. Menos tiempo, conllevará que los sabores no se extraigan por completo, dando lugar a un café con mucho menos cuerpo y sabor.
- Por otro lado, es importante emplear un filtro adecuado. De esta manera evitaremos que los sedimentos o restos del café se mezclen completamente con el líquido alterando así la textura final.
- Por último, a la hora de servir nuestro cold brew, es muy importante diluirlo únicamente cuando sea necesario. En muchas ocasiones podemos servirlo simplemente con un cubito de hielo, aunque el sabor será mucho más fuerte apreciaremos la experiencia en su totalidad.
Esperamos que esta guía te haya sido de gran utilidad y que te haya servido de inspiración para preparar tu propio cold brew en casa. Recuerda que son varias las opciones que tenemos si queremos preparar esta elaboración, casi tantas como paladares existen. Así que ¡ya solo nos queda disfrutar!
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