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Los ecos de las Navas de Tolosa

Se cumple el VIII Centenario de la Batalla de las Navas de Tolosa y el destino ha querido que este año caiga en lunes el 16 de julio, al igual que sucedió hace 800 años, con varias actividades en localidades de la región

Los ecos de las Navas de Tolosa ABC

M.C.

El destino ha querido que este año caiga en lunes el 16 de julio, al igual que sucedió hace 800 años, cuando las tropas cristianas y las musulmanas se enfrentaron en una lucha encarnizada para disputarse el control de la Península Ibérica. Se cumple el octavo centenario de la Batalla de las Navas de Tolosa (1212) y varias localidades donde transcurrieron los hechos que la rodean preparan ya diferentes actividades conmemorativas, entre ellas algunasde Ciudad Real.

Además, ocho municipios de las provincias de Ciudad Real y Jaén han decidido crear una federación para impulsar la Ruta de la Batalla de las Navas de Tolosa. Así se decidió en una de las últimas reuniones de los representantes públicos de los consistorios de estas localidades, entre las que se encuentran cinco poblaciones ciudadrealeñas (Aldea del Rey, Viso del Marqués, Santa Cruz de Mudela, Almuradiel y Calzada de Calatrava) y tres jienense (La Carolina, Santa Elena y Vilches).

Este proyecto colectivo se presentó en la pasada edición de enero de la Feria Internacional de Turismo (Fitur) y expone la necesidad de convertir la efeméride del octavo centenario de la Batalla de Las Navas de Tolosa en una gran oportunidad para que los municipios relacionados con la contienda exploten sus posibilidades turísticas, a través de senderos naturales por los que transitaron los ejércitos cristiano y musulmán antes y durante la contienda.

Atractivos turísticos

Si a los argumentos históricos que presenta este acontecimiento, se suman los atractivos medioambientales, turísticos y arquitectónicos de los municipios, hace que se pueda conformar un interesante itinerario cuyo denominador común es la batalla y que la unión hará que se fortalezca a cada uno de ellos porque les convierte en parte de un eje de gran relevancia histórica, como comentó en Fitur Nicolás Rodríguez, técnico que ha elaborado este proyecto.

El acto de presentación de la ruta reunió en Fitur a una gran cantidad de personas interesadas en conocer el proyecto, que tendrá como principal componente la historia de una importante batalla. Sus huellas son perceptibles en el castillo árabe de Salvatierra, en la ermita-santuario de de Nuestra Señora de las Virtudes, en el palacio del Marqués de Santa Cruz en Viso, en la iglesia parroquial de Almuradiel, en el museo de la batalla, en los campos en los que se enfrentaron los dos ejércitos, en el castillo de las Navas de Tolosa, conquistado tras la lid y en los trofeos de la contiendo custodiados en la iglesia parroquial de Vilches.

En la agenda prevista para conmemorar el octavo centenario de la Batalla de las Navas de Tolosa está grabado a fuego que julio será el mes epicentro de esta iniciativa, con el desarrollo del grueso de las actividades más importantes en la localidad de Aldea del Rey, en la que se asienta el Sacro Convento-Castillo de Calatrava La Nueva que tan importante fue en la decisiva contienda de la Reconquista ibérica. Una de esas actividades será un Mercado Medieval, en la explanada de la calle Iglesia, frente al Palacio de Clavería.

A esta convocatoria se sumarán el resto de localidades implicadas en la denominada Liga de Pueblos Batalla Navas de Tolosa, como son Calzada de Calatrava, Almuradiel, Santa Cruz de Mudela o Viso del Marqués, así como las jienense Vilches, Santa Elena y La Carolina. Todas ellas participaban recientemente en el homenaje a los caballeros calatravos que acogía el referido monumento nacional.

Historia de la batalla

Esta batalla supuso un punto de inflexión en el así denominado proceso de la «Reconquista» en favor de los cristianos, ya que tras su derrota en Alarcos (1195), diecisiete años antes, el Reino de Castilla quedó desestabilizado y se frenó cualquier avance sobre los territorios controlados por los almohades de Yusuf II. De hecho, los musulmanes consiguieron llevar la frontera hasta los Montes de Toledo, amenazando la propia ciudad de Toledo y el Valle del Tajo.

Sin embargo, el rey castellano, Alfonso VIII, temiendo una nueva ofensiva almohade, no cejó en su empeño y consiguió convertir el conflicto con los almohades musulmanes presentes en Al-Ándalus en una cruzada religiosa con el apoyo del arzobispo de Toledo, Rodrigo Ximénez de Rada y el Papa Inocencio III. Así, tras llegar a alianzas con reinos cristianos de la Península Ibérica, no exentas de tiras y aflojas con algunos de ellos, pues no participaron León y Portugal, Alfonso VIII preparó un nuevo enfrentamiento contra las tropas dirigidas por el propio califa «Miramamolín» para resarcirse de la derrota que sufrió en Alarcos.

Así, el 19 de junio de 1212 salieron desde Toledo las huestes cristianas. En su camino tomaron las plazas musulmanas de Malagón, Calatrava, Alarcos y Caracuel. Aquí se les unió el ejército de Sancho VII de Navarra. Tras una escaramuza en el Puerto del Muradal, el choque definitivo se produjo junto al lugar llamado Mesa del Rey el 16 de julio de 1212. La victoria en las Navas de Tolosa aumentó la presión cristiana sobre los musulmanes y el comienzo del declive de Al-Ándalus.

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