Name: Salsa agridulce china casera
Total time: 15 min
Yield: 4
Cuisine: china
Ingredients: 2 cucharadas soperas de salsa de soja; El zumo de media naranja; 2 cucharadas de harina fina de maíz (maicena); 4 cucharadas de vinagre de vino blanco; 1 cucharadita de salsa Perrins; 2 cucharadas de kétchup; 3 cucharadas de azúcar; 150 ml de agua; Agua adicional para diluir la maicena

Para 4 0.4€/pers. 110kcal/100g

Ingredientes

2 cucharadas soperas de salsa de soja
El zumo de media naranja
2 cucharadas de harina fina de maíz (maicena)
4 cucharadas de vinagre de vino blanco
1 cucharadita de salsa Perrins
2 cucharadas de kétchup
3 cucharadas de azúcar
150 ml de agua
Agua adicional para diluir la maicena

Hay salsas que, con solo probarlas, te transportan directamente a un restaurante chino de los de mantel de papel y dragones dorados. La salsa agridulce china casera es de esas maravillas que no necesitan presentación: una mezcla perfecta entre dulce y ácido, con ese brillo anaranjado tan característico que convierte cualquier plato normalito en algo que parece de menú especial.

Lo mejor es que hacerla en casa no tiene misterio, ni ingredientes raros. En menos de un cuarto de hora puedes tener lista una versión casera, sin conservantes, y con el sabor equilibrado de verdad, no el jarabe fluorescente que a veces sirven por ahí.

Un poco de historia

Aunque se asocia directamente con la cocina china, lo cierto es que la salsa agridulce tiene mil versiones repartidas por todo Asia. En China se usaba originalmente para acompañar carnes de cerdo o pescado, sobre todo en la región de Cantón, donde el equilibrio entre el vinagre de arroz y el azúcar era casi una cuestión de orgullo culinario.

A Europa llegó en el siglo XIX, cuando los cocineros chinos adaptaron su cocina a los gustos occidentales y cambiaron algunos ingredientes, como el vinagre de arroz por el de vino blanco o el tomate por kétchup.

Hoy es una de las salsas más populares del planeta, y no hay rollito de primavera que se precie sin un buen baño de esta mezcla brillante y pegajosa.

Las salsas son ese comodín que levanta cualquier plato, y estas tres lo demuestran a lo grande.La salsa teriyaki casera aporta ese brillo lacado que pide carne o salmón; la salsa de naranja deja un punto dulce-salado que va de lujo con asados y pescados; y la salsa thai sweet chili pone el toque picante-dulce que convierte cualquier bocado en vicio.

Receta casera de salsa agridulce china

Preparación paso a paso

Preparamos los ingredientes. Cortamos la naranja por la mitad y exprimimos el zumo de una de las mitades. Reservamos.
En un vaso o cuenco mezclamos las dos cucharadas de harina fina de maíz con agua hasta llenar la mitad del vaso. Removemos hasta que quede bien disuelta, sin grumos. Esta mezcla será la que dé cuerpo a la salsa.

En una sartén o cazo, añadimos dos cucharadas de salsa de soja, el zumo de naranja, 150 ml de agua, dos cucharadas de kétchup, tres de azúcar, cuatro de vinagre de vino blanco y una cucharadita de salsa Perrins.
Ponemos la sartén a fuego medio y removemos bien para que todos los ingredientes se integren. El color rojizo empieza a aparecer en segundos, y el aroma, aviso, abre el apetito al instante.
Cuando la mezcla comience a calentarse, vertemos poco a poco la maicena disuelta en agua, removiendo sin parar con unas varillas o una cuchara de madera.
La clave está en hacerlo poco a poco, porque la salsa espesará casi de inmediato. Vamos ajustando hasta conseguir la textura que nos gusta: ni demasiado líquida ni tan espesa que parezca un pegamento.
Cuando alcance el punto justo, retiramos del fuego. Dejamos reposar un par de minutos para que asiente y servimos.

El resultado es una salsa brillante, con ese toque cítrico y caramelizado que combina de maravilla con carnes, verduras o frituras.

Consejos para una salsa agridulce china casera de rechupete

Añade la maicena disuelta poco a poco, a cucharadas, para tener control total sobre la textura.
Usa zumo de naranja natural: el embotellado altera el equilibrio entre acidez y dulzor.
Si quieres un toque más intenso, sustituye el vinagre de vino blanco por vinagre de arroz o añade una cucharadita de miel al final.
Para una versión más ligera, reduce el azúcar a dos cucharadas y aumenta un poco el zumo de naranja.
Esta salsa se conserva hasta una semana en la nevera dentro de un frasco cerrado. Solo tendrás que calentarla un poco antes de usarla.
Acompaña rollitos, pollo frito, cerdo agridulce o verduras salteadas; incluso con unas croquetas da un juego increíble.

Curiosidades de rechupete

En China, el equilibrio entre sabores opuestos —dulce, ácido, salado y amargo— es una auténtica filosofía culinaria. Por eso la salsa agridulce no se considera una “salsa de acompañamiento” cualquiera, sino un símbolo de armonía. Cada región tiene su propia versión: en Shanghái prefieren el vinagre más fuerte, en Cantón usan piña, y en Hong Kong la suavizan con zumo de frutas tropicales.

Lo curioso es que, aunque hoy la asociamos con la comida china de restaurante, en origen se servía solo en banquetes importantes. Vamos, que lo que antes era un lujo, ahora lo tenemos en 10 minutos y sin salir de casa.

Esta salsa agridulce china casera es la prueba de que con cuatro cosas de la despensa puedes conseguir un sabor de restaurante. Brillante, equilibrada y con ese puntito adictivo que te hace mojar hasta el pan, es la pareja perfecta para todo lo que pase por la sartén. Pruébala una vez y te costará volver a comprarla hecha —además, no lleva colorantes, ni conservantes, ni misterios. Solo buena cocina, de la de verdad.

Última revisión: 15 noviembre 2025

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