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Un preso de Badajoz, testigo sorpresa del crimen de Manuela Chavero

El juez lo cita tras mandar una carta al juzgado en la que asegura que Eugenio Delgado le contó «la verdad»

Fragmento de la carta enviada por el interno ABC
Cruz Morcillo

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Un interno de la cárcel de Badajoz Antonio G. B. envió hace un mes una carta al juzgado de Zafra que investiga el crimen de Manuela Chavero, cuyo cadavér se halló el año pasado tras cuatro desaparecida, en la que asegura que «sabe toda la verdad». Según él, «el asesino y responsable del asesinato» -Eugenio Delgado, con el que comparte módulo- se lo contó «verbalmente», de forma voluntaria. El juez instructor ha llamado a declarar a este testigo sorpresa el próximo jueves.

En la carta, a la que ha tenido acceso ABC, el preso no aporta detalles concretos sobre cómo ocurrieron los hechos en Monesterio pero se ofrece a declarar ante el juez y «delante del autor». «Yo sé toda la verdad porque estoy en la prisión de Badajoz en su mismo módulo que es el módulo 5», escribe. Añade que quisiera que lo visitara la abogada de la familia Chavero y si es posible la madre de Manuela.

Según él, se dirige al juzgado para «remover» el caso, para que «por fin se haga justicia» e insiste en que Eugenio Delgado, encarcelado desde septiembre del año pasado en la prisión de Badajoz, le contó todo sin que él le preguntara, sino que «salió de él la conversación».

Su motivación, explica, es únicamente que se haga justicia porque tiene cinco hermanas y este gesto le «sale del corazón». Añade que Delgado, no solo le contó cómo acabó con la vida de Manuela, sino que lo hizo «riéndose», como si aquello «fuera un orgullo». «No tengo ningún miedo», dice. Hace referencia a la autopsia y plantea si coincidirá con su declaración.

El interno detalla que está «pagando un robo, una tontería de cuando las cabezas no andaban bien». Acaba diciendo que quiere ser un interno protegido y suma otra curiosa petición: que lo lleven a declarar sin esposas porque no es un interno conflictivo «y por si salgo en televisión aportando toda mi declaración que no me vea gente que me conocen como familiares y amigos». Esta última parte apunta a que busca su minuto de gloria. En la carta adjunta el teléfono de su hermana mayor y su nombre.

Fragmento de la carta enviada ABC

Dado que no ofrece ningún detalle, no se espera que esta declaración aporte luz a lo ya sabido. Eugenio Delgado llevó a la Guardia Civil tras su detención, cuatro años después de la desaparición de su vecina, hasta el cuerpo de Chavero. La enterró en una finca de su propiedad, una antigua zorrera a cuatro kilómetros de Monesterio y siguió con su vida. Según declaró, citó a Manuela de madrugada para devolverle una cuna que le había prestado, la mujer se enfadó porque estaba deteriorada, forcejearon y ella se cayó y se golpeó en la cabeza. Luego la metió en su coche, la desnudó y la enterró. La autopsia evidenció fracturas en las costillas y los dientes poco compatibles con esta versión, pero no es contundente.

El juez de instrucción denegó en mayo la libertad provisional de Delgado tras realizar una reconstrución de los hechos en la casa y la finca, pero abrió la puerta a que el crimen sea calificado como un homicidio en comisión por omisión (penado con entre diez y quince años) en lugar de una detención ilegal y un asesinato. Hace dos semanas volvió a denegar su libertad con los mismos argumentos.

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