Se abre un nuevo capítulo en la historia de la venta del valioso brazalete Cartier que alguna vez lució la Reina Victoria Eugenia. Varios miembros de la familia Marone-Cinzano, descendientes directos de Alfonso XIII y primos de Don Juan Carlos, han confirmado a ABC que la pulsera que subastará Sotheby's en Ginebra el próximo 14 de noviembre no está en sus manos.
«Esa pieza no pertenece a esta rama de la familia. Nosotros no somos quienes la sacan a la venta. De hecho, no sabemos a quién puede pertenecer», ha asegurado uno de los miembros más jóvenes de la familia, una pariente de las hijas de la Infanta María Cristina de Borbón y Battenberg. «Tampoco podríamos confirmar que la joya pertenezca a los Torlonia», dice esta fuente, en referencia a la otra rama italiana que desciende de Victoria Eugenia. «Sotheby's dice que la joya está en manos de una dama de título, y nosotras no ostentamos título alguno».
Pistas falsas
Hace exactamente una semana, la casa de subastas Sotheby's anunció que sacaba a la venta el brazalete de Cartier y que el mismo era «ofrecido en subasta por un miembro de la Familia Real española, en cuyas manos ha permanecido desde su creación». Sin embargo, esta misma semana Sotheby's rectificó ese comunicado corrigiendo la procedencia de la joya y aclarando que su dueña actual es «una heredera directa de Victoria Eugenia, una dama de título».
Tras esa rectificación, expertos y conocedores de las joyas de la Familia Real consultados por ABC coincidieron en que la misteriosa propietaria podría ser una de las primas italianas del Rey, ya sea de la rama de los Marone-Cinzano o de los Torlonia. Pero la respuesta de estas familias no se ha hecho esperar. El conde Alessandro Lecquio, hijo de Sandra Torlonia y nieto de la Infanta Beatriz, también habría desmentido en privado que dicha pieza pertenezca a su familia. El cerco se estrecha, pero el misterio se hace más grande.