Estragón. ¿Qué es y para qué sirve? Propiedades y usos en la cocina

Estragón. ¿Qué es y para qué sirve? Propiedades y usos en la cocina

Si eres de los que abren el armario de las especias y siempre acaban usando las mismas (pimienta, orégano y poco más), déjame decirte que te estás perdiendo un mundo de sabores. Y uno de esos ingredientes olvidados, pero que deberían estar en todas las cocinas, es el estragón.

Sí, ese botecito que está ahí al fondo, al lado del laurel seco y la albahaca muerta de risa. El estragón es uno de esos aromáticos que no suelen estar en el top de ventas del súper, pero que cuando lo descubres bien, cambia tu forma de cocinar. Porque no todo es perejil, amigo.

Hoy vamos a ver qué es el estragón, para qué sirve, qué propiedades tiene y, lo más importante, cómo se usa en la cocina sin pasarte ni quedarte corto. Así que ponte cómodo, que esto huele a receta rica.

Qué es el estragón

El estragón, cuyo nombre técnico es Artemisia dracunculus, es una planta aromática de la familia de las asteráceas (sí, la misma familia de las margaritas, pero esta no se pone en un jarrón, se pone en el plato). Sus hojas son alargadas, finas, de un verde intenso y, cuando las frotas, sueltan un aroma entre anisado y un poco picante. Muy particular, vamos.

Se le conoce también como “hierba dragón”, y no porque escupa fuego, sino por su nombre latino: «dracunculus» significa «pequeño dragón». Hay quien dice que este nombre se debe a que antiguamente se usaba para tratar mordeduras de serpiente (por aquello de las supersticiones medievales), pero no te preocupes, hoy en día lo usamos más bien para alegrar una salsita o un pollo.

Tipos de estragón

Existen dos tipos principales de estragón:

  • Estragón francés: el bueno, el aromático, el de cocina fina. Es más suave, elegante y se usa en gastronomía.
  • Estragón ruso: es más basto, crece en cualquier sitio, pero su sabor es más flojo y menos interesante. Lo suelen usar en infusiones y remedios caseros.

Si vas al súper, lo normal es encontrar estragón seco. Si tienes la suerte de tener una planta fresca en casa, mejor todavía. El fresco siempre tiene más aroma y da un toque más fino, pero el seco también vale, sobre todo si sabes usarlo bien.

Propiedades

El estragón no solo da sabor. También se ha usado desde hace siglos por sus propiedades medicinales. Aquí te dejo lo que se sabe, sin cuentos chinos:

  • Digestivo: ayuda a hacer la digestión, a reducir gases y a calmar el estómago después de una comida pesada.
  • Estimula el apetito: si estás en esos días en los que no te apetece comer nada, un platito aliñado con estragón puede abrir el apetito.
  • Propiedades antiinflamatorias: se ha utilizado en la medicina tradicional como calmante natural para molestias leves.
  • Relajante suave: en infusión, ayuda a conciliar el sueño y a relajar el cuerpo.
  • Antiséptico natural: se decía que servía para proteger los alimentos de bacterias, aunque hoy en día usamos la nevera y es más práctico.

Además, el estragón es rico en antioxidantes, vitaminas (como la A y la C) y minerales como el hierro o el magnesio. No es un superalimento de moda, pero oye, ayuda.

Usos en la cocina

Ahora viene la parte divertida: ¿Cómo lo usamos en la cocina? Porque sí, es muy aromático, pero también hay que saber manejarlo. Si te pasas, puede dominar el plato; si te quedas corto, ni te enteras de que está.

El estragón combina genial con:

  • Pollo y aves: un pollo asado con un poquito de estragón fresco en la piel queda brutal.
  • Salsas: es el ingrediente clave de la famosa salsa bearnesa, esa que acompaña a los chuletones en los restaurantes finos. También da alegría a la mayonesa o a la mantequilla de hierbas.
  • Vinagretas y aliños: mezcla estragón picado con vinagre, aceite y mostaza, y tienes un aliño de escándalo para ensaladas o verduras a la parrilla.
  • Pescado: queda de lujo con pescados blancos, en papillote o al horno.
  • Huevos: revueltos, tortillas, huevos cocidos con un toque de estragón… un básico en la cocina francesa.
  • Encurtidos y conservas: en algunos sitios se mete en tarros de pepinillos o cebollitas, para dar un toque anisado muy peculiar.

En resumen: si una receta lleva mostaza, vinagre o limón, el estragón seguro que encaja.

Aquí tienes unas ideas concretas para ponerte manos a la obra:

  • Pollo al estragón: doras unas pechugas o muslos, añades nata, un chorrito de mostaza y estragón picado. En 15 minutos tienes un plato de diez.
  • Huevos revueltos con estragón: lo añades justo al final, cuando el huevo está casi cuajado. Delicioso.
  • Mantequilla aromatizada: mezcla mantequilla a temperatura ambiente con estragón picado y un poquito de limón. Lo guardas en la nevera y lo usas para untar tostadas o poner sobre un filete caliente.
  • Aceite o vinagre al estragón: mete unas ramitas en un bote con aceite de oliva o vinagre blanco y déjalo macerar. Tendrás un aliño diferente y muy resultón.
  • Sopa o crema verde: si haces una crema de calabacín, guisantes o espinacas, añade estragón justo al final. Da un toque fresco y diferente.

Consejos y trucos

No te quedes sólo con las recetas. Aplica estas técnicas y tendrás un resultado de diez:

  • El estragón seco es más fuerte que el fresco, así que no te pases. Una pizca basta.
  • Si usas estragón fresco, añádelo al final de la cocción. Si lo cocinas mucho rato, pierde aroma.
  • Puedes congelar estragón fresco picado en cubitos de hielo con un poco de agua o aceite. Así lo tienes listo todo el año.
  • Si haces una salsa con nata o mantequilla, el estragón siempre encaja bien. Es como el comodín de los platos cremosos.

El estragón es una de esas hierbas que no todo el mundo tiene en su despensa, pero cuando le pillas el truco, no puedes vivir sin él. Da un toque especial a los platos, transforma una receta simple en algo distinto y, además, tiene sus beneficios para el cuerpo.

No necesitas hacer recetas de alta cocina para usar estragón. Basta con añadirlo al pollo de siempre, a una mayonesa casera o a un simple huevo revuelto. Un pequeño cambio, pero un gran salto de sabor.

Así que ya sabes: la próxima vez que abras tu armario de especias, dale una oportunidad al estragón. Puede que no sea el más famoso, pero es de esos que cuando los conoces bien, se convierten en imprescindibles. Y oye, eso de tener un “dragón” en la cocina siempre queda bien.

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Categorías: Actualidad gastronómica Aprende a cocinar: técnicas, trucos y consejos Ingredientes y alimentos

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