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Encierro limpio y vertiginoso para empezar

La primera carrera de los Sanfermines duró 2 minutos y 23 segundos y dejó un saldo de dos heridos por caídas, uno de ellos con fracturas en tres vértebras lumbares

GORKA MORENO

Los toros de Peñajara no defraudaron en su regreso a Pamplona tras doce años de ausencia. Después de haber cancelado su presencia en 2009 debido a problemas hepáticos de los astados, ayer recuperaron el protagonismo perdido en el primero de los encierros de San Fermín. Un encierro limpio, noble y vertiginoso. En una carrera que apenas duró dos minutos y veintitrés segundos, los mozos pudieron lucirse y ninguno de los morlacos trató de desafiarlos.

A pesar de los nervios propios del primer día, no hubo masificaciones, derrotes ni cornadas, aunque sí algunas caídas y contusiones. Dos personas fueron trasladadas al Complejo Hospitalario de Pamplona, una de ellas por traumatismo craneoencefálico y lesión ocular y la otra, por fracturas en tres vértebras lumbares.

Los morlacos, con una media de 593 kilogramos, parecían no tener muchas ganas de sumarse a la fiesta. Tras el tradicional canto y vítores en honor a San Fermín, que este año fueron en español y en euskera, llegó el cohete, pero la manada tardó unos veinte segundos en salir de los Corralillos del Gas. Y lo hizo por detrás de dos de los cabestros, que lideraron gran parte del recorrido y facilitaron el trabajo de los dobladores y los mozos.

La manada enfiló la cuesta de Santo Domingo con gran fuerza y velocidad. Y al entrar en la calle de Mercaderes, un mozo de 20 años natural en Zaragoza -H.T.C.- era atropellado por uno de los astados y sufría un golpe en el cráneo y una contusión ocular, tras lo cual fue ingresado en un centro hospitalario de Pamplona con pronóstico menos grave y dado de alta pocas horas después. A partir de ese instante, los toros pasaron como una exhalación por la famosa curva de Mercaderes sin chocar contra el vallado como es habitual. Sólo uno de los morlacos resbaló, pero se reincorporó con soltura y facilidad.

En la calle de la Estafeta, los cabestros abrieron la carrera y partieron la manada en varios grupos. Los mozos encontraron entonces huecos entre las astas para realizar bonitas carreras, si bien la rapidez de los morlacos ocasionó también algunos golpes, especialmente tras doblar la curva de Telefónica, cuando dos toros resbalaron y un corredor fue arrollado en el momento en que ya se vislumbraba la entrada a la plaza de Toros. Y aunque se produjo un conato de pequeño montón junto al coso, los mozos pudieron escapar sin mayores problemas por las gateras. La manada entró dividida al recinto taurino.

Según el parte médico ofrecido por el Departamento de Salud del Gobierno de Navarra, el herido en el callejón de la plaza de Toros es N.W., un joven australiano de 18 años y residente en Melbourne que fue ingresado en la Unidad de Traumatología con fracturas en la primera, segunda y tercera vértebra lumbar y pronóstico grave.

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