Desde que debutó con la selección absoluta en 2001, Felipe Reyes (Córdoba, 1980) sólo se ha perdido un gran torneo con España. Fue el pasado verano, en el Europeo celebrado en Eslovenia. Un verano que se tomó para descansar y reflexionar, pero en el que no tardó en darse cuenta de lo mucho que añoraba al combinado nacional. Reyes comparte con Pau Gasol y con Navarro el honor de ser el jugador que más medallas ha conseguido con el equipo. Ocho metales a los que espera sumar uno más después del Mundial de España que para la selección comienza esta noche ante Irán (22.00 horas, Cuatro), un partido en el que cumplirá su partido 200 defendiendo la bandera.
-Han pasado dos años desde que vistió esta camiseta por última vez. Ya tendrá ganas de volver a hacerlo...
-Sí, la verdad es que tengo muchísimas ganas de volver a jugar un partido oficial con la selección y más aún en un Mundial que se celebra en casa como es este. En el equipo, todos tenemos la ilusión de hacer algo grande con España otra vez.
-¿Se le ha hecho largo este paréntesis de la selección?
-Sí, claro. Después de los Juegos de Londres necesitaba un descanso y el verano pasado lo pasé mal, porque eché mucho de menos a mis compañeros. Era una sensación extraña, porque por una parte me vino bien para descansar y por otra tenía cierta ansiedad por no estar ahí con ellos. Aproveché para hacer otras cosas y luego se ha visto que ese descanso me ha venido bien para rendir a tope con mi equipo (el Real Madrid) esta temporada. Ahora, después de haber cargado las pilas ese verano, estoy aquí otra vez dispuesto a darlo todo por esta camiseta y conseguir otra medalla.
-Se ha perdido varios partidos de preparación por un problema muscular. ¿Cómo se encuentra?
-Estoy mejor, pero no al cien por cien. Espero ir mejorando con el paso de los días.
-¿Va a poder jugar ante Irán?
-No lo sé aún. Lo veremos justo antes del partido, pero está un poco complicado. Es una lesión que iremos viendo día a día. Si no puedo estar en el primer encuentro, pues lo intentaremos para el siguiente. Lo importante es jugar cuando esté recuperado totalmente. No quiero arriesgar, porque el campeonato no se acaba hoy.
-¿Nota que tras su ausencia le cuesta más hacerse un hueco?
-En la selección siempre ha habido que ganarse los minutos, nadie me ha regalado nada. Nunca ha sido fácil jugar aquí y este año no es diferente. Al revés. Parece más complicado todavía, porque hay tres pívots más que tienen nivel «All Star» y están jugando muy bien.
-Pero eso a usted no le ha importado nunca.
-No, no. Yo lo único que voy a intentar es hacerlo lo mejor posible y dejarme el alma y la piel en la cancha por España, como he hecho durante toda mi carrera.
-¿Se hace difícil jugar ante una selección desconocida como Irán?
-Es difícil porque no les conocemos mucho y porque no sabemos cómo juegan. Supongo que es algo que veremos en la reunión previa al partido. Por ahora, al único que conocemos es a Haddadi, que fue compañero de Marc en Memphis y del que ya nos ha contado alguna cosa.
-¿Tiene ya asumido ese rol secundario en la rotación?
-Me he acostumbrado estos últimos años a no ser titular y a salir desde el banquillo y me he adaptado bien a ese rol. En la selección tengo que estar preparado, como lo estoy en el Real Madrid, y que cuando me llegue la oportunidad pueda hacerlo bien y ayudar a mis compañeros.
-Sólo Navarro, Epi y Buscató han jugado más de 200 partidos con España, algo que usted logrará ante Irán.
-Me hace mucha ilusión. Como apunta, muy poca gente ha llegado a esa cifra y estar en ese club tan selecto es algo que me llena de orgullo.
-¿Con qué sueña en este Mundial?
-Con llegar lo más lejos posible e intentar ganar el oro, aunque sabemos que es difícil.
-¿Y con una lucha en la final ante Estados Unidos?
-Estaría bien jugar la final en Madrid, con nuestros aficionados y ante Estados Unidos, aunque lo que me interesa de verdad es estar en la final. Me da igual el rival.
-¿Se les puede ganar?
-Tenemos buen equipo y nos conocemos muy bien, que es algo que pocos equipos pueden decir. Podemos ganar a cualquiera, aunque hasta que no nos enfrentemos a las selecciones fuertes no sabremos cuál es nuestro nivel.






