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«El padre de los niños asesinados en Huétor Tájar debe estar ahora siempre acompañado; su situación es muy difícil»

Una psicóloga especializada en duelos analiza la situación en la que se encuentra Antonio, que en dos meses se ha quedado sin mujer, su madre y sus dos hijos

Sobre el abuelo que acabó con sus nietos, entiende que actuó así por un «delirio» provocado por la culpa que arrastraba desde el accidente donde murió su hija

El padre de los niños asesinados en Huétor Tájar sigue en un hospital de Granada con crisis de ansiedad

El abuelo que asesinó a sus nietos en Huétor Tájar estaba en tratamiento por depresión

Dolor en el minuto de silencio por la muerte de los dos niños asesinados en Huétor Tájar antonio l. juárez

Guillermo Ortega

Granada

Antonio ha perdido en dos meses a su mujer y a sus dos hijos de manera traumática. Le queda familia, pero no lo que se considera el núcleo familiar, el tronco principal. ¿Cómo afrontar esa pérdida? ¿Cómo gestionar el terrible duelo al que se enfrenta? ¿Hay situaciones peores que la suya?

María de la Paz Castillo es una psicóloga granadina que ha tratado muchos tipos de duelos y tiene claro que lo de este hombre de Huétor Tájar es un caso «tremendamente difícil porque es muy poco habitual, por no decir nada, que le ocurran tantas tragedias en tan poco tiempo».

«Ahora mismo no debe ser consciente de lo que le ha sucedido, tiene el cerebro en estado de shock, no acepta que la situación sea real. Pero esa parálisis, que estará afrontando con fármacos, se transformará después en algo peor cuando vea que efectivamente así son las cosas. Va a tener que estar muy acompañado y el suyo va a ser un duelo muy largo, seguramente le durará toda la vida«, explica.

La especialista entiende que, en realidad, todo Huétor Tájar está ahora en shock y que sus consecuencias se manifestarán pronto. «Por ejemplo, están los niños que iban al colegio con Pablo y Guillermo. Ellos también van a tener que pasar por un duelo, ver las sillas vacías de sus compañeros va a ser muy duro«.

La sombra del suicidio

Al padre de esos dos niños le va a acechar la sombra del suicidio, eso también lo ve claro. «Se planteará por qué está aquí, por qué sigue y para qué. Cada duelo es distinto y depende de la persona, pero no va a tener ilusión por nada. Debe generarla, es muy complicado pero tendrá que intentarlo. Le puede venir bien estar en alguna terapia de grupo, dejarse ayudar por otros que han pasado por circunstancias, si no iguales, al menos parecidas...»

«Por lo pronto, cuando acabe esta etapa actual, en la que los fármacos deben servirle de ayuda, ha de aprender a expresar sus emociones, a llorar si quiere pero a no reprimirlas. Y sobre todo a estar siempre muy rodeado de gente que le quiera, a no estar solo. Porque es posible que cuando murieron su madre y su mujer de manera trágica se agarrara a que al menos seguía teniendo a sus hijos, pero ahora no tiene ni eso y necesita que le ayuden y, si es fuerte, también ayudar a otros. Eso también le puede servir«.

En cuanto a Pepe, el abuelo que mató a sus dos nietos, de 10 y 12 años, la psicóloga observa síntomas de que lo suyo fue «un caso de delirio» que no pretende por supuesto justificar, sino sólo explicar. «Debió ser que se sentía culpable por el accidente de coche, que no podía vivir con eso. Pensaría que sus nietos estaban sufriendo por su culpa, que se habían quedado sin madre por un accidente en el que él estaba al volante. Debió entender que los niños iban a estar mal por eso toda la vida y se le fue la cabeza. Eso es el delirio«, resume.

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