Aquellos brotes verdes a los que se refería la ministra Salgado eran, seguro, los del programa del Festival de Cannes, contra el que se estampa la palabra crisis como un mosquito de autopista contra el parabrisas. La potencia y la autoridad de la selección de este año es como si le hubieran querido dar un capón a las estrecheces en que anda el resto del mundo. Todos. O sea, incluso los cineastas españoles, estarán en el Festival. Pedro Almodóvar («Los abrazos rotos») e Isabel Coixet («Mapa de los sonidos de Tokio»), en la sección competitiva; Alejandro Amenábar («Agora»), en ese lugar especial de la Sección Oficial que se guarda para los intocables, los que están por encima de la competición, o fuera de ella. Y en este desmadre, hasta hay este año un cortometraje español, «Rumbo a peor», de Álex Brendemühl.

Pero, la lista de directores y películas en la Sección Oficial es apabullante, demoledora: Ken Loach, Lars Von Trier, Michael Haneke, Quentin Tarantino, Ang Lee, Jane Campion, Alain Resnais, Johnnie To, Marco Bellochio, Jacques Audiard, Elia Souleiman, el filipino de moda (¿?) Brillante Mendoza, el atorrante Gaspar Noé, el chinísimo Tsai Ming-liang…
Los imprescindiblesLa colección de imprescindibles de festival es, como se puede ver, apoteósica, y llega con un material musculoso (este año, al contrario que el anterior, se lleva la película larga o muy larga, con lo que las dos horas y media por título viene a ser la norma, lo que sugiere una doble compañía para el atracón: paciencia y almohadilla). Entre los ejercicios despreciables en estas horas previas al acontecimiento, ninguno como el señalar los tres o cuatro títulos favoritos. Vayan por delante estos: «AntiCristo», de Lars Von Trier; «Kinakay», de Brillante Mendoza; «Mapa de los sonidos de Tokyo», de Isabel Coixet, y lo de Quentin Tarantino «Inglourius Basterds». Y, ¿por qué?..., pues por nada serio digno de mención.

Y el fuera de la Competición viene todavía más impertinente aún que el dentro. Además de Alejandro Amenábar y «Agora», están Terry Gilliam, Robert Guédiguian, Michael Gondry, Zhao Liang, Souleymane Cissé y los filipinos Adolfo Alix y Raya Martin con «Manila»…

Y para antes de todo esto, el Festival ha tomado una decisión muy adulta: inaugurar su sexuagésima segunda edición con una película de dibujos animados, la última de Pixar, titulada «Up», y clausurarse con una elección muy infantil: el melodrama romántico «Coco Chanel & Igor Stravinsky», dirigido por el hasta ahora temible Jan Kounen.

Y del mismo modo que otros años el cine español mira el Festival de Cannes como una vaca en su prado mira al tren pasar, éste ha conseguido billete toda la ganadería. En la Sección La Semana de la Quinzena, el director Álvaro Brechner y el actor (y co guionista) Gary Piquer presentan la aromática «Mal día para pescar», una coproducción hispano uruguaya basada en el cuento de Onetti y que narra una encantadora historia de pícaros y luchadores. Y también estará en este mismo andurrial lo último de Francis Ford Coppola, un señor que vuelve al festival disfrazado de nadie con una película también medio española, «Tetro», rodada en Buenos Aires y protagonizada por Maribel Verdú y Carmen Maura.