Para 6
1€/pers.
240kcal/100g
Ingredientes
- 300 g de queso crema tipo Philadelphia
- 250 ml de nata para montar (mínimo 35% de materia grasa)
- 150 ml de leche entera
- 120 g de azúcar
- 2 yemas de huevo
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 1 cucharadita de zumo de limón (opcional)
Un buen helado puede arreglarte un día tonto. Eso es así. Pero si encima es casero y con un sabor tan goloso como el del queso crema, la cosa se pone seria. Porque este helado tiene ese punto dulce, con cuerpo, un toque ácido que recuerda a una tarta de queso y una textura cremosa de las que hacen que cierres los ojos al primer bocado.
Y no, no necesitas tener una heladería en casa ni hacer malabares con nitrógeno líquido. Basta con unos ingredientes sencillos, un poco de maña y paciencia para dejarlo enfriar como es debido.
Aunque parezca moderno, el helado de queso lleva años triunfando, sobre todo en pastelerías que buscan darle una vuelta de tuerca a los postres clásicos. Su sabor recuerda a la tarta de queso americana, pero en versión helada. En España ha ido ganando terreno en heladerías artesanales, donde lo combinan con frutas del bosque, mermeladas, galletas o incluso siropes de caramelo.
Hay incluso versiones inspiradas en el queso manchego o el Idiazábal, para los que buscan sabores más intensos. Pero el más habitual y versátil es el que se hace con queso crema tipo Philadelphia. Su textura y sabor suaves lo hacen perfecto para una base de helado que guste a todo el mundo.
Aquí no hay reglas fijas, pero si te va este rollo, seguro que te encantan otras recetas igual de cremosas y resultonas. Por ejemplo, el helado de yogur casero, que también tiene ese punto ácido pero más ligero. Si quieres seguir con los sabores de postre clásico, prueba el helado de plátano, una pasada de frescor y cremosidad. Y si eres fan de los contrastes, el helado de coco te lleva directo a Sudamérica sin salir de tu cocina.
Receta casera de helado de queso

Elaboración paso a paso
- Separamos las yemas. Empezamos separando las yemas de las claras. Solo vamos a usar las yemas en esta receta, así que guardamos las claras para otra cosa (una tortilla, unas claras montadas, lo que sea). Ponemos las yemas en un bol mediano y las batimos ligeramente con un tenedor o unas varillas.
- Preparamos la base. En un cazo a fuego medio-bajo, vertemos la leche y el azúcar. Removemos para que el azúcar se disuelva del todo. Cuando esté caliente (pero sin que llegue a hervir), retiramos del fuego.
- Templamos las yemas. Con mucho cuidado, vamos añadiendo un poco de la leche caliente sobre las yemas mientras batimos sin parar. Este paso es clave para que no se cuajen de golpe. Cuando estén un poco templadas, volcamos la mezcla entera (yemas con leche) de nuevo al cazo.
- Cocinamos la crema. Ponemos el cazo de nuevo a fuego bajo y removemos constantemente con una cuchara de madera o una espátula. La mezcla debe espesar ligeramente. Sabremos que está lista cuando al pasar el dedo por la cuchara, la crema se quede sin deslizar. Ojo, no debe hervir ni llegar a burbujear.
- Añadimos el queso. Retiramos del fuego y dejamos templar un poco. Añadimos el queso crema a temperatura ambiente y removemos con unas varillas hasta que se integre bien. Aquí también añadimos la esencia de vainilla y, si queremos, una cucharadita de zumo de limón para realzar el sabor.
- Montamos la nata. En un bol frío, montamos la nata con unas varillas eléctricas hasta que quede firme, pero no seca. Tiene que formar picos suaves.
- Mezclamos todo. Con movimientos envolventes, mezclamos la nata montada con la crema de queso. Lo haremos poco a poco, para que la mezcla quede aireada. No removas a lo loco, que se baja todo.
- Enfriamos la mezcla. Tapamos con film transparente y llevamos al frigorífico al menos 4 horas. Lo ideal es dejarla de un día para otro.
- Con heladera. Si tienes heladera, simplemente vuelca la mezcla fría en el bol ya congelado y bate durante 30-40 minutos hasta que tenga textura de helado.
- Sin heladera. Si no tienes heladera, metemos la mezcla en un recipiente hermético y la congelamos. Cada 30-45 minutos la sacamos y removemos con un tenedor o varillas para romper los cristales de hielo. Lo repetimos 3-4 veces. Luego dejamos que congele del todo.










Consejos para un helado de nata perfecto
• Usa queso crema de buena calidad, y mejor si está a temperatura ambiente. Así se mezcla mejor y no deja grumos.
• Si quieres una textura aún más suave, puedes colar la crema antes de mezclarla con la nata.
• Puedes aromatizar con ralladura de limón, naranja o incluso un chorrito de licor como amaretto o ron.
• Añade tropezones: galletas rotas, frutos secos, mermelada… Se los puedes echar al final del batido en la heladera, o justo antes de congelar.
• Para servirlo más fácil, saca el helado del congelador 5-10 minutos antes. Así no rompes las cucharas ni los brazos.
Consejos para evitar que se endurezca demasiado
- Guárdalo bien tapado para que no coja escarcha ni pierda aire.
- No lo dejes meses en el congelador, cuanto más tiempo pase, más duro se pondrá.
- Evita descongelar y volver a congelar, porque esto genera cristales de hielo grandes que destrozan la textura.
- Usa recipientes planos: cuanto más delgado sea el bloque de helado, más fácil será que se ablande rápido.
- Añade un poco de azúcar o miel en los helados caseros: el azúcar ayuda a que no se congele tanto.
- Si ya es demasiado tarde y tu helado parece un ladrillo, aquí te dejo unos truquillos para suavizarlo.
Este tipo de helado empezó a verse en restaurantes que buscaban dar una vuelta a los postres clásicos. No tardó en llegar a las heladerías artesanas, y hoy ya es bastante habitual. Es una receta muy usada para hacer versiones heladas de tartas de queso o postres con frutas. Incluso hay versiones saladas que se sirven como acompañamiento de platos principales, aunque esa ya es otra historia.
Esto del helado de queso es de esas cosas que, cuando las pruebas, te atrapan. Tiene sabor, tiene cuerpo y encima es muy fácil de tunear con lo que tengas a mano. Ya sea para darte un capricho, impresionar en una comida o simplemente disfrutar del placer de hacer las cosas tú mismo, este helado te lo pone en bandeja.
Última revisión: 9 septiembre 2025
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30 min. cocinando, 30 min. para hacer y editar las fotos, 45 min. para redactar y 35 min. para organizar y publicar todo en la web y en redes sociales.
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