El arzobispo coadjutor de Sevilla y administrador apostólico de Córdoba, Juan José Asenjo, se pronunció ayer, una vez más, de forma tajante sobe el aborto al considerar que tal práctica «no es un derecho de la mujer» puesto que «no hay derecho para el mal», defendió.

Según argumentó Asenjo, «sólo hay derecho para el bien» y la interrupción voluntaria del embarazo supone eliminar de manera «consciente» la vida por parte de la persona que la ha engendrado y que, por tanto, debería ser la que más la defendiera y la tutelara, sentenció el prelado.

En esta línea, monseñor Asenjo sostuvo la idea de que el aborto no es ningún progreso, sino una regresión y, de esta manera, se mostró convencido de que «ser progresista es defender la vida».

Lo dijo el administrador apostólico en clara alusión al PSOE, que promueve la nueva ley del aborto. Sin embargo, recordó Asenjo al PSOE y a quienes apuestan por incorporar a su ideario los valores cristianos, como abogó por hacer el presidente del Congreso de los Diputados, José Bono; que de incorporarlos, deberán tener en cuenta también el valor de «la defensa del ser humano en toda circunstancia, desde la concepción hasta el ocaso natural».

Manifestación conveniente

Aludió también monseñor Asenjo a quienes deberán aprobar la nueva ley del aborto, que calificó de «injusta» y esperó que la manifestación prevista mañana toque sus corazones y sus mentes. Pese a todo, aclaró que él no asistirá a la protesta que, no obstante, como miembro de la Conferencia Episcopal, apoya y cree «conveniente y legítima» y espera que sea un éxito.

Sobre el mismo asunto se siguió debatiendo ayer en la parroquia de La Trinidad en la tercera mesa redonda del ciclo «Celebra la Vida». La necesidad de que los padres se impliquen en la educación de los hijos a través de una formación humana y afectivo-sexual fue el denominador común de las intervenciones.

El moderador, Rafael Gómez Díaz, destacó que la familia y la escuela son semillero del futuro y de ellas depende la sociedad del porvenir.

La profesora Inmaculada Saco hizo un llamamiento a los padres para que se impliquen con sus hijos haciendoles ver «dónde está su corazón y cuáles son los valores que propugnan».

A su vez, Concepción Iglesias, también docente, destacó la necesidad de enseñar a los jóvenes «a amar la vida, empezando por su propia vida, y que el ser humano está hecho para el amor».

El médico Enrique Aranda denunció la gravedad «de la manipulación del lenguaje con expresiones como muerte «digna» o interrupción «voluntaria» del embarazo».

Rafael López, director del colegio Trinidad Sansueña, llamó a los padres y profesores para que pongan en práctica «la pedagogía de Jesús como maestro». El ciclo termina esta tarde a las 20.00 horas con una oración por la vida.