Corre el año 2009 cuando ETA pierde, por primera vez en su historia, el control del denominado Movimiento& 160; de Liberación Nacional Vasco. Los continuos golpes policiales en Francia y los fracasos en sus intentos de recomponer la ilegalizada Batasuna llevan a sus bases a replantearse el futuro. La ponencia Zutik Euskalherria, partidaria del fin de la violencia, es debatida durante meses en asambleas locales, para imponerse finalmente al plan continuista de ETA, recogido en un proyecto denominado Mugarri. Arnaldo Otegi, nuevamente detenido en su intento de reestructurar Batasuna, se convierte desde la cárcel en el líder de esa ruptura.Como novedad respecto a otras treguas, la banda terrorista reduce a la mínima expresión su actividad. Incluso dejan de extorsionar a los empresarios. De forma paralela, El Tribunal Constitucional permite a la Izquierda Abertzale presentarse a las elecciones municipales donde logran un éxito sin precedentes. Desde las cárceles, los presos etarras dan un nuevo paso. Se suman al acuerdo de Gernika, manifiesto en el que también se rechaza la violencia y se reconoce a las víctimas.Pero el mayor logro de la izquierda abertzale lo consiguen el pasado 17 de octubre. Internacionalizan el proceso& 160; hasta límites insospechados. San Sebastián es el escenario de una conferencia de paz, conferencia de la infamia, según las víctimas. En ella se emplazaba a ETA nuevamente a dejar las armas y a los gobiernos de Francia y España a dialogar con los terroristas.