Un joyero de Valdebernardo se dio el susto de su vida el sábado cuando sorprendió a una banda de butroneros en plena faena, mientras reventaban su caja fuerte con una lanza térmica. Los ladrones salieron corriendo, dejando atrás todas sus herramientas, e incluso uno de ellos se dejó en el local su teléfono móvil. Robaron un botín de unos 25.000 euros. Otro joyero, de Latina, sufrió el cuarto intento de robo en menos de un año, también por el método del butrón.
Fernando Martínez Jambrina, propietario del negocio Aibor Joyeros, en el bulevar de Indalecio Prieto (Vicálvaro), llegó el sábado a las 11 de la mañana a abrir su negocio, como es habitual. «Cuando levanté el cierre, vi que toda la tienda estaba llena de humo. Como sería la cosa, que ni siquiera se apreciaban los mostradores, que están junto a la entrada. Pensé que se me estaba quemando la tienda», explica a ABC.
«Pensaron que ese día no abriría»
Sin embargo, cuando se dispuso a abrir la puerta, vio cómo salían cuatro o cinco jóvenes encapuchados. «Como el viernes fue fiesta, debieron de pensar que iba a hacer puente. Habían accedido al local desde el local colindante, que está vacío, donde habían perpetrado un butrón sobre las diez y media de la noche anterior», añade el comerciante. También cortaron los cables de la alarma.
«Cuando levanté el cierre, vi toda la tienda llena de humo»
Cuatro compinches fuera
Fernando corrió tras ellos, pero no consiguió alcanzarlos. Según los testigos, además de los cuatro o cinco que entraron en la tienda, había otro compinche en un coche, fuera, y otros tres sentados enfrente, vigilando. Todos eran muy jóvenes, pues parecía que tenían entre 16 y 20 años.
Robaron hasta la hucha donde el joyero guardaba dinero para su hijo
Cuatro intentos en once meses
Además, el domingo, a las 19.37 horas, saltó la alarma en la joyería Arva, en el paseo de Extremadura (Latina). Su dueño, Fernando Parra, cuenta que los ladrones entraron por el garaje de las viviendas anejas y que los ladrones intentaron entrar en la trastienda de la primera planta del negocio haciendo un butrón.
«Pero la gran inversión en medidas de seguridad que he realizado me ha salvado», añade. Es, nada menos, que el cuarto intento de robo por butrón que sufre en su cadena de cuatro joyerías en once meses. «Rezo por que no les salga nunca bien, porque los robos van a acabar con este gremio antes que la crisis», se queja.
