Que El Quijote se hace cuesta arriba lo saben los alumnos de distintas generaciones. Lo reconoce hasta el escritor Arturo Pérez-Reverte. Hoy en día los jóvenes apenas lo conocen. Si esta es la triste realidad, ¿por qué la estrategia educativa ha sido alejarlo de la escuela? Aquí, la Real Academia es combativa y no quiere que desaparezca de los planes de estudio. Reivindican El Quijote como elemento educativo necesario. Por ello, la nueva edición cosida por Pérez-Reverte quizá sirva como una herramienta educativa que pueda despertar valores y simpatía. -Redacción-

