Ni en su casa ni en su partido, tampoco en su despacho. Jordi Pujol, desaparecido. Ni rastro del ex president de Cataluña después de que reconociese, vía carta, que ha ocultado dinero en el extranjero durante más de 30 años. Reunión hoy en su partido. Prisas para entrar y caras de circunstancia. Pujol no está, pero todos hablan de él. "Un sentimiento al fin y al cabo de desolación y tristeza porque evidentemente las cosas no puede funcionar de esta manera", asegura Francesc Homs, conseller de la Presidencia. Les preocupa que este caso particular perjudique el plan soberanista. "Las negociaciones que puede haber...no deberían verse dañadas por este acontecimiento", asegura Andreu Mas-Colell, conseller de Economía. La presión llega desde el entorno de Pujol... el números dos de su partido pide que comparezca. Misma exigencia desde otros partidos. "Espero que la sociedad catalaña rechace este tipo de comportamientos. No solamente el fraude. Para mí, lo peor, la mentira", ha afirmado Esperanza Aguirre. "Es urgente que de explicaciones. Nos sentimos muy estabafados. Nos han mentido mucho muy metidos en sus banderas", ha manifestado Carme Chaparro, secretaria de Relaciones Internacionales del PSOE. La Agencia Tributaria marcará ahora el camino. Mientras, un informe policial que investiga los presuntos delitos de blanque de su hijo, de Jordi Pujol Ferrusola, dice que esos delitos pudieron tener su base en el desempeño político de su entorno más próximo.
