Desde principios de año, Arnaldo Otegi se desplazó al menos en seis ocasiones a Francia, a veces acompañado por otros integrantes de «Bateragune» —la «comisión de dirección» que iba a sustituir a la mesa nacional de Batasuna—, para reunirse con emisarios del «aparato político» de ETA y recibir consignas con el objetivo de perfilar la futura estrategia de la «izquierda abertzale».

A veces, acompañaba a Otegi el ex dirigente de LAB Rafael Díez Usabiaga. Probablemente, en esos encuentros la banda transmitió a los representantes de «Bateragune» que cualquier proyecto dirigido a presentarse a las próximas elecciones municipales y forales de 2011 y a forzar el «definitivo proceso de paz» no debía cuestionar ni por asomo el valor y vigencia de la «lucha armada». Existe constancia, según las fuentes consultadas, de que en alguna ocasión Otegi y Usabiaga aprovecharon sus desplazamientos para reunirse con dirigentes de la Batasuna francesa, como Jean Claude Agerre, Aurore Martin, Miguel Torre, Zigor Goieaskoetxea y Jean-Françoise Lefort. En el vecino país, la coalición abertzale es legal, por lo que los encuentros podrían disponer de cierto blindaje para abordar cuestiones de «máxima seguridad» relacionadas con la estrategia.

Además, desde el pasado mes de febrero los integrantes de «Bateragune» se reunieron, al menos, en veinte ocasiones, tanto en la sede que el sindicato proetarra LAB tiene en San Sebastián, como en la localidad navarra de Alsasua y algunos municipios guipuzcoanos. Para acudir a las citas de Francia y España los «batasunkides» adoptaban fuertes medidas de seguridad.

De acuerdo con las mismas fuentes próximas a la investigación, los dirigentes de ETA no habrían designado expresamente a los integrantes de «Bateragune», pero, una vez constituida esta «comisión de dirección», su composición sí tuvo que recibir el visto bueno de los pistoleros. Partiendo de la base de que todos los responsables de la ilegal Batasuna son «duros», por cuanto unánimemente acatan las directrices de la banda, también es cierto que existe entre ellos un reparto de papeles. Pues bien, ese reparto de papeles se ve compensado en la citada «comisión de dirección», ya que a partes iguales hay supuestos pragmáticos, como Otegi, Usabiaga y Rufino Etxeberría, y declarados «abertzalibanes», como Arkaitz Rodríguez, Miren Zabaleta y José Luis Moreno. Este último, relevante delegado del sindicato LAB, había sustituido a Pernando Barrena, actualmente en prisión, como jefe de Batasuna en Navarra.

La secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, dijo ayer que las detenciones constituyen un «ataque para neutralizar el cambio de ciclo político» que demanda la «izquierda abertzale», en alusión a un nuevo «proceso de paz», aunque la respuesta de este sindicato se ha limitado, de momento, a convocar para hoy concentraciones ante sus sedes. Descabezada de nuevo Batasuna, ayer tomaron el relevo los dirigentes de su facción francesa Larralde y Agerre para decir que la «izquierda abertzale» actuará con «determinación» para forzar otra negociación con el Gobierno.