Ningún alimento o medicina puede hacer lo que el aceite de oliva

Ningún alimento o medicina puede hacer lo que el aceite de oliva

Nunca olvidaré aquella vez que mi abuela, con toda la calma del mundo, me dijo mientras me echaba un chorrito de aceite de oliva en una tostada: “Esto es oro líquido, chaval. Ni pastillas ni gaitas”.

Yo pensaba que era exageración de las suyas, como cuando decía que el caldo curaba cualquier catarro. Pero con el tiempo y unas cuantas indigestiones a base de ultraprocesados, empecé a darle la razón.

Porque sí, el aceite de oliva, especialmente el virgen extra (el famoso AOVE), es un pedazo de tesoro que no solo sirve para cocinar, sino que cuida de ti por dentro como si fuera una abuela metida en una botella.

Y ojo, que no lo decimos solo los que mojamos pan en él a todas horas. Hay estudios científicos, médicos, nutricionistas, chefs y hasta guías de salud de medio mundo que lo consideran una joya nutricional. Y lo mejor es que está más cerca de ti de lo que piensas.

Así que si quieres saber por qué ningún alimento ni medicina puede hacer lo que hace el aceite de oliva, ponte cómodo que te lo voy a contar sin rodeos y con todo el arte del mundo.

Origen del aceite de oliva

El aceite de oliva lleva siglos entre nosotros, literalmente. Los olivos ya eran venerados por los griegos y romanos como árboles sagrados, y no era para menos. De sus frutos se obtenía un líquido que servía para cocinar, curar heridas, hidratar la piel y hasta encender lámparas. Un todo en uno antes de que existieran las farmacias o el aceite de coco de moda.

Pero no todos los aceites de oliva son iguales. El que realmente tiene superpoderes se llama aceite de oliva virgen extra, o AOVE para los amigos. Se obtiene directamente de aceitunas prensadas en frío, sin ningún tipo de proceso químico.

Lo que sale es un zumo puro, con sabor potente, color dorado o verdoso, y un olor que te transporta a los campos de Jaén o Córdoba aunque estés en un piso en Alcorcón.

Propiedades

Lo flipante del aceite de oliva no es solo que sea sabroso y versátil, sino que está cargado de cosas buenas para el cuerpo. Y no, no hace falta tener un título en bioquímica para entenderlo. Aquí van las claves.

Primero, está repleto de grasas saludables, esas que te ayudan a controlar el colesterol malo (LDL) y subir el bueno (HDL). Vamos, que te limpia las tuberías del cuerpo sin tener que tomarte una aspirina. Además, tiene un montón de antioxidantes, como los polifenoles, que protegen tus células del desgaste, el envejecimiento y los achaques del día a día.

También contiene vitamina E y vitamina K, que ayudan a tener una piel sana, huesos fuertes y un sistema inmune que aguanta lo que le echen. Y no es por exagerar, pero hay estudios que asocian el consumo regular de aceite de oliva con menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, ciertos tipos de cáncer e incluso depresión.

Lo dicho: ni un multivitamínico del herbolario puede con él.

Usos en la cocina

La gente piensa que el aceite de oliva solo sirve para aliñar ensaladas o hacer sofritos. ¡Error! Es uno de los alimentos más versátiles que existen. Aquí te van unas cuantas formas de usarlo:

  • En crudo sobre tostadas, verduras o quesos. Un chorrito y ya parece que estás en un restaurante de estrella Michelin.
  • Para freír. Sí, se puede freír con AOVE. Tiene un punto de humo alto, lo que significa que aguanta bien el calor. Y lo que frías te sabrá el doble de rico.
  • En repostería. Un bizcocho con aceite de oliva queda esponjoso, sabroso y más saludable que con mantequilla.
  • En guisos y estofados. Aporta ese fondo de sabor tan nuestro, ese que no se consigue con margarinas raras.
  • Como conservante natural. Prueba a guardar queso fresco, tomates secos o incluso anchoas cubiertos de aceite. No solo se conservan mejor, ¡saben gloria bendita!

Esto es muy de andar por casa, pero viene bien tenerlo claro. Un buen aceite de oliva debe oler fresco, afrutado, con toques de hierba, tomate, almendra o incluso manzana. En boca puede picar o amargar un poco, pero eso es buena señal: significa que tiene antioxidantes y está cargado de polifenoles.

Si sabe plano, a rancio o no huele a nada, probablemente no sea virgen extra aunque lo ponga en la etiqueta. O ya esté pasado. Sí, el aceite también se estropea, así que nada de dejarlo medio año abierto junto a la vitro y con la luz directa del sol dándole en la cara. Guárdalo en un lugar fresco, seco y en botella oscura.

A estas alturas estarás pensando: vale, todo esto suena muy bien, pero ¿no es muy caro el AOVE? Pues depende. Hay aceites virgen extra de altísima calidad a precios razonables si compras en cooperativas, en temporada o en garrafas grandes. Y al final, piensa en esto: un litro te dura bastante, no necesitas grandes cantidades y lo que te gastas en aceite te lo ahorras en médicos.

Y otra cosa: con un aceite de oliva bueno, un pan decente y un poco de sal, ya tienes un desayuno o merienda más rico y saludable que cualquier bollería industrial. ¡Eso es inversión en salud!

Vale, no cura milagrosamente, no hace crecer el pelo ni te quita la mala leche de los lunes, pero sí que te ayuda a tener el cuerpo más fuerte, la piel más sana y el corazón más contento. Y lo hace de una forma natural, deliciosa y sin efectos secundarios.

Por eso decimos que ningún alimento ni medicina puede hacer lo que hace el aceite de oliva. Porque va contigo en todo: en el desayuno, en la comida, en la cena y en la vida. Y si encima lo produces aquí, en España, que somos de los mayores exportadores del mundo, pues oye, ya es para levantarse y aplaudir.

Así que la próxima vez que dudes entre comprar un aceite baratillo de dudosa procedencia o un buen virgen extra de los de toda la vida, piensa en esto: tu cuerpo te lo va a agradecer. Y tu paladar, también. Porque si algo sabe bien y encima te cuida, no hay más que hablar.

5/52 votos


Categorías: Actualidad gastronómica Aprende a cocinar: técnicas, trucos y consejos

Etiquetas:

También te encantará...


Sobre el autor

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Recetas de Rechupete » Actualidad gastronómica » Ningún alimento o medicina puede hacer lo que el aceite de oliva